Cocentaina proclama su fervor por la Mareta

Cientos de personas abarrotan la iglesia de Santa María y el exterior del templo para rendir honores a la Virgen del Milagro y seguir la declamación de la Súplica - Inés Sánchez ofrece a la patrona "las flores y corazones" de los contestanos en esta jornada especial

La Virgen del Milagro siendo llevada hacia la puerta de la iglesia de Santa María de Cocentaina.

La Virgen del Milagro siendo llevada hacia la puerta de la iglesia de Santa María de Cocentaina. / Antonio Teruel

Cocentaina ha proclamado de manera colectiva este miércoles su fervor por la Mareta. Como cada 19 de abril, la localidad se ha volcado con la Virgen del Milagro, en una jornada que escenifica la profunda devoción existente en la población por su patrona, a la que siempre en esta fecha se muestra entrega y se pide amparo. Una cita que echa raíces en lo más profundo del sentimiento y que destaca también por su multitudinaria asistencia. Así había sido siempre hasta que la pandemia marcó una obligada interrupción en 2020, pero así vuelve a ser, una vez que la normalidad se ha restablecido por completo y las restricciones son cosas de un pasado cercano en el tiempo pero que se quiere dejar bien atrás.

La conmemoración del Milagro que da nombre a la patrona de Cocentaina comenzó en la tarde del martes con la habitual quema de 27 hogueras, una por cada una de las 27 lágrimas de sangre que, según la tradición, lloró la Virgen el 19 de abril de 1520 mientras se celebraba la Eucaristía. También son 27 las salvas que se disparan cada mañana del 19 de abril en recuerdo de ese acontecimiento. Aunque el momento más esperado, no obstante, es el del traslado de la imagen desde el monasterio donde se encuentra habitualmente hasta la iglesia de Santa María. Una procesión que en su recorrido por las estrechas calles del casco antiguo de Cocentaina no es seguida por mucho público, sino que la multitud se concentra al final del recorrido, ante el templo.

Este miércoles no ha sido una excepción. Cientos de personas aguardaban en una abarrotada plaza de Santa María la llegada de la Virgen del Milagro, tras el largo séquito de mayorales y mayoralas, así como de quienes encarnaban en esta ocasión a los condes de Cocentaina y a mosén Onofre Satorre, quien oficiaba la misa aquel 19 de abril de hace 503 años, y también de la suplicante y de los representantes del clero. En torno a las 11 de la mañana hacía aparición la patrona, llevada a hombros por los maseros, en medio del júbilo colectivo. No pocas personas coreaban "¡Mareta, Mareta!" mientras la Virgen era colocada en la puerta de la iglesia, antes de la Súplica, al tiempo que le lanzaban flores.

La imagen de la patrona, llevada a hombros en su recorrido hasta el templo.

La imagen de la patrona, llevada a hombros en su recorrido hasta el templo. / ANTONIO TERUEL

La declamación de la Súplica ha recaído este año en Inés Sánchez, quien ha recitado un texto escrito por Francisco Maíquez Canet. En ella se ha recordado el ofrecimiento de flores que se hace cada 19 de abril a la Virgen, unas flores que "de oro quisiéramos que fueran", pero que además acompañadas "de nuestros corazones, que queremos que estén contigo mientras vivamos". "Eixa és l'ofrena que enguany et portem, flors del jardí contestà i els cors dels teus contestans", ha señalado. La similitud fonética en valenciano de flores y corazones, "flors i cors", se ha repetido en varios momentos del texto, enfatizando el estrecho vínculo de Cocentaina con la patrona. Al final, un ruego: "Que nos ampares en vida y en la hora de la muerte".

Una vez dentro del templo se ha celebrado la misa, presidida por el controvertido obispo emérito de Alcalá de Henares, el contestano Juan Antonio Reig Pla, que siempre acude a esta multitudinaria muestra de fervor en su localidad natal. También se ha disparado una mascletà, y ya por la tarde se realizará la procesión en la que la Virgen del Milagro recorre diferentes calles de la población. Los actos, eminentemente religiosos, continuarán a lo largo del jueves y el viernes.