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Los universitarios regresan antes de sus vacaciones para vivir las Fiestas de Alcoy

Los Moros y Cristianos despiertan una gran curiosidad entre los alumnos del campus de la UPV que son de fuera de la ciudad, por lo que tratan de conocerlos de cerca - Tras los dos años de pandemia, los días de la Trilogía son una gran oportunidad para socializar antes de los exámenes finales

Germán, Andrea, Irene, Alexandra, Ángela, Karen y Adrián, estudiantes del campus de Alcoy de la UPV, en la plaza principal del campus. JUANI RUZ

Muchos de los alumnos del campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de València (UPV) que son de fuera de la ciudad tienen previsto regresar antes de las vacaciones para disfrutar de los Moros y Cristianos. Las Fiestas generan mucha expectación entre los jóvenes, tanto desde una perspectiva cultural como lúdica. Muchos no están familiarizados con esta tradición y les llama mucho la atención, o quieren ver las semejanzas y diferencias entre la que se celebra aquí y la de su localidad de origen. Y, al margen de esto, estos días son una gran ocasión para confraternizar y desenfadarse. Por ello, bien vale la pena volver antes.

Así lo explican a este periódico varios estudiantes del campus universitario alcoyano, procedentes en su mayoría de otros puntos de la Comunidad Valenciana y de Murcia, y que por diferentes razones sienten una gran curiosidad por los Moros y Cristianos. Algunos desconocían por completo la Fiesta, como la delegada de Alumnos, Ángela García, de Pilar de la Horadada, quien reconoce que no sabía nada sobre esta tradición, al igual que Irene Saura, de Murcia: "Sabía que los Moros y Cristianos existían, pero no exactamente qué eran". Otros sí, caso de Adrián Micó, de Villena, "por la rivalidad" con Alcoy en el aspecto festero y las notables diferencias entre las celebraciones de ambas localidades, aunque sin entrar en detalles.

Sin embargo, ya en su primer curso en Alcoy, antes de la pandemia, pudieron tener contacto con la Fiesta. "Visitamos el Museu de la Festa, y también estuvimos en el Mig Any", comenta Ángela. Gracias a eso "pudimos conocer un poco sobre la indumentaria", añade Andrea Puig, de Gandia. La vida social con otros compañeros también les permitió en muchos casos hacer una aproximación: "A veces te vas a cenar a una filà", señala Adrián, "y preguntas qué es y acabas sabiéndolo", tanto en lo que se refiere a la agrupación festera como al local donde tiene su sede.

"Al final, todos conocemos a gente de Alcoy", apunta el joven villenense, "y siempre ves a alguien de una filà". "O a un músico", apostilla Germán Blasco, que toca en la banda de su localidad, Real, en la comarca valenciana de la Ribera. "Este año voy a tocar en Fiestas de Alcoy, esto es disfrutar al máximo nivel", cuenta ilusionado. Participar de manera activa en una filà, admiten todos, es algo ya mucho más complicado. "Hemos podido vivir de cerca la fiesta y formar una escuadra o hacer de cabos de manera informal, pero nada más", señala Irene.

Adrián destaca, en este sentido, que en Alcoy "la Entrada es más formal, diferente a la de Villena, todos desfilan igual", aunque al mismo tiempo las Fiestas de su localidad "son más igualitarias, allí sale todo el mundo". Al respecto, Irene apunta que "en el tema de la participación de la mujer en la Fiesta aquí van más retrasados, eso debería cambiar". "Sí, aunque sea una tradición [que no desfilen mujeres], eso tiene que evolucionar", agrega Andrea.

"No entendía qué era esto"

Para quienes proceden de más lejos, el impacto visual en la primera toma de contacto con los Moros y Cristianos es mayor. Alexandra Gligorovici es de Carlet (Valencia), aunque su familia procede de Rumanía, y cuenta cómo sus padres acudieron con ella a Alcoy en su primer año en el campus de UPV a conocer la Fiesta y les maravilló, "sobre todo los trajes, porque no tenían nada que ver con lo que estábamos acostumbrados a ver en Fallas". Más exagerado fue el choque para Karen Camero, de Texas (Estados Unidos), quien cuenta que "me parecía todo muy extraño, no entendía qué era esto, ni que hubiera desfiles ya un mes antes".

Ahora, la percepción es diferente, "porque ya sé lo que viene", comenta. Tanto es así, que este año, tiene previsto dar a conocer las Fiestas de Alcoy a familiares y amigos. Aunque para pasar en poco tiempo de neófito con los Moros y Cristianos a anfitrión no hace falta ser de tan lejos; Irene también a traído a allegados, y ella asegura que "yo este año vengo, me da igual que coincida con el Entierro de la Sardina de Murcia". Ángela asiente, y afirma que, aunque ya termina este curso sus estudios, "el año que viene quiero venir también, al menos el día de Sant Jordi".

Todos coinciden en señalar que el hecho de poder salir de fiesta y divertirse de manera desenfadada es otro gran aliciente. Además, se trata casi de la última gran oportunidad de hacerlo antes de los exámenes finales, y este año, tras dos años de interrupción por la pandemia, hay más ganas. "Llevamos ya dos semanas que no paramos", cuenta Adrián entre risas. "Hay mucha vida en la calle", añade Irene. "También, al ser Alcoy tan pequeña, en cualquier sitio te encuentras con todos los universitarios", apunta Andrea.

Espectadores privilegiados en el centro

Buena parte de los universitarios que acuden a cursar sus estudios a Alcoy desde otros lugares residen en el centro histórico, por la proximidad al campus y el menor coste de la vivienda. Eso les hace ser unos privilegiados en estas fechas, ya que tienen la fiesta muy cerca de casa, en ocasiones literalmente a la puerta o bajo el balcón. Así, aseguran que aprovechan la circunstancia para disfrutar en casa de "la previa de la fiesta". Pero eso sí, "todo muy económico, que somos estudiantes", bromean.

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