Pepe Ato trabaja como fisioterapeuta en un hospital de Gonesse, una localidad situada a pocos kilómetros de París. Allí, el español no es un idioma extraño. "Somos seis compatriotas. Así que España está muy presente en el hospital", asegura el joven, que en el próximo mes de mayo cumplirá dos años en Francia, donde llegó con un objetivo: conseguir un trabajo "serio".

Pepe terminó los estudios de Fisioterapia en 2007, en la Universidad de Murcia. Desde entonces, intentó hacerse un hueco en su sector, pero no encontró la oportunidad. "De siempre me había interesado la Ciencia. Al final me decanté por Fisioterapia, aunque valoré Podología, Veterinaria... Durante la carrera no trabajé, pero sí eché alguna mano en la empresa familia, una zapatería. En mi sector, no me planteé qué hacer con mi vida hasta que no terminé la etapa en la universidad. Entonces, empecé a buscar alternativas...", explica Pepe, desde Francia.

Preguntó a amigos, a profesores, colaboró con un equipo de fútbol... "Pero la situación no estaba fácil". Metió la cabeza en las bolsas de trabajo de Alicante, Murcia y Albacete. "Y seguía sin salir nada...".

Conseguía alguna sustitución por horas y se decidió por mejorar su currículum estudiando Osteopatía. Contactó con un compañero en Murcia y consiguió estar seis meses en una clínica... "No cobré, pero me sirvió para aprender y hacer clientes". Le salió un trabajo en otra clínica de fisioterapia. "Allí me pagaron, pero no tenía contrato. Apenas me sacaba para los gastos de gasolina. Sobreviví porque vivía en el piso de mi novia, así que no pagaba alquiler...". El panorama no le permitía ser optimista, así que Pepe empezó a pensar en el extranjero como una alternativa para encontrar un empleo "medianamente decente". Le hablaron de Francia... Y al poco tiempo empezó con los trámites para poder trabajar en el país vecino. "Varios amigos me dijeron que se trabajaba bien y que se ganaba un sueldo aceptable [ahora cobra 1.600 euros]. Así que aposté por irme, aunque no tenía ni idea de francés".

Empezó con una vinculación de un mes, que se amplió a tres... Y así hasta conseguir el actual contrato indefinido. Pero él no se conforma. "Estoy contento por aquí, pero siempre se puede aspirar a mejorar. Rico no me voy a hacer, pero la experiencia está siendo buena", explica Pepe, quien admite que quiere dar un cambio a su vida. "En Francia, los fisioterapias locales trabajan por privado, así es como se gana más dinero. Se puede conseguir hasta 6.000 euros al mes...".

Vive con un compañero murciano y comparte trabajo con seis españoles. "Y puede que seamos más, ya que estoy buscando trabajo de celador para un amigo. A ver si tiene suerte por aquí. Es licenciado, con idiomas, pero no encuentra nada". Pepe, en cambio, no sabe qué será de su vida en un futuro próximo. Por un lado, reconoce que le gustaría volver a Alicante, "porque la tierra tira mucho". "Nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos, como me ha pasado a mí", matiza. Por otro lado, no descarta hacer vida en Francia. "¿Por qué no quedarme? Y si encuentro pareja, un trabajo que me satisfaga... ¡Quién sabe! Me da miedo atarme aquí, aunque tampoco me apetece mucho volver y tener que empezar desde cero. La vida se lleva como se puede. Me vine para trabajar, pero hay que intentar ser feliz... Nunca te puedes olvidar de tu familia, de tus amigos... Tampoco te olvidas de pequeños placeres como salir a tomar algo a una terraza, el clima...".