Nunca es tarde si la dicha es buena. El Ayuntamiento de Torrevieja quiere proponer a Patrimonio del Estado, propietario de las salinas, y a la empresa arrendataria que explota la industria, Salins España, una fórmula para intentar hacerse cargo del patrimonio arqueológico industrial que todavía no se ha desplomado en el «charco», rehabilitarlo y ponerlo en valor. La concejala de Turismo y vicealcaldesa Rosario Martínez Chazarra explicó a INFORMACIÓN que ya se han mantenido varias reuniones con representantes de Patrimonio del Estado, responsable último de que se conserven antiguos edificios e instalaciones, y con directivos de Salins para intentar llegar a un acuerdo administrativo y jurídico que permita al Ayuntamiento hacerse cargo de buena parte de ese patrimonio, sin interferir en la actividad industrial. Es la primera vez en 40 años que el Consistorio pone en marcha una iniciativa para atajar el abandono al que ha sido sometido el patrimonio industrial de la salinera -sin que los sucesivos gobiernos locales movieran un dedo por evitarlo más allá de la apertura al negocio turístico en 2018-. Con ese objetivo la junta de gobierno del Ayuntamiento adjudicó ayer un contrato menor de 12.000 euros a un arquitecto para inventariar, organizar y determinar las «acciones a realizar para la puesta en valor del patrimonio salinero».

Los técnicos justifican la realización del trabajo en la existencia «de una serie de edificaciones y elementos que forman parte del patrimonio de la salinera, que por su antigüedad y su antiguo uso, puede tener cierto (sic) valor cultural o histórico».

El estudio va a valorar la necesidad de recuperar esas edificaciones y elementos para su posible restauración, de manera que «se ponga en valor» y sirvan «para que la ciudadanía tenga un conocimiento histórico y cultural de la industria salinera, tan presente e importante en el municipio». Incluirá además «una valoración económica exhaustiva de las diferentes acciones a llevar a cabo».

Ese trabajo contemplará una memoria para describir esas acciones, tanto técnicas, como administrativas y jurídicas, para la protección y puesta en valor del patrimonio arqueológico industrial. También reflejará una valoración económica «lo más exhaustiva posible, de las diferentes acciones a llevar a cabo».

Imagen de uno de los antiguos talleres mecánicos en la laguna rosa. | TONY SEVILLA

Las previsiones municipales no tan tenido en cuenta sin embargo una tercera administración a la que es necesario consultar cualquier actuación en el paisaje salinero: Costas, del Ministerio de Transición Ecológica. Toda la lámina de agua, incluidos los canales al mar, están dentro de dominio público marítimo terrestre.

Elemento clave del complejo salinero con más de cinco siglos de historia, es el canal del Acequión. Se prolonga desde la bahía al interior de las instalaciones salineras, y en buena parte de su recorrido todavía hoy cumple su función para la industria al regular de forma puntual la aportación de agua en la laguna. El complejo industrial cuenta además con antiguas instalaciones, únicas en el patrimonio industrial de explotación salinera en España, como es el caso de la garbera en la que se apilaban la sal, los propios canales de sillares o las enormes naves de la industria química y sus depósitos elevados, uno de los cuales se vino abajo por desidia en octubre de 2020.

Cuando la laguna rosa y una historia singular «venden»

La salinera descubrió en 2018 que la historia y el paisaje de las salinas no solo pueden ser fuente de ingresos segura, sino incluso dar beneficios. 50.000 personas visitan al año las instalaciones desde que se autorizara su apertura al turismo. Salins también ingresa por el uso de los paisajes de montañas de sal o de la laguna rosa para rodajes publicitarios, como una reciente campaña de Tous. Fuera del complejo salinero, la peculiar laguna rosada está en Instagram a diario pese a no estar preparada para tanto visitante y estar protegida.