El mejor profesor de Primaria de España es de Cocentaina y está de excedencia

Paco Pascual Soler recibe el galardón Educa 2023 por su labor en el colegio Sant Roc de Alcoy y su metodología en la que trata de dar una aplicación práctica a los conocimientos que se dan en clase

Este curso está de excedencia para implantar su filosofía en los centros educativos de Senegal

Paco Pascual Soler con el premio este lunes en Cocentaina

Juani Ruz

Paco Pascual Soler lo ha vuelto a hacer. Este contestano ha ganado el Premio Educa Abanca 2023 al mejor profesor, gracias a su filosofía de llevar a la práctica los conocimientos que se imparten en clase. Un galardón a propuesta de los alumnos y sus familias, y que lo conceden los propios docentes. En 2017 y 2018 ya obtuvo este premio, y el pasado año quedó segundo. Y ahora repite por su labor en el pasado curso en el colegio Sant Roc de Alcoy, de donde está ahora en excedencia para dedicarse a su otra gran pasión, el negocio familiar de trajes de Moros y Cristianos, que "es mi trabajo principal, no el de profesor". Y está también embarcado en un proyecto para implantar su metodología en los centros educativos en la ciudad senegalesa de Saint Louis, así como en formar a otros profesores en España.

Paco Pascual Soler, de 44 años, es maestro de Educación Física y entre 2000 y 2023 ha impartido clases en el colegio Sant Roc. Y el pasado sábado recogió su tercer galardón en A Coruña como mejor profesor de Primaria. Y todo gracias a su metodología, que él denomina "filosofía", del aprendizaje-servicio, que une el aprendizaje con el compromiso social. Es aprender haciendo un servicio a la comunidad.

Así, "aplicamos la Ley de Educación para convertirla en un servicio social". Y pone ejemplos de esta labor. Además de aprender en clase las montañas, impulsó el proyecto SOS Mariola, por lo que los alumnos recorrieron 122 kilómetros en 5 excursiones para limpiar el parque natural, una acción educativa que también le valió en 2022 el Premio Nacional de Aprendizaje-Servicio, otorgado por el Centro Nacional de Educación Ambiental Ecológica, perteneciente al Ministerio de Transición Ecológica.

Otro ejemplo es en clase aprender cómo funciona el cuerpo humano y sus enfermedades, y trasladarlo a una visita a una planta oncológica y recaudar 60.000 euros en 2018 para la lucha contra el cáncer. O aprender en clase los sonetos, "algo a lo que te obliga la Ley", y que los niños sepan que ese aprendizaje les va a servir para ir a una residencia de ancianos a recitar sonetos. "La motivación se multiplica por 1.000 cuando ven que lo que aprenden tiene una aplicación práctica. El 'para qué' es la clave", explica este profesor.

Así, explica que "es un método que consiste en llevar a la sociedad como servicio aquello que trabajamos obligatoriamente en el aula", y donde "la persona es lo más importante, es lo que está en el centro", destacando que "los niños no hace falta que se hagan mayores para ser buenos ciudadanos". Y la recompensa es muy grata: "Mi objetivo era que los niños vivieran una aventura y fueran felices, pero esto ha ido mucho más allá". "En el caso del proyecto del cáncer, por ejemplo hay uno de esos alumnos que está en bachiller y que quiere ser médico. Otra exalumna estudia biología por otro proyecto de Félix Rodríguez de la Fuente. Y hay muchos exalumnos que estudian magisterio porque les ha llegado esa filosofía". Y "esta recompensa no tiene precio".

Soler tras recibir el premio el pasado sábado en A Coruña

Soler tras recibir el premio el pasado sábado en A Coruña / INFORMACIÓN

Sobre cómo afecta a este método un cambio de la Ley de Educación, que cada vez que hay un cambio de gobierno se hace una nueva, afirma que "la gente critica cuando sale una nueva ley educativa, pero yo me quito el sombrero porque yo no sabría cómo hacerlo". Y afirma que esta filosofía se puede seguir aplicando, ya que "son proyectos tan globales que los cambios que tendríamos que realizar son mínimos", destacando que existe "la Red Española de Aprendizaje-Servicio, que merecería un premio Princesa de Asturias".

Por último, sobre si cualquier profesor puede ampliar este método, Soler destaca que "yo tengo el peor currículo de España, soy diplomado en Educación Física... Cualquiera puede hacerlo", aunque reconoce que al final esto supone echarle más horas para organizarlo todo.

Ahora, está dedicado en el negocio familiar, donde se sigue encargando del diseño de la empresa de trajes de Moros y Cristianos Ropería Ximo. Y en su proyecto en Senegal. Allí viajó en verano para explicar su método en un centro educativo y regresó en noviembre. Y ahora está inmerso en trasladar su filosofía a la Universidad de Magisterio de Sant Louis, para que se pueda ampliar después de los 46 colegios de la zona.