El cementerio municipal de El Campello está colapsado. Su capacidad es mínima. Tanto, que ni siquiera va a poder asumir las necesidades que el camposanto tiene en un año. Una media de 80 personas mueren anualmente en el municipio, en los últimos dos meses ha habido siete enterramientos, y apenas quedan 20 nichos.

El alcalde, el popular Juanjo Berenguer, puso sobre la mesa ayer la delicada situación a la que se enfrenta el equipo de gobierno tripartito (PP, Ciudadanos, Vox), admitió que el problema es grave y culpó de la situación al anterior equipo de gobierno por no haber tomado medidas con celeridad para evitar llegar a este punto límite.

Berenguer, que es también concejal del Cementerio, cuenta que nada más tomar posesión en junio ya recibió un comunicado de los trabajadores del camposanto en el que se notificaba la escasez de nichos públicos. En septiembre la cifra era alarmante. El primer edil señala que de una capacidad de 1.780 nichos quedan disponibles 23 y «no hace falta que explique que con el nivel de mortandad podemos calificar de colapso la situación del cementerio».

Es por ello que como medida excepcional y si se produce una situación grave, el primer edil ha dado instrucciones a la concejalía de Patrimonio para que en los espacios libres existentes se puedan situar nichos prefabricados, una fórmula que ya se empleó en 2015 con la última ampliación. Se trata de una estructura que no requiere de obra.

«Espero no tener que llegar a decir que no hay sitio. Hemos expuesto el problema y las soluciones con rapidez», indica, «el planteamiento de hace unos años es el mismo que ahora, ya entonces la situación era tensa».

Berenguer cuenta que en el mandato 2011 a 2015 con el gobierno del PP el cementerio «ya rondaba límites críticos» y recuerda que en aquel momento se propusieron dos soluciones. Que son las mismas que el equipo de gobierno va a poner en marcha ahora. El Ayuntamiento ha encargado la redacción de los pliegos para la construcción de un nuevo cementerio en los mismos terrenos que ya recogía el Plan General de 1986 y que se sitúa en la carretera de Busot. El alcalde señala que ya se disponen de estudios geotécnicos hechos durante el mandato popular. Confía en poder iniciar la obra del nuevo cementerio en un año y a la vez, mantiene el proyecto de ampliar el actual camposanto. El objetivo es que cuente con 500 nuevos nichos y capacidad para casi una década.

El camposanto cuenta también con panteones y un centenar de columbarios.

«En los cuatro años del anterior gobierno la actividad ha sido nula o poco diligente», critica el alcalde y señala que «lo único hecho ha sido solicitar un estudio ambiental a la conselleria».

Soler se defiende

El anterior alcalde, Benjamí Soler (Compromís), por su parte, defiende su trabajo, señala que hubo reuniones técnicas y se hicieron gestiones y recuerda que en su mandato se consiguió contar con los terrenos para la ampliación del camposanto. Advierte que en 2016 la anulación del Plan General de 2011 que permitía la ampliación del camposanto «agravó la situación».

El exalcalde considera que «en lo que llevamos de legislatura se han aprobado varias modificaciones de crédito con cargo al remanente. ¿Por qué no han aprovechado para solucionar momentáneamente la situación? Por cinismo, por atacar políticamente al anterior gobierno y al anterior alcalde», declara Soler.