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El puerto de Torrevieja albergará ocio, actividades de hostelería y comerciales

La Conselleria de Infraestructuras ofrecerá la cesión a una empresa de una superficie de 185.000 metros cuadrados a cambio de la adecuación de la zona portuaria que ahora ocupa el aparcamiento, la feria y entorno de la lonja

Imagen panorámica del recinto portuario de Torrevieja, en el que está prevista la concesión de usos de hostelería, ocio y comerciales náuticos. | TONY SEVILLA

La Conselleria de Infraestructuras está trabajando en el proceso de licitación de un concurso para la concesión de la reordenación del puerto de Torrevieja para la implantación de actividades de hostelería, comerciales-náuticos, de ocio y aparcamiento. El área dirigida por Arcadi España ha matizado que «está trabajando» en ese objetivo pero la licitación «no es inminente». La prioridad no es otra que la vieja aspiración de la ciudad de abrirse al puerto y su bahía, ahora separados físicamente por una valla y por el tipo de uso actual, que no está preparado, a excepción del paseo de Levante y la feria –en precario–, de infraestructuras para su uso público.

Lo que contemple el pliego del concurso de concesión depende exclusivamente de la administración autonómica. Contará con las aportaciones del Ayuntamiento de Torrevieja, que ya trabaja, sin hacerlo público y pese a carecer competencias para ello, en su propio proyecto, pero la última palabra sobre la configuración de la concesión es del Consell. Incluso el PSOE dividido en la oposión especula con su "papel" en en este proceso.

Pese a que la Conselleria no lo ve inminente toma posiciones, anticipándose a la llegada de la licitación, el sector empresarial: al menos una promotora de la Vega Baja, con experiencia en concesiones ya está trabajando en el proyecto.

La superficie principal a reordenar supone unos 185.000 m2 y aparece en la delimitación portuaria bajo la ambigua denominación de «usos complementarios» compatibles con los portuarios «como los culturales, deportivos, educativos, certámenes feriales, exposiciones y otras actividades comerciales no portuarias que favorezcan el equilibrio económico y social del puerto de Torrevieja». La mayor parte de este terreno está concentrado en lo que popularmente se conoce como «relleno», delimitado por el paseo de La Libertad y su prolongación hasta el bar La Marina, el dique de Levante, la propia bahía en la zona más próxima al acceso al centro del casco urbano, donde se ubica la feria y un aparcamiento.

El Ayuntamiento prepara su propia propuesta, aunque quien decide es la Generalitat

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Las propuestas sobre la mesa mantienen el aparcamiento y su ampliación donde ahora se sitúa el recinto ferial; reubican la feria de atracciones donde se encuentra el parking y aprovechan el suelo más cercano a la bahía para la hostelería y comercios náuticos. Con un tratamiento urbano de continuidad con los paseos y casco urbano y zonas ajardinadas. Distribución que dista poco de la propuesta por Eduardo Dolón durante su primer mandato, con la excepción de que preserva la actividad pesquera en una zona muy cercana a donde está ahora, y al menos uno de los edificios de la lonja para uso público. Además se derribarían la mayor parte de las edificaciones portuarias –la aduana ya ha sido desalojada– y almacenes de la flota pesquera entre el acceso desde el Casino y el aparcamiento.

La de abrir el centro del casco urbano y sus paseos a esta espectacular bahía es una vieja aspiración del municipio. A principios de los 2000 el entonces alcalde Pedro Hernández fichó al arquitecto Santiago Calatrava para que esbozara ese cambio con grandes superficies y un auditorio. La propuesta se quedó en una maqueta que costó 600.000 €. En 2009, también de la mano de Hernández Mateo y su sintonía con el Gobierno Valenciano se licitó la concesión de una enorme superficie comercial en el interior del recinto portuario. La crisis económica dejó el concurso desierto. En 2014, durante el primer mandato de Eduardo Dolón, se presentó otro proyecto, con menos superficie comercial y más espacios libres , un vial de alta capacidad y la supresión de la actividad de la flota pesquera. La legislación ya había cambiado: la ley de Puertos de la Generalitat exigía llevar a cabo la delimitación de espacios portuarios previa a cualquier reordenación sobre el terreno.

Es decir, definir qué se podía hacer para luego proponer qué hacer. Las elecciones de 2015 dejaron a Dolón en Torrevieja y al PP en València fuera del poder. Durante el primer gobierno del Botànic, se descartó cualquier macroproyecto y se aprobó, en enero de 2019, la delimitación de usos portuarios, que dejaba la actividad pesquera muy cerca de su espacio tradicional y reservaba esos 185.000 metros para usos hosteleros y comerciales.

Una ocupación del territorio con reflejo en el espejo de agua

El proceso de ocupación del territorio que ha sufrido el término municipal de Torrevieja desde los años sesenta ha tenido su réplica en la bahía de la ciudad, que era una de las más grandes de la Comunidad Valenciana con 899.000 metros cuadrados, y que ahora está ocupada por tres marinas deportivas -Club Náutico de Torrevieja, Marina Internacional, ambas pendientes de concesión, y Marina Salinas, levantada en 2007 y que se ha configurado como una zona de ocio nocturno- con más de 2.500 amarres sin apenas capacidad para albergar más instalaciones náutico deportivas.

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