ORIHUELA

El Ayuntamiento de Orihuela destina por orden del juzgado a cinco agentes a custodiar el suelo de la finca Langostina para hacer casas

Los propietarios de la casa temen que las obras para nueve chalés y piscinas afecten a la estructura de la vivienda de más de 200 años

Entre la vivienda y los trabajos de la máquina excavadora no hay medidas de seguridad, ni vallado

Con una máquina excavadora en el jardín

D. Pamies

D. Pamies

D. Pamies

Las plantillas de Policía Local andan escasas de efectivos en cualquier gran municipio de la provincia. Es el caso también de Orihuela, y en especial a la hora de cubrir la extensa zona de Orihuela Costa.

Sin embargo, ayer el Ayuntamiento oriolano tuvo que atender la petición expresa del juzgado de Primera Instancia Número 4 de Orihuela de que garantizara la presencia durante buena parte de la jornada de cinco agentes que custodiaran el suelo privado del que tomó posesión el lunes, avalado por una resolución judicial de ejecución de sentencia, un urbanizador en la finca Langostina. El dispositivo policial se mantuvo desde las 9 a 11.30 de la mañana.

Agentes que custodiaron durante más de dos horas las obras del promotor en la finca Langonstina

Agentes que custodiaron durante más de dos horas las obras del promotor en la finca Langonstina / INFORMACIÓN

Un gesto municipal para demostrar a los promotores, que sostienen el motor económico del municipio, que va a estar ahí, velando por sus intereses y para dar seguridad a las resoluciones judiciales en firme.

Fuentes del equipo de gobierno y de la propia policía local han aclarado a INFORMACIÓN este miércoles que se están limitando a acatar una resolución judicial que exigía su presencia el pasado lunes, pero también "los días que fueran necesarios" para consolidar la toma de posesión de esa parte de la finca.

EL OFICIO DE LA JUEZA

En concreto, el oficio del juzgado de Primera Instancia Número 4 de Orihuela, cuya titular es la magistrada Francisca Isabel Fernández Zapata dice que la Policía Local debía presentarse el lunes en la finca Langostina -desde su acceso en Lomas de Juan- para auxiliar a la comisión judicial "teniendo en cuenta que pueden mostrar resistencia los ocupantes (sic) -como así fue porque insisten en que el plan urbanístico de 2002 del PAU-25 les "robó" su finca- o para el caso de "no consentirse la entrada, a que se lleve a cabo adoptando las medidas necesarias, incluso el auxilio de la fuerza pública o el descerrajamiento".

Ese auxilio, aclara la magistrada, no se "debe limitar al día entrega de posesión, sino por el tiempo preciso para llevar a cabo lo que se dispuso en la ejecución de sentencia de "reponer" el inmueble el 21 de octubre de 2021" por lo que el auxilio podría ser necesario "más de un día". El auto, por cierto, se refiere a la Policía Local de la zona como la de "Orihuela Costa".

Detención

Todo al margen de la repercusión mediática que tuviera el lunes por la mañana la detención a la fuerza de dos hermanas, miembros de la familia Wesenauer, propietaria de la Casa Langostina. Ambas fueron puestas en libertad horas después con algunos moratones y rasguños. Se opusieron primero a la apertura del vallado que cercaba la finca y después a su propia detención.

La Policía Local de Orihuela y el Seprona detienen a las propietarias de la finca Langostina al oponerse a la ocupación de parte de la finca que consideran suya

D. Pamies

Daños

Los Wesenauer temen que las obras aledañas, que ahora avanzan a toda velocidad para levantar piscinas y nueve chalés, algunos reservados a compradores sobre plano, dañen la antigua vivienda.

Excavadora en acción en el jardín

Este miércoles a primera hora comenzaba la actividad de una máquina retroexcavadora. Entre las dos partes en la que ha quedado dividida la parcela no hay separación ni valla de seguridad. Directamente, el porche y el establo recae sobre la zona en la que se están realizando obras de entidad, con licencia de obra mayor del Ayuntamiento de Orihuela, sin ningún tipo de medida de seguridad.

El muro

El muro de casi dos metros que la empresa levantó como linde desapareció hace unas semanas. La empresa constructora acusa a la propiedad de la casa de hacerlo desaparecer. La familia mantiene que se construyó sin ningún tipo de autorización, ni licencia.

Histórico

El histórico inmueble, ejemplo del paisaje agrario tradicional, presenta un valor patrimonial que fue en primer lugar acreditado por un arqueólogo municipal oriolano y después por un equipo de expertos de la Universidad de Alicante , miembros del grupo de Planificación y Gestión Sostenible del Turismo y de Derecho Ambiental.

Valor patrimonial que el Ayuntamiento oriolano aseguró que iba a proteger con el impulso al Bien de Interés Cultural sin cumplir su compromiso –lo han aplazado a una revisión global del inventario de bienes protegidos de Orihuela–.

Universidad de Alicante

Investigadores expertos en turismo y en Derecho Ambiental de la Universidad de Alicante ya presentaron en 2021 un exhaustivo informe justificando «la relevancia de la protección de la finca Langostina». En este dictamen que firman el catedrático José Fernando Vera Rebollo y los profesores Marco Antonio Celdrán, Elisa Rico, Tomás Vicente Martínez Campillo, Rubén Martínez y Santiago Vañó, destacaban las particularidades de esta finca y sus valores histórico-culturales para argumentar la necesidad de aplicación de medidas de protección como activo patrimonial.

Una familia paraliza una obra junto a una finca en trámite de protección tras encadenarse a la maquinaria

En el mismo documento los investigadores ya afirmaban que la finca Langostina «corre el riesgo de desaparecer, ya que hay una amenaza de transformación urbanística, ajena a la propiedad, y que justifica la necesidad de actuar en aras de la preservación de esta finca, de manera íntegra». Proponen además desde una perspectiva jurídica las distintas modalidades de protección, convenios y fórmulas de gestión para el uso público y la valorización de esta finca, último testigo del paisaje agrario tradicional de la zona.

Taludes de hormigón que estrechan ramblas

La misma firma que ha pleiteado para desarrollar su proyecto urbanístico en terrenos que en origen formaban parte de la Casa Langostina está levantando a escasos metros, en la misma calle del PAU-25 Castillo del Río, un bloque de viviendas sobre la Cañada de la Posposa, que junto a otras se unen para desembocar en la playa de Cala Bosque.

El PAU-25 se validó en 2002, poco antes de la aprobación del Plan ante el Riesgo de Inundación de la Generalitat (Patrivoca). Las casas se levantan con un talud de hormigón que en algunos casos se solapa con zonas de riesgo geomorfológico de inundación.

Desde ese punto de vista técnicamente las viviendas que se construyen ahora en la zona no correrían peligro por el arrastre de la avenida. Pero sí supone un estrechamiento que hace más peligrosa el agua de escorrentía aguas abajo.