Adrián Espouy, precocidad figurativa

Andrián Espouy 
ante dos de sus
cuadros.  rafa arjones

Andrián Espouy ante dos de sus cuadros. rafa arjones / r.fenollalicante

Rogelio Fenoll

Rogelio Fenoll

El joven pintor alicantino Adrián Espouy inaugura esta tarde en el Club INFORMACIÓN su exposición homónima y ante las previsiones de asistencia y las limitaciones de aforo ha duplicado el acto. Así, habrá una inauguración a las 18 horas y una segunda a las 20 horas.

Adrián Espouy tiene 19 años y esta es su primera muestra individual en un espacio dedicado exclusivamente al arte. Empezó a pintar con diez años de la mano de Vicente Quiles, su principal influencia y maestro y su obra es pura figuración. Sus cuadros remiten a maestros del siglo pasado como Egon Schiele o Lucian Freud, además de contemporáneos como el español residente en Alcoy Golucho o la británica Jenny Saville, «para mí la mejor pintora joven», afirma.

«Siempre ha sido la figura humana la protagonista de mi obra y mi herramienta poética. A través de ella trabajo las emociones y la expresividad de las mismas, una catarsis de mi subconsciente, mis miedos y deseos, que deriva en la ira, la tristeza, la vejez, el conocimiento, la felicidad y el amor», explica Espouy, que admite que su figuración es «clásica y muy académica». Casi todas sus pinturas son rostros o torsos, apenas cuerpos completos, con fondos planos y degradados de color, y el objeto de su mirada puede ser un amigo, la novia, él mismo, un actor o una imagen captada por internet: «Me paso la vida buscando fotografías de gente que no conozco».

Adrián Espouy que intentó en vano exponer en alguna de las salas municipales de Alicante -«ni siquiera me contestaron», subraya-, muestra hasta el 9 de enero una treintena de obras de vivos colores: «Antes era más fovista, ahora me estoy suavizando -señala- pero me gusta ser intenso en el color, me interesa buscar esa calidad cromática, que es más complicado de lo que parece». Pero si ha habido un artista que le ha «abierto los ojos este último año» ese es Galucho, un pintor enmarcado en el nuevo realismo español, que «me abrió un campo sobre cómo hacer un realismo diferente». En contra de lo que algunos pudieran esperar por su edad y el momento actual, a Espouy no le interesa nada el arte digital, prefiere lo tangible, le gustan Velázquez y Goya e incluso algunos pintores abstractos.

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