Los alrededor de 90 litros por metro cuadrado de media que descargó ayer en seis horas sobre la provincia -con especial virulencia en Alicante que registró 115 litros por metro cuadrado y San Vicente con 113-, la segunda gota fría más importante desde la trágica del 30 de septiembre de 1997 (270 litros en el mismo periodo de tiempo), provocaron el corte de hasta siete carreteras, el rescate de 10 personas y el desvío a Barcelona de un vuelo que llegaba a El Altet procedente de Oslo (Noruega).

La Universidad de Alicante suspendió las clases por la tarde ante el aguacero y anunció que hoy tampoco habrá jornada lectiva, lo mismo que en los colegios e institutos de Callosa de Segura. Bomberos, policía y servicios sanitarios tuvieron que multiplicarse para atender las cientos de incidencias por todos los municipios de la provincia.

La jornada fue tranquila hasta las 14 horas cuando comenzaron a descargar sucesivas trombas de agua que anegaron bajos, produjeron embolsamientos de agua y llegaron a obligar a suspender las clases en la Universidad de Alicante. Seis horas ininterrumpidas de lluvia sobre la comarca de l´Alacantí donde se volvieron a repetir las escenas de todas las tormentas, pero donde funcionaron los colectores del plan antirriadas que evitaron, por ejemplo, la inundación del casco urbano. Como ejemplo, el Barranco de las Ovejas que elevó su caudal hasta los 107 m3 de agua por segundo que salían al mar por su desembocadura en San Gabriel al filo de las 20.30 horas de la noche. Cauce que recogía su vez la avenida que llegaba desde la Rambla de Rambluchar.

Entre la carreteras cortadas por las lluvias destacaron la comarcal que une Elche con Santa Pola, la Ronda Este de Elche y la AP-7 a la altura de Benissa en dirección a Valencia. Aumar tuvo que habilitar un tramo de 3 kilómetros hacia Alicante para la circulación de los vehículos en doble sentido.

En la Vega Baja, dos carreteras comarcales cortadas y otras dos con graves problemas circulatorios, entre ellas la N-332 que discurre por el litoral, así como decenas de inundaciones en vías urbanas e interurbanas y daños en viviendas, plantas bajas y sótanos, fue el primer balance de la tormenta que descargó sobre la Vega Baja. El alcantarillado, deficiente en muchos municipios, sumado a la fuerza de las aguas que llenaron muchos barrancos, desembocó en una situación de emergencia permanente en la que se registraron, al menos, tres rescates de personas atrapadas en sus vehículos y decenas de servicios de achique por parte de los Bomberos de Almoradí, Orihuela y Torrevieja.

El agua obligó a cortar desde primera horas de la tarde las comarcales de Bigastro a Jacarilla, en un tramo de tres kilómetros; y la de San Miguel de Salinas hasta Los Montesinos, a lo largo de medio kilómetro. La nacional 332 sufrió numerosos problemas durante toda la jornada en la Vega Baja; especialmente, en Guardamar del Segura y Torrevieja donde se están efectuando las obras para duplicar el número de carriles. En total, más de cinco kilómetros y medio de lagunas y grandes charcos que, debido a estos trabajos, terminaron por anegar prácticamente la carretera, ocasionando numerosas retenciones y problemas a los conductores que tuvieron que circular con gran prudencia. También se registró un tráfico muy complejo entre Torrevieja y Los Montesinos todo el día, según información recogida por M. Alarcón.

Aproximadamente a las 17.30 horas el Rectorado de la Universidad de Alicante decidió suspender las clases en los aularios I y II del campus de San Vicente como medida de "prevención y precaución", como precisaron desde el vicerrectorado de Espacios a este diario. Hoy tampoco hay clase.

La totalidad de los desagües de la Universidad estaban colapsados, no soportaban ya más agua como tampoco los de la vecina San Vicente y en el Rectorado prefirieron "no correr riesgos innecesarios" y enviar a los alumnos a casa. También el decano de Ciencias cerró tres de las aulas del edificio que tenían filtraciones, hasta poder determinar el alcance de los daños. A media tarde los servicios de prevención de la Universidad se concentraron en colocar sacos terreros en todos los edificios con rampas para protegerlos, como el del Rectorado, la Biblioteca General o el Aulario II porque "llueve sobre mojado", como precisaron, y la tierra, muy húmeda por las continuas lluvias, "no da a basto, como tampoco los pluviales, todos colapsados". Desde el Rectorado permanecían en alerta por si la continuidad de la lluvia obligaba en último extremo a suspender la entrada a clase esta mañana. informa V, Bueno.

El agua del Segura, al mar

Las lluvias apenas descargaron agua en los pantanos de cabecera de la cuenca del Segura. La lluvia se concentró en la franja costera, entre Águilas y Guardamar, por lo que se fue directamente al mar. Rojales llegó a registrar 180 litros por metro cuadrado en 24 horas. Por otro lado, la Confederación del Segura aseguró en un comunicado que las ramblas y los canales del postrasvase Tajo-Segura ayudaron a evacuar caudales. En la cuenca del Júcar, las lluvias fueron mucho más generosas para los embalses.