Los productores de limón alicantinos perderán 30 millones si la industria sigue pagando el destrío a 5 céntimos

El 40% de la cosecha de la campaña irá para zumos y aceites esenciales y los agricultores lamentan que el sector industrial abone el kilo 15 céntimos por debajo del coste de producción

Asaja denuncia prácticas prohibidas por ley: «La industria exprime al agricultor con prácticas desleales que nos obliga a vender a pérdidas», critica su presidente

Recolección de limones esta semana en un campo de Torremendo en Orihuela, donde la mayor parte de ellos irá para la industria.

Recolección de limones esta semana en un campo de Torremendo en Orihuela, donde la mayor parte de ellos irá para la industria. / Matías Segarra

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Que la industria paga el destrío de las frutas a un precio bajísimo que no cubre los costes de producción, ni siquiera los de recolección, es algo, lamentablemente, común. Los productores suelen compensarlo con el precio que reciben por la fruta que sí va al mercado. Lo pasan por alto cuando hablamos de un destrío (la fruta «fea» que no se comercializa en supermercados por tener algún defecto) del 10% o del 15%. Sin embargo, cuando esa fruta que va a la industria supone el 40% de la producción total, la cosa cambia, y mucho. Es lo que está pasando con el limón en esta campaña. 

Más de 200.000 toneladas de limones, del medio millón de producción total en la provincia en esta campaña, las comprará la industria. Sin embargo, los agricultores denuncian que el sector industrial está pagándoles el kilo a 5 céntimos, 15 céntimos por debajo de los costes de recolección y transporte.

Algo inasumible para los productores, ya que si la industria sigue pagando el destrío a ese precio, las pérdidas para los agricultores de la provincia, la inmensa mayoría de la Vega Baja, supondrán 30 millones de euros en esta campaña que se encuentra en el ecuador. 

Limones recién recolectados en un campo de Torremendo que serán destrío para la industria.

Limones recién recolectados en un campo de Torremendo que serán destrío para la industria. / Matías Segarra

Daños

Cuatro de cada diez limones que se están recolectando en la provincia van para la industria complementaria. El 31,7% de los limones han sufrido daños en su exterior por las cinco granizadas que cayeron en septiembre en la Vega Baja, la principal zona productora de esta fruta en España con el 40% de la producción nacional y prácticamente la totalidad de la provincia.

Aspecto de unos limones afectados por la granizada de septiembre.

Aspecto de unos limones afectados por la granizada de septiembre. / INFORMACIÓN

Esto, sumado a los frutos que tienen otros defectos, ha provocado que en esta campaña el 40% de la producción, que será de 500.000 toneladas, no se pueda vender a los mercados, que solo compra frutos sin defectos externos, y se destine a la industria para zumos y aceites esenciales.

Son 200.000 toneladas las que adquirirá el sector industrial que, sin embargo, se ofusca en pagar un precio muy por debajo de los costes de recolección y transporte, por lo que el sector agrario provincial ha dicho «¡basta!». 

"Prácticas prohibidas"

Asaja Alicante denuncia que la industria de transformación del limón está cometiendo «prácticas prohibidas» por la Ley de la Cadena Alimentaria al pagar por los limones un precio inferior al coste de recolección. Señala que esta práctica «desleal», conocida como destrucción de valor, está contemplada en la mencionada ley, que establece que «cada operador de la cadena alimentaria deberá pagar al operador inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste efectivo de producción». 

«Es una ruina», lamenta el presidente de esta organización agraria, José Vicente Andreu, quien señala que solo la recolección y el transporte del limón cuestan al agricultor 20 céntimos el kilo, 30 si se suman los costes de producción.

Recolección de limones en esta campaña en una finca de la Vega Baja.

Recolección de limones en esta campaña en una finca de la Vega Baja. / Matías Segarra

Sin embargo, la industria está comprando a los productores esta fruta a 5 céntimos el kilo. «Hemos tenido dos subidas de salario mínimo en el último año, las cargas sociales también han subido, el gasoil y el transporte, si antes costaba todo eso 14 céntimos ahora cuesta 20, y la industria lo paga a 5, es insostenible», lamenta Andreu, quien advierte de que esta campaña va a ser «un desastre, si no se endereza». «La industria está exprimiendo al agricultor con una práctica desleal que nos obliga a vender el limón a pérdidas», señala, contundente. 

En Argentina, donde hay gran competencia en la industria, en la que se ha centrado la producción del limón, "les pagan sobre 20 céntimos el kilo", asegura Andreu, y. en cambio, la industria española, que es mucho más competitiva y potente, "no paga lo mismo", lamenta. 

Obligados a malvender

La industria, dedicada principalmente a la elaboración de zumos, pero también a la extracción y venta de aceites esenciales y otros derivados de alto valor añadido, no está pagando un precio justo por el limón que procesa.

La entidad agraria quiere poner en conocimiento de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) la proliferación de estas prácticas y añade que no solo van contra la Ley de la Cadena Alimentaria, sino también de la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, ya que los agricultores se ven obligados a malvender la fruta al no poder dejarla sin recoger en el árbol si no quieren enfrentarse a sanciones por incumplir esta última norma.

En esta línea, considera que no hay trazabilidad, ni transparencia y, en la mayoría de los contratos, no se incluye la facturación en los limones que van a la industria.

Este problema viene de largo, pues la sectorial ya denunció a través de la subdelegación del Gobierno de Alicante, mediante un escrito dirigido al ministro de Agricultura, que muchas firman se llevan "gratis" los limones, literalmente a cero euros, en concepto de destríos, sin que se sepa con exactitud qué van a hacer luego con esos limones. “No es de recibo que tengamos una ley en vigor y que determinados operadores se la salten con absoluta impunidad. No podemos tolerar que se siga extendiendo lo que se ha convertido en algo prácticamente habitual, que para bajar el precio del kilo de limones a pagar al agricultor se incremente artificiosamente el porcentaje de kilogramos destinado a industria con el objetivo final de llevárselos a cero euros”, remarca el secretario técnico de Asaja Alicante, Ramón Espinosa.

Movilizaciones

Asaja ha pedido que medie la Interprofesional, un órgano en el que están representadas todas las partes del proceso productivo, la industria, la exportación, las cooperativas y las organizaciones agrarias, para llegar a un acuerdo justo, antes de denunciar estas prácticas «abusivas» ante el Ministerio de Agricultura y realizar movilizaciones. «Estamos pidiendo que la industria pague, como mínimo, el coste de recolección y transporte, ya que, si no se cubren gastos, muchos productores cerrarán sus plantaciones», alerta Andreu.

De no cesar estas formas de proceder abusivas, Asaja pondrá en marcha movilizaciones a partir de enero ante el Gobierno para instar al Ministerio a que se cumpla la ley bajo el lema "La industria nos está exprimiendo". 

Limones listos para recolectarse en un campo de la Vega Baja.

Limones listos para recolectarse en un campo de la Vega Baja. / Matías Segarra

El presidente de Asaja Alicante también advierte de «una sospecha fundada de monopolio» al ser «solo cuatro o cinco las industrias que procesan el limón, y todas las semanas fijan el mismo precio». Y anima a los agricultores a que se mantengan firmes y no acepten renegociar contratos de cítricos con precios a la baja.

Buena cosecha y mejores exportaciones

Todo, pese a la buena cosecha de este año, que superará las 500.000 toneladas en la provincia (360.000 de Fino y 150.000 de Verna), y a los buenos datos de exportación, con un 30% más, ya que en Europa prima el limón español por encima del turco, principal competidor, por tener mayor garantía sanitaria.

No obstante, el calor del verano y del otoño, unido a la situación de sequía, deja unos limones con un calibre bastante inferior al de anteriores campañas. Esto está depreciando esta fruta en el exterior, puesto que el consumidor europeo la compra por piezas y no por kilos, por lo que adquiere la de mayor tamaño.