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Ecologistas y vecinos advierten de que cinco plantas solares amenazan Torremendo

Varias organizaciones presentan alegaciones contra centrales, en trámite, que suponen la destrucción de 463 hectáreas de suelo agroforestal y un impacto "crítico y severo" sobre el paisaje protegido de Sierra Escalona y su entorno

El almendro es uno de los cultivos más afectados por las plantas solares en trámite TONY SEVILLA

Las asociaciones de Amigos de Sierra Escalona (ASE), Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) y de vecinos de San Miguel de Salinas, que defienden desde hace décadas la protección y conservación de la Sierra Escalona y Dehesa de Campoamor y su entorno, espacio que constituye un elemento territorial de gran relevancia natural y paisajística en la Comunidad Valenciana, han presentado alegaciones a la autorización, construcción y declaración de utilidad pública de la central fotovoltaica Torremendo II en la pedanía oriolana, donde se están tramitando otras cuatro (Bibey, Itel, Torremendo I y PFV Torremendo).

El escrito, que se ha registrado en el Servicio Territorial de Industria, Energía y Minas de Alicante, señala que "es evidente la brutal afección negativa sobre el paisaje protegido tanto de la central proyectada por separado como de esta sumada a las restantes", por lo que se realiza un análisis conjunto para "no incurrir en la proscrita y mala práctica del fraccionamiento de proyectos", indica Miguel Ángel Pavón, presidente de ASE.

Es "incompatible con la protección y conservación del paisaje afectado" a causa de lo que se describe como "una burbuja especulativa vinculada a las energías renovables que amenaza con deteriorar, innecesaria y gravemente, la biodiversidad", a lo que añade que "deben fomentarse las energías renovables como arma contra el cambio climático, pero en el marco de un modelo respetuoso con el territorio".

Así, indica "efectos críticos y severos" sobre "un entorno muy sensible ambientalmente" ligado al paisaje protegido que incluye el espacio de la Red Natura 2000, Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección para las Aves. Al mismo tiempo, advierte de que los cinco proyectos suponen la desaparición de 463 hectáreas de suelos agrícolas y forestales (69 hectáreas de Torremendo II, 127 de Bibey, 182 de Itel, 60 de Torremendo I y 25 de PFV Torremendo), generando "un impacto ambiental y paisajístico negativo, crítico e irreversible sobre el territorio, la biodiversidad y el paisaje", por lo que solicita a Conselleria que la resolución de los procedimientos de evaluación sea desfavorable y no se otorguen las autorizaciones ni la declaración de utilidad pública (al menos en las tres que tramita la Generalitat, puesto que la de Bibey e Itel competen al Gobierno central).

Es decir, se trata de "un auténtico, brutal e inaceptable cerco de elementos artificiales -completamente ajenos al mosaico agroforestal característico de la Sierra Escalona y su entorno- en la pedanía oriolana de Torremendo", explican las alegaciones. Todo ello "a costa de arrasar, con la colocación de casi 75.000 paneles solares, cerca de 69 hectáreas" de la denominada zona de interés ambiental y de amortiguación sobre áreas de predominio agrícola y forestal.

En suma, continúa el análisis, las obras proyectadas conllevan "el arranque masivo de cultivos tradicionales de secano excepcionalmente bien conservados", sobre todo de almendro, ejemplares dispersos de olivo, algarrobo y pino carrasco, algunos de gran porte, así como movimientos de tierras para adecuar el terreno para que sea apto para la instalación de las distintas estructuras previstas, lo cual conllevará la desaparición de la estructura de abancalamientos.

En cuanto al suelo forestal, solo Toremendo II afecta a 5 hectáreas -cartografiadas en el Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunidad Valenciana-, a las que se suman las 20 hectáreas en el caso de Bibey, casi 60 de Itel y en torno a 6,5 de Torremendo I. En total, "casi 92 hectáreas de suelo forestal que se pretende arrasar", calculan.

En definitiva, insisten, "se va a destruir de forma irreversible el perfil de unos terrenos que se pretenden convertir en un simple y puro erial", lo que "acentúa gravemente los riesgos erosivos de un territorio muy vulnerable a los procesos de desertificación".

Asimismo, apuntan una reducción de la conectividad ecológica entre las sierras del Cristo, Pujálvarez y Escalona "al artificializarse 463 hectáreas del territorio que ya no van a desempeñar sus actuales funciones de conexión ecológica al convertirse en simples eriales sobre los que disponer las instalaciones proyectadas".

La planta solar incumple el artículo 10 del Decreto Ley 14/2020 del Consell para acelerar la implantación de centrales fotovoltaicas por la emergencia climática y la necesidad de la urgente reactivación económica. En concreto, el que establece que debe haber un perímetro de 500 metros en torno a los paisajes protegidos.

Unas 18 hectáreas de las 69 de la central se sitúan dentro de esa franja, ocupando una amplia extensión entre la vertiente este de la Sierra de Pujálvarez y la vertiente norte de la Sierra Escalona. La central Bibey invade 127 hectáreas del perímetro de protección de 500 metros, mientras que Itel 10 hectáreas, Torremendo I 43 y PFV Torremendo 8. Las cinco suman un total de 206 hectáreas.

Según el proyecto de Torremendo II, también quedan dentro de esa zona de 500 metros hasta 2.184 metros del trazado del tendido eléctrico, a los que se suman los 1.152 metros de las centrales Bibey, Itel y Torremendo I que atraviesan el propio paisaje protegido. "Únicamente el tendido proyectado provoca impactos paisajísticos inasumibles que justifican más que sobradamente no autorizar los proyectos en trámite", añaden.

Por último, señalan que los más de 4 kilómetros de tendido eléctrico suponen nuevos riesgos en un ámbito ya suficientemente castigado por la muerte de aves rapaces protegidas por colisión y electrocución: "Supondrá una pérdida irreparable de hábitats y paisajes en una extensión de cerca de 69 hectáreas que ha de evitarse para garantizar el mantenimiento de las actuales poblaciones de rapaces protegidas y de mamíferos carnívoros vinculadas al espacio de la Red Natura 2000, ZEPA y LIC".

Sin olvidar, concluyen, que existen alternativas viables y de bajo impacto ambiental, desde la ubicación de paneles solares fotovoltaicos en los polígonos industriales, suelos terciarios y núcleos urbanos de Orihuela, San Miguel de Salinas y Torrevieja hasta hasta en terrenos de bajo valor ambiental, agrícola, cultural y paisajístico.

Un hábitat en peligro

Las alegaciones subrayan que los proyectos de plantas solares que se están tramitando se ubican sobre terrenos de gran relevancia para la avifauna como zonas de alimentación y campeo, "destruyéndose de forma importante su hábitat". Las zonas afectadas son áreas de cría de especies-presa capitales para la extraordinaria biodiversidad de este espacio natural, entre las que destaca el conejo común. Estos terrenos, por su carácter abierto, son utilizados como zonas de campeo por grandes rapaces diurnas como el águila perdicera, en peligro de extinción en la Comunidad Valenciana, o el águila real, en una de sus principales zonas de dispersión de la Península Ibérica, así como por rapaces nocturnas como el búho real, en un ámbito con una de sus densidades nidificantes más altas del mundo. De hecho, cuenta en el entorno cercano de los cinco recintos de la central con hasta 8 nidos en la vertiente este de la Sierra de Pujálvarez y con uno más en la zona de los Cabezos de Lo Isidoro. También cabe mencionar el uso, como hábitat de reproducción y alimentación, de dichos campos de cultivo y zonas forestales por parte de un ave esteparia residente, el alcaraván común, o de mamíferos carnívoros como el gato montés.

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