El mensajero se lo entregó en su casa de Algemesí pasadas las 10.00 horas del lunes y Judiht, de 25 años, lo abrió enseguida. «Estaba mi hermano delante. Al desenvolverlo, vi que era más pequeño de lo que me esperaba. Saqué los plásticos que tenía dentro y metí la mano izquierda para comprobar su capacidad. En ese momento, sentí un dolor muy intenso en el pulgar».