El Ayuntamiento de Torrevieja ya está pagando 26 millones al año por el nuevo servicio de recogida de residuos, aseo urbano y limpieza de playas, a razón de 2,1 millones de euros mensuales. Pero dejar atrás seis años de prestación sin contrato no ha evitado un nuevo episodio de improvisación. La empresa adjudicataria ha solicitado, y obtenido, del área de Urbanismo torrevejense un certificado de compatibilidad urbanística para usar su antigua planta de transferencia de La Marquesa-Casagrande como zona de almacenamiento de algas «provisional» durante tres meses, sin exceder ese periodo. Ahora puede solicitar a su vez la licencia municipal que debe firmar el director general de Urbanismo y Proyectos.

Es el tercer emplazamiento que la empresa utilizaría para este uso después de que la Generalitat ordenara cesar la acumulación de algas y podas en el Mirador del Alto de la Casilla. La administración autonómica instruyó un expediente de infracción grave por ese uso sobre una zona verde sin ningún tipo de autorización. La Conselleria para Transición Ecológica actuó después de que este diario reflejara a principios de mayo que en la explanada del parque inacabado se volcaban camiones con podas, tanto de la empresa que presta el servicio como por parte de vehículos municipales -algunos con mezcla de residuos urbanos-, y se utilizaba para acumular algas.

Desde ese momento Acciona realiza los trabajos de acopio y transferencia de podas y algas en el ecoparque municipal, donde también se han producido denuncias de vecinos y de los propios trabajadores por la falta de condiciones de las instalaciones para acumular este material de la playas y el derivado de la conservación de parques y jardines. En esas quejas también se cita que el secado de las algas está provocando el supuesto vertido hacia el exterior del recinto, situado en la zona urbana de acceso a Torrevieja desde la CV-905, frente a Carrefour y el CC Habaneras.

Críticas perjudiciales

La petición de Acciona de emplear ese emplazamiento, desvelada en el Pleno ordinario del pasado jueves por la concejala de Ciudadanos, Pilar Gómez Magán, se realiza para el uso de un recinto clausurado en 2012 durante el primer gobierno de Eduardo Dolón (PP), precisamente por la ausencia de licencia ambiental para llevar a cabo la actividad de transferencia de basuras, algas y podas. Cuando fue cerrado tras una denuncia de la oposición, el recinto, en suelo no urbanizable, se empleaba como taller de toda la contrata, vestuarios, centro de trabajo y sobre todo como planta de transferencia de basuras. Ubicada a menos de 500 metros de la orilla de la laguna de Torrevieja y a escasos 40 del perímetro de protección del parque natural, la actividad nunca logró la declaración de interés comunitario y la licencia del Consell. En el mismo pleno el concejal Israel Muñoz preguntó a la concejala de Aseo Urbano y Contratación, Carmen Gómez, por los problemas de gestión de las algas y restos vegetales de podas que se estaban produciendo en el ecoparque.

Información daba cuenta en 2012 de la inspección de la Policía Local que provocó la clausura de la planta de transferencia. Un agente "se encontró" la instalación que llevaba funcionando desde 2004 mientras realizaba una patrulla. En realidad el informe se hizo porque un juzgado abrió diligencias sobre el funcionamiento de la planta sin licencia David Pamies

La edil aseguró que la denuncia que había llegado sobre ese extremo a la Inspección de Trabajo había sido archivada. Sin embargo, y pese a la intervención previa de la edil de Ciudadanos en la que se citaba la petición de Acciona, no confirmó que la empresa está buscando otro emplazamiento para llevar a cabo la gestión de esos residuos -en la solicitud de la empresa no se citan las podas-. Gómez añadió en su intervención que la oposición no debería cuestionar el despliegue del nuevo contrato porque es algo que perjudica a los ciudadanos de Torrevieja.

20.000 toneladas

Según el pliego de condiciones vigente desde principios del mes de julio la posidonia y las algas se deben retirar diariamente de las playas en temporada alta. Cada quince días el resto del año y también días después de un temporal, con especial cuidado de no cargar en la limpieza arena de la playa. Por indicación de los técnicos puede permanecer más tiempo en la orilla -y según el nuevo decreto del Consell de preservación de la posidonia y contra la regresión costera no deberían recogerse en las playas naturales que en el caso de Torrevieja es apenas un tramo de unos cientos de metros en La Mata y la Cala Ferrís.

El anteproyecto del actual servicio de recogida indica que en Torrevieja se retiran al año 20.000 toneladas de restos de posidonia y algas. Con un coste estimado para la empresa por tonelada de 23 euros. Las algas necesitan una zona de acopio temporal como secadero. El transporte al vertedero definitivo no puede ser inmediato. Las algas deben secarse para perder peso y que el agua marina no afecte a los vehículos de transporte.

CAMIONES EN DESUSO, CONTENEDORES SUBTERRÁNEOS Y MUCHO ABANDONO

El recinto que se quiere emplear para llevar a cabo el almacenamiento «temporal» de algas durante tres meses está muy deteriorado en estos momentos. Son un unos 20.000 metros cuadrados situados junto a la CV-943, que une Torrevieja con La Marquesa y Los Montesinos. Estuvo funcionando a pleno rendimiento sin licencia desde 2004 a principios de 2012, cuando el equipo de gobierno decidió cerrarla coincidiendo con la apertura de un investigación al área de Urbanismo por parte de la Fiscalía por la ausencia de licencia.

Las lluvias de los últimos años han derribado los muros perimetrales aledaños a explotaciones agrícolas de cítricos de manera que el recinto es accesible desde varios puntos. Media docena de farolas han caído y desde el exterior es evidente que ha sufrido actos vandálicos. Sin embargo, la empresa ha seguido empleando la explanada de forma parcial como almacén, sobre todo en los últimos dos años.

No hay constancia de que haya solicitado la autorizaciones para ello. Hay al menos cuatro antiguos vehículos de la contrata estacionados y en muy mal estado, dos de ellos camiones recolectores que la empresa no ha tenido más remedio que poner fuera de la circulación después de más de quince años de uso. Uno resultó calcinado por un fallo mecánico camino del vertedero de Elche. 

También se acumulan más de una docena de cajones de grandes dimensiones pertenecientes a las islas de contenedores subterráneos -la gran novedad del estreno del anterior servicio en 2004-, que la empresa ha ido retirando del casco urbano por su antigüedad y los constantes problemas de mantenimiento que generan: se trata de los que había que vaciar y conservar a través de medios mecánicos con camiones pluma.

Los que cuentan con dispositivos hidráulicos y carga trasera en La Manguilla, Villa Amalia y La Coronelita, en un principio se van a conservar. Incluso, según ha podido comprobar este diario, hay almacenados una docena de contenedores azules nuevos de Ecoembes que deberían estar destinados al vertido de papel y cartón.

El nuevo servicio de recogida de basuras apenas se ha notado en las calles este verano, con dudas razonables de que realmente se hayan desplegado los 400 trabajadores previstos en la contrata. La renovación de papeleras y contenedores será una realidad a mediados de octubre, según el alcalde. El plazo de renovación de la maquinaria -camiones, barredoras, baldeadoras- es una incógnita. 

Pero las quejas sobre la prestación, sin que la empresa haya mejorado la comunicación pública sobre las mejoras del servicio -anunció una aplicación móvil en este sentido- siguen al orden del día. El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, retiró la palabra a un vecino que esperó al final del pleno del jueves -después de seis horas de sesión- para cuestionar cómo se estaba llevando a cabo el servicio.