El estado de conservación de las Eras de la Sal de Torrevieja, recinto señero de la historia local, es «lamentable», el edificio de administración de las salinas se encuentra en estado «de ruina total» y todo el conjunto «ha quedado completamente desvirtuado respecto a su función primigenia e histórica». Con estas palabras la Conselleria de Cultura ha desestimado la solicitud de protección como Bien de Interés Cultural (BIC) de este conjunto de arqueología industrial salinera, impulsada en el último tramo del mandato del alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) en 2019. La resolución firmada el 16 de abril de 2020 por la arquitecta inspectora de Patrimonio Inmueble, Rosario Berjón, y por el Técnico de Arqueología de la Conselleria de Cultura, José Luis Simón, y que el gobierno del PP no ha hecho pública, señala que además de no haber respetado la propia protección de la que dotó a las Eras de la Sal en el Plan General de Ordenación Urbana en 1986, el Ayuntamiento tampoco ha sido especialmente entusiasta a la hora dar continuidad a esa misma petición de BIC durante el actual mandato.

Cultura recuerda que el catálogo municipal de elementos protegidos de 1986 calificaba las Eras de la Sal como elemento monumental histórico-artístico, incluso susceptible de declaración de monumento nacional. «Una protección máxima, según el propio catálogo del Plan General, que difícilmente explica la transformación sufrida por las Eras de la Sal desde la década de los noventa», aclaran textualmente los técnicos firmantes, que realizaron la visita de inspección a este histórico recinto el 30 de enero de 2020, sin que tampoco se hiciera pública por parte del equipo de gobierno. Los expertos explican que de los restos de las Eras de la Sal, donde se almacenaba la sal previo a su embarque en la bahía de Torrevieja, solo se conserva la fachada meridional, un muro de mampostería con puertas y ventanas de sillería, la mayoría cegadas. En el interior del espacio y el resto el recinto «está completamente alterado por su adecuación a escenarios y platea del certamen de habaneras, sin que se aprecien los solados antiguos o restos de cualquier otro material». El informe cuestiona que la petición se ciñera exclusivamente a los «pocos y maltrechos restos de las Eras de la Sal, sino a todos aquellos elementos, espacios y tradiciones relacionadas con la sal en Torrevieja, como patrimonio industrial ligado a la actividad salinera» y cita el canal del Acequión y puente de las salinas que, pese a estar datados en el siglo XV, permanecen a su vez en estado de abandono.

Otro de los edificios del conjunto salinero , el de la administración, fechado entre finales del siglo XIX y principios del XX , se «encuentra en completo estado de ruina». Sí destaca este análisis que en la fachada marítima se conserva el muelle de sillería y un muro del siglo XVII, con extremo en planta de diamante típico de las construcciones de los reinados de Carlos III y Carlos IV. Para Cultura es «de agradecer» la voluntad del Ayuntamiento de dotar de la máxima protección legal «a un bien tan ligado a la actividad salinera, principal conjunto de arquitectura industrial de la zona, por lo que «entendemos que con carácter previo a su posible incoación como BIC, se debería proceder por el Ayuntamiento a su declaración como Bien de Relevancia Local (BRL)». Figura de protección, que por otra parte, no ha llegado a tramitarse para ninguno de los elementos del catálogo municipal de bienes protegidos. Los dos BIC con los que cuenta la ciudad -la Torre del Moro y la del Embarcadero de La Mata-, fueron declarados por la Generalitat, al margen del municipio.

Pese a ser espacio utilizado desde hace décadas para eventos culturales, una incomprensible confusión rodea la calificación de las históricas Eras. INFORMACIÓN preguntó el pasado 23 de febrero cuando se anunciaron proyectos en las Eras por valor de 7 millones de euros -que contemplan, por ejemplo un paseo que las atraviesa-, sobre su protección: el catedrático de Puertos y Costas, Vicente Chapapría dijo que antes se tenía que poner en valor el recinto, el alcalde Eduardo Dolón aseguró que «ya era BIC». Después coincidieron todos los protagonistas de la comparecencia en que «estaba en tramitación». Pero en realidad hace ya casi un año que se le dio carpetazo al expediente. Y ahora los proyectos no tendrán que salvar el obstáculo de un BIC.