Es la flamante estación de los trenes que pasan de largo a alta velocidad. Con más de 20.000 vecinos Callosa de Segura no es un municipio de la España despoblada, pero cuenta con uno de los apeaderos fantasma más grandes del país. La Estación Callosa-Cox, terminada en 2015 tras una inversión millonaria, está cerrada a cal y canto. Desde hace un año ve pasar el convoy del AVE que apenas transporta a cien viajeros con salida y llegada a Orihuela.
El espectacular apeadero se construyó en el viaducto del AVE comprendido entre ambas poblaciones. Es una obra de envergadura. El edificio de viajeros y el aparcamiento de la estación se ubica bajo el viaducto, con andenes y un tablero que da cabida a cuatro vías de ancho internacional. Todo junto al túnel de la sierra de Callosa de 2.000 metros de longitud. Entre las infraestructuras completadas hace más de 7 años y sin uso, se encuentran el edificio, andenes, aparcamiento, urbanización y los viales de acceso y rotondas en plena huerta tradicional. La Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha tenido que contratar vigilancia para evitar que la estación sea pasto del vandalismo.
En la construcción del AVE entre San Isidro y Orihuela, diseñado en el año 2000 y terminado 21 años después, el Gobierno invirtió más de 18 3 millones de euros, financiados con fondos europeos. Sin contar los sobrecostes que investiga un juzgado de Murcia -al menos 23 millones más pagados por trabajos que no existían- y que hubieran dado para adaptar alguno de los viejos comboyes Cercanías diésel a la nueva plataforma AVE. Adif no ha podido responder a INFORMACIÓN sobre su previsión de cuándo se empleará la plataforma AVE para la línea de Cercanías dando uso a la estación, servicio que, con una diferencia abismal, es el más demandado de los que ofrece Renfe entre Alicante y Murcia. Habitualmente remite a Renfe como operador de ese servicio.
En su web cita la estación cerrada y sin estrenar como si estuviera en funcionamiento. La abierta es la ubicada en el casco urbano, un edificio del siglo XIX.
La falta de modernización del Cercanías eterniza el problema urbanístico y de seguridad del paso del Cercanías por el casco urbano de Callosa, y también ha provocado un problema económico sobrevenido. El Plan General de Ordenación Urbana fue aprobado en 2002 -solo año después de que el Gobierno decidiera el trazado definitivo- con la previsión de que esas vías desaparecieran. Con ese objetivo se liberaron suelos rústicos junto a las vías y permitir áreas residenciales. Las compras especulativas de terreno se realizaron, pero propietarios llevan esperando dos décadas a que se supriman las vías.
El gobierno del PP en Callosa anuncia desde hace dos años un proyecto para convertir el actual trazado de Cercanías en vía verde. Asegura que los actuales trenes diesel podrían circular por la plataforma del AVE de ancho internacional y electrificadas liberando las vías con «un intercambiador» -algo que no está claro técnicamente-, una idea que, dice, va a apoyar la Generalitat y la Diputación. No está cuantificado económicamente: ni el coste del desmantelamiento ni de la creación de ese corredor.
