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Cómo limpiar la suela de la plancha: el truco definitivo

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Mati Sirvent

Mati Sirvent

La plancha es un electrodoméstico indispensable en el día a día de muchos hogares, desempeñando un papel crucial en el cuidado de la ropa. A pesar de su uso frecuente, a menudo se le presta menos atención en cuanto a su mantenimiento. Una plancha quemada o con acumulación de cal y residuos de tejidos puede resultar perjudicial para la ropa, dejando manchas o daños. Sin embargo, la limpieza y el cuidado adecuado de la plancha son tareas sencillas y pueden realizarse con productos comunes en el hogar y tampoco hace falta gastarse una fortuna en ellos.

Un método efectivo para limpiar la superficie de la plancha tiene que ver con el uso de bicarbonato de sodio, un producto de limpieza básico y accesible y que hoy en día encontramos en casi todos los hogares. 

Si quieres usar el bicarbonato para limpiar tu plancha, debes mezclar dos cucharadas de bicarbonato con una de agua (la cual, si es destilada, resulta aún más beneficiosa) hasta obtener una pasta. Esta pasta debe aplicarse sobre la suela de la plancha, que debe estar apagada y fría. Utiliza una espátula, preferentemente de un material que no raye la plancha, para extender la mezcla de manera uniforme. Deja que actúe durante unos minutos y luego retira la pasta con un paño limpio y ligeramente húmedo. Para finalizar, pasa un trapo seco sobre la superficie para eliminar cualquier residuo restante.

Para limpiar los orificios de la plancha, una herramienta útil son los bastoncillos para los oídos, que pueden ser humedecidos con agua destilada o un poco de vinagre blanco. Esta técnica es especialmente efectiva para remover la suciedad acumulada en áreas difíciles de alcanzar.

La base de la plancha, quemada

Si la base de la plancha está quemada, un método alternativo es el uso de sal gruesa y papel de periódico. Sobre una hoja de periódico, extiende una capa de sal gruesa y, con la plancha apenas tibia, deslízala varias veces sobre la sal. Este proceso ayuda a eliminar las manchas quemadas sin dañar la superficie de la plancha. Es importante no ejercer demasiada presión durante este proceso para evitar rayaduras y asegurarse de que la suela de la plancha sea antiadherente. Después de este tratamiento, retira los restos de sal con un trapo húmedo.

La limpieza interna de la plancha es igualmente importante. Para ello, llena el depósito de la plancha con agua destilada, sola o mezclada con vinagre blanco para una limpieza más profunda. Enciende la plancha a su temperatura más alta y activa la opción de vapor. Realiza pasadas sobre un paño o toalla vieja, liberando vapor para eliminar la cal y la suciedad acumulada. Una vez finalizado este proceso, vacía el depósito y, cuando la plancha esté fría, pasa un paño limpio para asegurarte de que no queden residuos de suciedad.

En resumen, mantener una plancha limpia y bien cuidada no solo prolonga su vida útil, sino que también asegura que la ropa se mantenga en buen estado. Con unos simples pasos y productos comunes, puedes mantener tu plancha en óptimas condiciones y lista para usar en cualquier momento.