¿Tienes joyas de oro blanco? Así debes limpiarlas para que brillen como el primer día

Guía completa paso a paso para mantener tu joyería siempre reluciente

Cómo limpiar el oro blanco.

Cómo limpiar el oro blanco. / PIXABAY

Mati Sirvent

Mati Sirvent

El oro blanco, elegido frecuentemente por su brillo y sofisticación, es un material popular en la joyería moderna. Sin embargo, para mantener su lustre y belleza, es crucial limpiarlo adecuadamente. Este artículo ofrece una guía detallada sobre cómo limpiar el oro blanco, basada en métodos seguros y efectivos, que asegurarán que tus joyas se mantengan en óptimas condiciones.

El oro blanco es una aleación que combina oro puro con metales blancos como el paladio o el platino, lo cual le confiere un acabado brillante y una mayor durabilidad. A menudo, el oro blanco se recubre con una fina capa de rodio para mejorar su brillo y resistencia al desgaste. Con el tiempo, esta capa puede desgastarse, requiriendo una nueva aplicación para restaurar su apariencia original.

Cómo limpiar el oro blanco

Materiales necesarios

Para limpiar tu oro blanco, necesitarás algunos elementos básicos que probablemente ya tienes en casa:

  • Agua tibia
  • Jabón suave (sin detergentes agresivos)
  • Un bol
  • Un cepillo de dientes suave
  • Un paño suave o una toalla de microfibra
  • Opcional: bicarbonato de sodio o amoníaco para limpiezas profundas
Cómo limpiar el oro blanco.

Cómo limpiar el oro blanco. / PIXABAY

Guía paso a paso para la limpieza del oro blanco

Limpieza regular

  1. Preparar la solución de limpieza: Llena un bol con agua tibia (no caliente) y agrega unas gotas de jabón suave. Mezcla suavemente hasta que se forme espuma.
  2. Sumergir la joyería: Coloca tus piezas de oro blanco en la solución y déjalas remojar durante 5 a 10 minutos. Esto ayudará a aflojar la acumulación de suciedad y grasa.
  3. Cepillado suave: Usa un cepillo de dientes suave para limpiar suavemente cada pieza de joyería. Presta especial atención a las áreas donde la suciedad se acumula más, como bajo las piedras o entre los enlaces de una cadena.
  4. Enjuague: Enjuaga cada pieza bajo agua corriente tibia. Asegúrate de que el desagüe esté tapado para evitar pérdidas.
  5. Secado: Seca las joyas con un paño suave o una toalla de microfibra, tocando suavemente para evitar rayarlas. Asegúrate de que las piezas estén completamente secas antes de guardarlas o usarlas nuevamente.

Limpieza profunda

Para una limpieza más profunda, especialmente si tu joyería ha perdido algo de su brillo o tiene una suciedad más incrustada, puedes optar por métodos más intensivos:

  1. Uso de bicarbonato de sodio: Haz una pasta con una cucharadita de agua y bicarbonato de sodio. Aplica esta pasta suavemente con un paño sobre la joyería, deja actuar unos minutos y luego limpia con el cepillo de dientes suave. Enjuaga y seca como se indicó anteriormente.
  2. Amoníaco: Para una limpieza profunda, puedes mezclar una solución de una parte de amoníaco por seis partes de agua. Sumerge la joyería durante unos 10 minutos, no más, ya que el amoníaco puede ser agresivo. Sigue con el cepillado suave, enjuague y secado.
Existen varios productos que tienes en casa para limpiar tus joyas de oro

Existen varios productos que tienes en casa para limpiar tus joyas de oro blanco. / Veja/Shutterstock

Precauciones importantes

  • Evita químicos dañinos: Nunca uses lejía, cloro o acetonas, ya que pueden dañar el acabado del oro blanco.
  • Cuidado con las piedras preciosas: Algunas piedras, como el ópalo o la turquesa, requieren cuidados especiales. Asegúrate de que el método de limpieza es seguro para cualquier gema incrustada en tu joyería.
  • Revestimiento de rodio: Si tus piezas están perdiendo su brillo, considera llevarlas a un profesional para un nuevo revestimiento de rodio, en lugar de intentar pulir demasiado en casa.

Mantener tus joyas de oro blanco limpias y brillantes no requiere mucho esfuerzo, pero sí el método adecuado. Con limpiezas regulares y el cuidado apropiado, tus joyas pueden mantener su belleza y lustre durante años. Recuerda que, para casos complejos o cuando se requiere un mantenimiento más técnico, siempre es recomendable consultar a un profesional.