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José Vicente Fernández Alcalde de Daya Vieja

"El alcalde nacionalista tiene la bandera de España más grande de toda la Vega Baja"

Tiene más de cien sombreros, y los luce. Se define como agricultor, ganadero y palmerero. Como alcalde destaca que ha conseguido reducir la deuda del municipio en 1,3 millones de euros en tres años

José Vicente Fernández (Compromís), en la puerta del Ayuntamiento de Daya Vieja TONY SEVILLA

Regidor desde 2019, lleva tres años sin subir a una palmera, aunque a veces -confiesa- coge la motosierra y se escapa con los del servicio de mantenimiento para ayudarles a limpiar y podar, pese a las advertencias del secretario del Ayuntamiento, que insiste en que esas tareas no le corresponden. Para José Vicente Fernández, gestionar sin experiencia previa Daya Vieja, el municipio más pequeño de la comarca y el único de Compromís, ha sido como "una operación a corazón abierto".

PREGUNTA: Cuando tomó posesión como alcalde el 17 de junio de 2019 el Ayuntamiento tenía una deuda de más de 4 millones sobre un presupuesto de 680.000 euros. ¿Cómo están las cuentas hoy?

REPUESTA: La hemos reducido en 1,3 millones en estos tres años. El presupuesto es de 830.000 euros y la deuda total es de 2,7 millones, en un solo un préstamo, saldando la deuda financiera de 300.000 euros. El remanente líquido, o sea el dinero que había en la caja, era 300.000 euros, mientras que ahora hemos generado 900.000 euros más. También disponemos de otros 300.000 euros en remanente de tesorería (lo que no se gasta del presupuesto).

P: ¿Cómo se llegó a un índice de endeudamiento del 316,56%?

R: Habrá gente que piense que es el mirador. O un edificio de dos plantas y más de 200 metros cuadrados para dos agentes de la Policía Local. Es completamente desproporcionado que el alcalde de un municipio de 700 habitantes tenga una sala de juntas y un despacho como este. Tienes dos dedos de frente y sentido común o haces lo que han hecho mis antecesores. Se aprobaron presupuestos por valor de 4,5 millones durante dos años consecutivos cuando los ingresos reales eran de 400.000 euros. No nos olvidemos de que los sueldos del alcalde van en función del presupuesto, de forma que el anterior regidor cobraba más de 3.000 euros.

P: ¿Y usted?

R: 1.632 euros netos. También echo las culpas a consellerias, Gobierno central y Diputación. ¿Cómo consintieron que cualquier alcalde, sea quien sea, permita entrar en ese índice de endeudamiento? ¿Qué estaban haciendo y cómo no cortaron los pasos antes? Esperaron hasta que la situación fuera insostenible para declarar el Ayuntamiento en quiebra financiera e intervenirlo por parte del Ministerio de Hacienda.

El regidor de Daya Vieja, en el despacho del Ayuntamiento TONY SEVILLA

P: ¿En qué se traduce esa deuda en el día a día de los vecinos?

R: Tenemos los impuestos al máximo que permite la ley. Los pagamos más caros que en La Moraleja en Madrid, con la diferencia de que aquí hay médico dos días por semana solamente, no tenemos transporte público ni personal de mantenimiento y limpieza. No puedo hacer contrataciones de personal ni inversión. Debido a la deuda, en las calles de Daya Vieja no hay ni una sola baldosa accesible, y no puedo destinar parte del presupuesto en arreglarlas. No puede pasar ni un andador, en un municipio en el que el 78% de la población es octogenario y nonagenario. Tampoco se puede comprar un solar para que una promotora haga viviendas de protección social. Hace 28 años que no se hacen, y es básico y primordial para lograr un crecimiento natural y generar arraigo poblacional, clave en municipios como este, que no tiene un problema de desploblación, pero no es capaz de gestionarse porque presupuestariamente es inviable.

P: ¿Se han depurado responsabilidades?

R: No hay responsabilidades. Si aquí avaláramos con nuestro patrimonio, estas cosas no pasarían. El dinero público no es tuyo. No hay forma humana de aclarar el entuerto si no conoces el problema y no te das cuenta de dónde te has equivocado. Es tan simple como coger un bolígrafo, un papel y hacer las cuentas: tanto tengo, tanto gasto, tanto me queda. Qué menos que se les exigiera a Alcaldía y concejales explicaciones sobre lo que estaban haciendo. Aún no tienen ni idea de lo que han hecho ni de la gravedad del asunto. Necesito de mi equipo de gobierno, mi interventor y secretario para que fiscalicen y me controlen a mí porque no tengo oposición. No vienen ni a los plenos.

P: ¿Por qué no van a los plenos?

R: Tendrías que preguntárselo a ellos. En la punta de esta calle hay un vinoteca.

P: Aterrizó en Alcaldía de nuevas, sin ser concejal, y está teniendo un mandato marcado por la DANA y el covid. ¿Cómo lo valora?

R: Fueron momentos muy duros. Tuvimos el pueblo inundado 28 días. Con el confinamiento, pasamos de tener tres familias que no tenían cubiertas las necesidades básicas a 38. Tuve que hacer de todo hasta el punto de que en los entierros estábamos el sacerdote, los servicios funerarios, un familiar y yo. Una persona me llamó un sábado para que la ayudase a mover a su marido. Ese hombre se murió en mis brazos.

P: Sin embargo, fue muy criticado porque el año pasado no abrió las piscinas en plena pandemia.

R: El ocio es necesario, pero no cuando hay gente pasando auténticas necesidades de hambre. Muchas veces no sé dónde está el sentido común en las instituciones. Quizá falta más gente como yo. No me verán nunca como diputado provincial ni autonómico. Tampoco lo pretendo. En política te tragas muchos sapos. En Alcaldía también, pero tantos sapos a mí no me cogen. La lucha política desde las esferas más bajas a veces es mucho más eficiente que estando en escalas más altas. Estoy todo el día en la calle, con mis vecinos, para saber lo que necesita mi pueblo.

Fernández, alcalde de Daya Vieja desde junio de 2019 TONY SEVILLA

P: Consiguió las ayudas pese al informe de sostenibilidad financiera desfavorable. ¿Cómo lo logró?

R: Me viene bien que alguno piense que este del sombrero es tonto porque juego con ventaja. A veces hay que apretar y jugar un farol, como al póquer o al mus. De perdidos al río. Cuando un animal está encerrado o arrinconado, aunque sea un conejo, te muerde.

P: Es el único alcalde de Compromís en la Vega Baja. Lo han llamado nacionalista.

R: El alcalde nacionalista tiene la bandera de España más grande de la Vega Baja, de 15 metros cuadrados, ondeando en el polideportivo. Ahora la está cosiendo una vecina porque se ha deshilachado y la quiero arreglada para las fiestas. Con los que más discuto en mi partido es precisamente con los nacionalistas, porque si estamos yendo a una unidad europea dónde va la Comunidad Valenciana sola. Pero todos somos nacionalistas. Cada uno tira para su tierra. Cuando juega la selección española quiero que gane, pero mi Daya está por encima de todo.

Creo que voy a salir reelegido y con más concejales; no es pecar de prepotente, sino que es el ambiente que se respira

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P: ¿Se va a volver a presentar?

R: Sí, y creo que voy a salir reelegido. No es pecar de prepotente, sino que el ambiente que se respira es que no solo vamos a salir elegidos sino que probablemente ganemos algún concejal. En los pueblos se vota a la persona, no al partido.

P: ¿Con Compromís?

R: Estoy muy cómodo en Compromís. No tengo órdenes de partido. Quizá también porque saben que si me aprietan mucho rompo la baraja rápidamente. Es probable que las fuerzas de izquierda en las próximas elecciones tengan un varapalo, pero la lealtad institucional y política debe estar por encima de los intereses personales. El PSOE me ha propuesto presentar candidatura con ellos, pero me debo a Compromís.

Hacer un uso partidista de la lengua valenciana es grave e irresponsable; hay ocho líneas distintas para estudiar

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P: ¿Dónde se sitúa en la cuestión lingüística?

R: No tinc problema a parlar la llengua valenciana. Entenc que és cultura. Es fa un ús partidista de la llengua. Estudié valenciano por imposición. Ahora hay ocho líneas distintas para estudiar la lengua valenciana. Hacer un uso partidista y político de un tema como es la cultura es grave e irresponsable. No solo lo hacen los políticos, sino también padres y medios de comunicación. Todos somos responsables de que esto se nos vaya de madre.

P: ¿Qué le motiva a presentar de nuevo su candidatura?

R: La mayoría de los vecinos me dice que no puedo dejar que volvamos a lo que había. Ver que los objetivos, sobre todo económicos, van saliendo. Hoy Daya Vieja está mucho más saneada. He plantado 360 árboles de distintas especies, más que todos mis antecesores en 40 años. La mayoría moreras autóctonas que no generan plagas, no necesitan riego, nos aportan hojas para darles de comer a nuestros animales de granja y sombra. Sin embargo, de eso no se ha hablado, pese a que cuando empecé se habló del alcalde progresista, verde, ecológico que empezaba su mandato cortando siete sauces llorones sin valor paisajístico ni medioambiental porque estaban en medio del pueblo y trasplantarlos suponía romper asfalto, tuberías y aceras. De eso no se ha hablado, sí de los siete sauces llorones en medio del pueblo donde estaba el consultorio médico. En su lugar hay siete naranjos bordes, más acordes con el sitio. 

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