Por unos pinos sin plagas en Alcoy

La procesionaria supone un grave peligro para la salud de los pinos y entraña además un riesgo para los humanos, por los efectos urticantes de las orugas, así como para las mascotas. Su presencia es bastante habitual, por lo que la lucha contra esta plaga resulta obligada en espacios públicos como los parques urbanos, donde el tránsito de personas es mayor. Alcoy realiza campañas anuales de control de las poblaciones y tratamiento de los pinos, que han conseguido reducir en muy elevada medida la incidencia. Este último año, además, se ha incidido de una manera muy especial en ello, con unos efectos que, según asegura el Ayuntamiento, han impedido la infección de árboles en un gran número de puntos de la ciudad.

La campaña se ha llevado cabo, tal y como explican fuentes municipales, coincidiendo con el ciclo biológico de las orugas, por lo que se comenzó antes del pasado verano con la colocación de trampas con feromonas, con el objetivo de capturar machos en su fase de mariposa y evitar la reproducción de los insectos. En esta ocasión se han instalado 27 de esas trampas en 14 parques, jardines y otros espacios públicos de Alcoy con presencia de pinos, como los de la Zona Norte, Cantagallet, Cervantes, el Viaducto y la Glorieta, entre otros, con el resultado de 274 ejemplares capturados. Esto ha evitado, según el Consistorio, la proliferación de unas 274.000 orugas en meses posteriores.

A eso siguió, ya durante el otoño, la inspección y el tratamiento con productos químicos de los pinos en las zonas que pudieran ser más sensibles a la plaga. Se actuó en 25 puntos diferentes, como los citados parques y otros espacios públicos arbolados como el cementerio municipal, el exterior de los polideportivos Francisco Laporta y Caramanxel y el jardín del edificio de los sindicatos en la Alameda. En 13 de esos lugares se actuó mediante endoterapia, introduciendo el insecticida en el tronco del árbol, y en otros diez con pulverización exterior; en dos de ellos se aplicaron ambas técnicas.

Según señalan las mismas fuentes, durante el pasado mes de enero la empresa revisó todos estos puntos a instancias del Ayuntamiento, sin encontrarse bolsas de procesionaria en parques y jardines públicos. Por ello, aunque la erradicación total de la plaga resulta imposible, desde el Ayuntamiento se muestran altamente satisfechos con la campaña. No obstante, inciden en que la administración pública no puede ejercer un control sobre los pinos situados en fincas privadas, en las que sí se encontraron árboles afectados, por lo que apelan a que los propietarios asuman esa responsabilidad. También recuerdan que la procesionaria es endémica de esta zona, por lo que el trabajo debe ser constante.

El concejal de Obras y Servicios, Jordi Martínez, señala en este sentido que "es importante que la ciudadanía sepa que contra la procesionaria empezamos a actuar en verano de forma preventiva", sin esperar a que en invierno las orugas bajen de los árboles, ya que eso permite mejores resultados. Además, recalca que "las áreas donde se ha actuado son espacios municipales que incluyen puntos de gran afluencia de gente", con el consiguiente beneficio para la salud pública.