Con tanatorio pero sin cementerio

Orihuela Costa tendrá un tanatorio, ya en construcción, a principios de 2025, como paso previo a un camposanto, una infraestructura que se reclama desde hace 20 años

Obras del tanatorio en la calle Diamante esquina con Amatista y recreación del edificio con la misma perspectiva

Obras del tanatorio en la calle Diamante esquina con Amatista y recreación del edificio con la misma perspectiva / Información

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Principios de 2025 es el horizonte marcado para que Orihuela Costa tenga un tanatorio, cuyas obras comenzaron el pasado septiembre con un plazo de ejecución de 18 meses. Hasta ahora los velatorios y funerales suelen realizarse en Torrevieja, Pilar de la Horadada o San Pedro del Pinatar

La parcela, de 980 metros cuadrados, se convertirá en un edificio -este mes comenzará el cerramiento-, de cuatro plantas repartidas en 1.596 metros cuadrados. Se trata de un suelo cuyo uso es compatible con este fin, pese a la escasez de terrenos en el litoral, reservados en su mayoría para el aprovechamiento lucrativo residencial, los mejor situados y rentabilizados cuyos ingresos millonarios financian las inversiones en el extenso término municipal.

De ahí el fuerte tejido asociativo vecinal que reclama servicios públicos e incluso partidos propios que reclaman la independencia o la descentralización, con recursos humanos y materiales para lograr un montante en inversiones en base a lo que aporta la Costa.

En concreto, la construcción se está llevando a cabo en Villamartín Sur, en la calle Damiante esquina con Amatista, en una zona residencial rodeada de viviendas plurifamiliares y muy cerca del Leroy Merlin de La Zenia.

Además de un sótano, una zona de aparcamiento y el jardín exterior, la planta baja alberga la recepción, un hall, la administración, dos salas de juntas, un despacho, tanatoestética, exposición, dos salones de actos, sacristía, sala técnica y aseos, mientras que el primer piso cuenta con un salón, cuatro salas, cuatro túmulos, vestuarios para el personal y tanatopraxia y el segundo nivel incluye una sala polivalente, aseos, almacén, sala de instalaciones y una terraza.

Con una normativa sanitaria restrictiva, que marca una distancia mínima de 250 metros de las viviendas, ha sido una tramitación larga y complicada -con demoras por el covid incluidas- que comenzó en 2019 y terminó a principios del año pasado, según explican fuentes de la empresa que impulsa el proyecto, Pompas Fúnebres Samper, la tercera generación de una mercantil familiar que trabaja desde 1950 en Pilar de la Horadada, donde en 1987 inauguró el tanatorio Virgen del Pilar, el primero en la zona del sur de la provincia, siendo en 2009 cuando instaló su propio crematorio.

En este caso, ni siquiera se planteó, según las mismas fuentes, la posibilidad de un horno crematorio, que podrá haber causado el rechazo del vecindario, por lo que no se ofrecerá el servicio de incineración.

Sin cementerio

La instalación de un tanatorio en Orihuela Costa es el paso previo hacia el cementerio, una reivindicación de los vecinos desde hace 20 años. La gente se queja amargamente de que hay que hacer 35 kilómetros hasta Orihuela para enterrar a sus muertos.

Por el momento, la propia empresa promotora, en su página web, ofrece el desplazamiento a las iglesias y cementerios elegidos por las familias para la realización del servicio funerario.

Orihuela Costa, con 30.000 empadronados, 90.000 residentes la mayor parte del año y 150.000 los meses de verano, tiene una cuota de población más que suficiente y cada vez menos flotante -aunque no trascienda en el padrón- como para tener un camposanto propio.

La Asociación de Vecinos Cabo Roig y Lomas incluyó esta infraestructura en su programa de mínimos de cara a las elecciones municipales. El PP recogía en su programa electoral de mayo de 2023 la implantación de un cementerio civil en la Costa para personas y mascotas. Un servicio público básico en una zona que muchos eligen para vivir su jubilación pero que carece de un cementerio para el descanso eterno.

Además, Orihuela, con un único cementerio -sin contar los de las pedanías-, propiedad de la Iglesia, se encuentra al límite de su capacidad y con obras de ampliación. Ya en 2014 se redactó un plan, aunque está paralizado, para construir dos cementerios laicos y municipales, uno cerca del casco urbano y otro en la zona de la costa.

El principal escollo, una vez más, es el terreno. Para ello es necesario que el equipo de gobierno actualice el Plan General de Ordenación Urbana, que data de los años 90, para dotar un suelo que preste este servicio tan esencial para la ciudadanía.