El Consulado de España en Río de Janeiro admitió ayer a este diario que no puede intervenir en el fondo de la denuncia contra el geólogo alicantino Benjamín Rivera, retenido desde hace un mes en Brasil por querer sacar un trozo de meteorito, pero aseguró al mismo tiempo que sí podrían hablar con el juez que lleve el asunto si éste se prolongara mucho más tiempo con el fin de agilizar el proceso. "Intervenir directamente sería una intromisión en un asunto interno de otro país", señalaron las fuentes consulares, quienes precisaron que esperan que el proceso se resuelva pronto y no dure varios meses como teme el alicantino retenido.

El expediente está ahora en manos de la Fiscalía brasileña y las fuentes consulares señalaron que tienen un plazo de quince días para decidir si presentan una denuncia o no. Este plazo concluyó ayer, según Benjamín Rivera Conlledo.

Las fuentes consulares explicaron que, una vez se pronuncie la Fiscalía, el caso pasará primero a la defensa si decide presentar cargos o lo enviará directamente al juez si acuerda no denunciar al geólogo alicantino. Desde el consulado español señalaron que comprenden la situación de desesperación de Benjamín Rivera y se mostraron confiados en que se resuelva pronto y de forma favorable.

El alicantino agradece el comportamiento del personal del consulado de Río pero no llega a entender que "me digan que no podemos hacer nada aunque sea inocente". La desesperación continúa tanto en Benjamín como en su familia y la situación puede empeorar si se alarga el proceso porque eso supone mucho dinero para pagar el hotel, la manutención y el abogado. "Tendría que vender todo lo que tengo", advirtió el geólogo alicantino, quien reside desde hace tres años en la ciudad boliviana de Santa Cruz. Su mujer es boliviana y regresó a su país hace aproximadamente diez días. Benjamín tiene claro que "aún estaría en la cárcel si mi mujer no hubiese estado aquí cuando me detuvieron".

El agricultor al que compró el trozo de meteorito, Deocleciano Gomes da Silva, ha hablado en una televisión brasileña y ha reconocido que vendió la piedra a un extranjero "por cien dólares y una chaqueta de cuero, pero no me arrepiento de lo que hice".

Rivera señaló que "además de esperar y esperar no sé que hacer". La difusión de su insólito caso en los medios de comunicación le da ánimos porque "antes estaba hundido y gracias a vosotros veo más posibilidades de que esto termine de una vez".

Su madre, María Dolores Conlledo, esperaba ayer desde Alicante alguna novedad sobre la situación de su hijo y calificó de "ridiculez" que Benjamín esté retenido en país por un hecho que no está prohibido expresamente en la legislación penal brasileña.