Sant Joan d'Alacant aplica la máxima de que una imagen vale más que mil palabras. Y ha hecho realidad durante unas horas dos propuestas que por ahora estaban en un papel. El municipio ha experimentado cómo sería la calle Cervantes, una vía paralela a la Rambla y que actualmente es un vial de doble sentido, en una calle de un único carril de circulación. Esta iniciativa forma parte de uno de los talleres ciudadanos enmarcados en la Semana Europea de la Movilidad y que pretende concienciar sobre uno de los problemas principales del municipio: la excesiva dependencia del coche. La reordenación se realizaba este jueves por la tarde y ha afectado al tramo entre la calle Colón y Comtat de Fabraquer donde se han probado dos modelos de circulación.

La propuesta 2 pone el aparcamiento junto al carril bici. INFORMACIÓN

El primero de ellos ha dibujado un carril bici, un carril de circulación de sentido a Mutxamel, y una línea de aparcamiento. El segundo ha probado cómo sería la calle si tuviera un carril bici, un aparcamiento de vehículo al lado y por último la calzada. A pesar de que la lluvia deslució parcialmente la actividad, no impidió que se hicieran las pruebas.

Los miembros de la Comisión Municipal de Movilidad entre quienes hay técnicos, entidades y vecinos conocieron in situ las dos realidades de la avenida. Y tendrán la oportunidad de hacerlo también este domingo al repetir la experiencia en la Rambla. Esta comisión se ha creado dentro de las acciones del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que una vez aprobado, que pretende solucionar los problemas de movilidad de Sant Joan.

Los miembros de la Comisión de Movilidad durante la experiencia. INFORMACIÓN

Desde la concejalía de Movilidad explican que Cervantes es una calle principal amplia que necesita regulación puesto que consideran que no requiere de una doble dirección, ya que la Rambla está justo al lado. En este sentido, el concejal Pablo Celdrán adelanta que en la misma situación está la calle La Moleta, también de doble sentido, y cuyo planteamiento también es el de que sea un vial de un único carril de circulación. En ambos casos, uno de los problemas añadidos y que se quiere atajar es el exceso de velocidad en estos viales.

En Sant Joan la velocidad está limitada a 30 y 40 kilómetros por hora según las calles; pero no en todas se cumple. Las calles con mayor anchura de Sant Joan disponen de doble sentido que, a su vez, son las que permiten alcanzar velocidades mayores. Ello implica una reducción de la seguridad vial, según un informe de la Concejalía. Estas calles son la avenida de Jaume I, Benidorm, Rambla, avenida de Mutxamel, de Alicante, Comtat de Fabraquer, las calles Ramón de Campoamor, Ausiás March, 6 de Diciembre, Mosén Pedro Mena, Diagonal, Moleta y Pintor Velázquez. "Un problema", reconoce el concejal.

Experiencia en la calle Cervantes. INFORMACIÓN

Una de las ideas del Ayuntamiento es despejar el aparcamiento de la Rambla y aprovechar las que habrá con los cambios en las calles de Sant Joan. Celdrán adelanta que "con la reordenación de la ciudad se van a crear pequeñas bolsas de aparcamientos". Tras un estudio de los movimientos circulatorios en Sant Joan, el concejal explica que es una de las opciones que se barajan, teniendo en cuenta que es mayoritariamente de paso para la búsqueda de parking y dirigirlo al futuro aparcamiento de la Ordana. Aunque también advierte de que es algo que no se va a llevar a cabo sin consensuar antes cómo quieren los vecinos y comerciantes esta avenida.

Los vecinos durante el taller urbano en la calle Cervantes. INFORMACIÓN

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El concejal espera que el PMUS pueda aprobarse antes de final de año y empezar a tomar decisiones en cuestiones de movilidad. "Hay que empezar a conciliar porque la sección de la Rambla no es la adecuada, porque los datos nos lo dicen".

La concejalía de Movilidad también ha puesto en marcha una iniciativa para compartir coche. Hasta diciembre ha contratado el diseño de una aplicación móvil personalizada para poner en contacto a conductores y usuarios que quieran compartir el vehículo, y ha hecho una inversión de casi 4.000 euros. Celdrán explica que la aplicación funciona "haciendo 'mach' entre los trayectos que el conductor indica que hace y los del usuario. El edil expone que se trata de un proyecto piloto que trata de reducir costes y de que se reduzca el uso de coches y que tendrá continuidad según su resultado.