La modificación de crédito que el Ayuntamiento de Torrevieja aprobará definitivamente en el pleno ordinario de este mes de julio contempla una inversión de 10 millones de euros en la compra de patrimonio durante este año. Una iniciativa que contrasta con el estado en el que la administración local mantiene algunos inmuebles de su inventario, sin uso, y en algunos casos semiabandonados, en el mismo centro de Torrevieja.

Ejemplos

Los ejemplos más llamativos, que suman alrededor de mil trescientos metros de parcela urbana con planta baja y una altura y una valoración millonaria, son el edificio del antiguo Ayuntamiento en la plaza de la Constitución, el edificio que ocupó el hospital de las monjas carmelitas y el edificio de la antigua asociación de jubilados y pensionistas en la calle Azorín. Además, el municipio realiza en estos momentos un uso muy limitado de otros equipamientos como el edificio multiusos (antes conocido como nuevo museo de la Semana Santa), que costó 6 millones y que carece de licencia de apertura.

Antiguo Ayuntamiento, construido en la década de los años 30 del pasado siglo poco antes de su cierre en 2014. A la derecha, el antiguo hospital de las monjas, sin uso. | D.PAMIES/TONY SEVILLA

El caso más evidente es el del emblemático edificio del antiguo Ayuntamiento, inmueble situado muy cerca del actual en el corazón de la ciudad. Una parcela de 233 metros cuadrados y 554 construidos, levantado en la década de los años 30 del pasado siglo y uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil de esa época que queda en Torrevieja. En febrero de 2014, el entonces concejal de Urbanismo y actual asesor de alcaldía, Francisco Moreno, ordenó la clausura del edificio, en plena plaza de la Constitución, porque no presentaba condiciones de seguridad mínimas. La planta superior ya estaba cerrada desde hacía años. Desde entonces no se ha hecho nada, más allá de adecentar la fachada. Mientras, una de las operaciones de compra con la modificación de créditos afectaría a una parcela que recae en la calle Clemente Gosálvez, con la que el municipio pretende ampliar las instalaciones del Ayuntamiento nuevo.

Torrevieja olvida su patrimonio mientras invertirá 10 millones en comprar más

Otro de las edificaciones municipales sin uso es la parcela de 319 metros cuadrados ubicada en el número 20 de la calle Azorín. Un casa de la burguesía tradicional de principios del siglo XX con planta baja y una altura que el Ayuntamiento, en los últimos meses de mandato de Pedro Hernández en 2011, adquirió -sin hacer pública la operación- a un promotor a cambio de una entrega de suelo en el polígono industrial donde se construyó el nuevo tanatorio. La operación, en la que se valoró la vivienda que está protegida en el catálogo del PGOU en más de un millón y medio de euros, ha resultado una década después ruinosa para los intereses municipales.

El uso más conocido de la vivienda, en la mejor ubicación del centro de la trama urbana de la ciudad, y antigua sede del hogar del pensionista, es el de dar cobijo a una numerosa colonia de gatos callejeros. En los últimos años el Ayuntamiento ha tenido que asegurar la fachada por desprendimientos de cascotes. En la misma calle Azorín, en su confluencia con la calle Vicente Blasco Ibáñez, se encuentra el edificio del antiguo hospital de las monjas.

Más patrimonio

El Ayuntamiento recibió en los años noventa este edificio que ocupa una parcela de 755 metros cuadrados con 1.342 construidos en planta baja y una altura. También como permuta: a cambio, una congregación religiosa pudo construir en suelo municipal una residencia de ancianos y un colegio concertado. Las dependencias de este inmueble se pudieron emplear durante quince años como sede de dependencias municipales y asociaciones culturales. También en 2014 se inició un expediente de peligrosidad que obligó a desalojarlas. Desde entonces , su uso es el de ensayos de corales locales, pese a que presenta un estado lamentable de conservación.

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Mientras tanto, el equipo de gobierno solo apunta a que con los diez millones va a adquirir patrimonio de gran interés para el municipio y que no puede especular -nunca mejor dicho- con el destino de la partida de dinero público para no incrementar el valor de lo que pretende obtener de manos privadas. Entre los aspirantes: la Fábrica de Hielo y la parcela junto al Ayuntamiento nuevo.