La prisión de Fontcalent ha superado esta semana la cifra de mil internos tras haber estado cerca de cuatro años sin superar esta barrera psicológica. El delegado del sindicato UGT en la prisión alicantina aseguró ayer que el pasado lunes había 1.005 presos en Fontcalent cuando su capacidad es de 450, lo que sitúa la tasa de hacinamiento en el 223 por ciento y convierte al centro penitenciario alicantino en uno de los más hacinados del país. La cifra volvió a bajar ayer del millar a causa del traslado de una veintena de presos en la conducción normal de cada semana y en una extraordinaria, aunque el grado de saturación es aún elevadísimo y el delegado de UGT señala que los funcionarios afrontan con «temor» la situación porque el hacinamiento se traduce en un incremento de las agresiones entre internos y en una mayor carga de trabajo.

Desde que a mediados de 2002 se superó el millar de presos la cárcel de Fontcalent había mantenido siempre una cifra de internos por debajo de esta «barrera psicológica» gracias a los continuos traslados a otras prisiones de reclusos penados o presos preventivos pendientes únicamente de juicio. En 2002 se contabilizaron 1.001 internos durante la visita realizada por los diputados socialistas Justo González y Juana Serna y ellos mismos denunciaron el peligro de un motín por el hacinamiento elevado y calificaron la situación de «polvorín». La sobresaturación no ha cambiado cuatro años después y Fontcalent sigue necesitando la reestructuración del centro que plantearon los dos diputados socialistas cuando estaban en la oposición.

Celdas con tres reclusos

El módulo 1 de Fontcalent tenía el pasado lunes 281 internos y sólo tres funcionarios están a cargo de la vigilancia, además de tener en casi todas las celdas a tres reclusos, según denunció el representante sindical.

El sindicato UGT critica a la dirección de la prisión porque «en vez de preocuparse y apoyar sin límites a los trabajadores, está más pendiente de los posibles errores que puedan cometer los funcionarios». Asimismo, el delegado de esta organización sindical acusó al director de perder la confianza en los jefes de servicio y no autorizarles para que den los días que tienen pendientes de librar del año anterior.

«Es un descontrol y UGT no entienden que los mandos no puedan dar días habiendo gente sobrante», precisó el delegado, quien además pidió a la dirección que «sea más dialogante con los sindicatos, que será los más correcto y más apropiado».

En cuanto a las denuncias de UGT, el director de Fontcalent, Jaime Hernández, dijo que este año ya se ha reunido cuatro o cinco veces con los sindicatos y respecto a las libranzas explicó que «se piden siempre en Secretaría y sería un descontrol si las diera el jefe de servicio». El director indicó asimismo que el hacinamiento no se puede negar, pero recordó que la prisión tiene un alto índice de entradas y salidas.