Guardamar del Segura: El garrofero de San Bruno, testigo del pasado

El Ayuntamiento de Guardamar del Segura ha llevado a cabo una actuación de mejora de la protección del algarrobo o garrofero de la partida de San Bruno, situado en una zona en la que se intercalan campos de regadío con algunas fincas de secano en el Campo de Guardamar del Segura, muy cerca del límite de Rojales. Es un árbol singular con una edad estimada de trescientos años. El municipio ha realizado labores de limpieza, ha instalado un vallado perimetral y un cartel informativo.

Guardamar del Segura: El garrofero de San Bruno, testigo del pasado

El alcalde José Luis Sáez reconoció ayer que el ejemplar ha sufrido algunos actos vandálicos en los últimos tiempos «porque tontos hay en todas partes», y el cartel informativo y el vallado de seguridad intentan proteger el ejemplar, que aparece catalogado en la normativa local aunque no consta en el inventario de árboles monumentales de la Generalitat.

Algarrobos, olivos y almendros eran los árboles más comunes en el secano de la Vega Baja, especies que se vieron relegadas por el avance del regadío. Las garrofas, ahora base de uno de los aditivos alimenticios más preciados del mercado, lo eran de la alimentación del ganado. De hecho esta zona del campo de Guardamar se conoce también por el «bovalar», topónimo en valenciano que hace referencia a una zona acotada para el pastoreo. 

Viviendas turísticas

El paisaje en el que ha crecido y sobrevivido este árbol único, solo comparable con algunos que milagrosamente se mantienen en pie en el secano de Orihuela Costa, se va a transformar radicalmente pronto para dar paso a (otro) mar de viviendas turísticas con vistas a la laguna de La Mata, como las que arrasaron El Raso, y ocupan Ciudad Quesada y Lo Pepín. La iniciativa municipal también hay que enmarcarla en el desarrollo del plan urbanístico y en el interés en que el ejemplar quede bien definido, integrado y protegido dentro de una zona verde. 

Pronto

El Ayuntamiento confirmó ayer a INFORMACIÓN que la empresa urbanizadora del sector ZO-9 ya ha aportado los avales para garantizar la urbanización de los 685.000 metros cuadrados con capacidad para construir 1.600 viviendas. 

Este sector, conocido como El Mirador, es urbanizable desde hace casi dos décadas y los propietarios del suelo tienen derechos adquiridos para desarrollarlo. En los últimos tres años han realizado mejoras en el planeamiento para no afectar a la delimitación de monte público. 

Está prevista una nueva reunión de la administración local con los propietarios -afecta a docenas de vecinos de la zona- para rematar detalles de cómo se van a desarrollar las obras, que se abordarán en cinco fases: se ha reclamado a la urbanizadora los avales en todas, al margen de cuándo se realicen las viviendas. 

PAT

El Mirador figura en la versión preliminar del Plan de Acción Territorial (PAT) de la Vega Baja como un suelo con posibilidad -aunque hipotética- de desclasificación, lo que paradójicamente aceleró su tramitación. 

La oposición en bloque al PAT de los 27 municipios de la Vega Baja, sin distinción ideológica, y de la mano del sector inmobiliario, dejan en papel mojado sine die este proyecto de ordenación del territorio del Consell.