Ni las mascletàs ni las vibraciones del tranvía. Los expertos consultados coinciden en que las principales causas del deterioro de la fuente de Luceros son la falta de mantenimiento, el tipo de materiales y su degradación con la humedad y el paso del tiempo. No obstante, añaden que todo suma y no ven con malos ojos la decisión del Ayuntamiento de Alicante de cambiar de ubicación las mascletàs de Hogueras.

Como se recordará, los informes técnicos municipales apuntaban a causas internas, como la calidad de los materiales o la oxidación de la estructura de hierro, pero también incidían en causas externas y por ello desaconsejaban en lanzamiento de las mascletàs en Luceros. Los técnicos sostienen las ondas expansivas de las deflagraciones provocan «microfisuras en la superficie de la obra» y que, además, «la pólvora y sus componentes, como el azufre, reaccionan con el cálcico del monumento generando el denominado 'mal de la piedra'».

El reconocido ingeniero alicantino Florentino Regalado apunta que «las mascletàs pueden provocar vibraciones y no ayudan, pero no son las responsables directas del deterioro». Incide en que «pueden producir algún daño, pero no tienen la culpa» de lo que le ocurre a la escultura. Esa «culpa» hay que buscarla «en los materiales, en los 85 años de vida que tiene, en las dilataciones térmicas, en la humedad o en el ambiente marino». Regalado incide en que «si la fuente estuviera intacta y hecha con buenos materiales, la mascletà no tendría potencia para dañar el monumento». Sin embargo, añade que no pone en duda que hayan contribuido al deterioro, por lo que ve acertada la decisión de trasladar los disparos a la plaza de la Estrella.

Aunque los informes técnicos municipales apuntaban también a la posible afección de las vibraciones del tranvía y de la construcción de la estación de Luceros que obligó a desmontar la fuente, Florentino Regalado quien participó en las obras del Tram se muestra tajante al asegurar que esta infraestructura nada tiene que ver con el deterioro del monumento. «El Tram no tiene la culpa», incide.

En ello coinciden otros expertos consultados, como el presidente del Colegio de Arquitectos de Alicante, Antonio Maciá. Este último considera que «cualquier elemento que genere vibración influye, pero no es suficiente para provocar el deterioro». Así, considera que el problema no son tanto las mascletàs o las vibraciones del tranvía, sino que el estado de Luceros se deriva de «un problema de mantenimiento y del deterioro de la estructura interna de la escultura». Considera que los disparos pirotécnicos «son un factor más, pero es peor el ambiente salino y la contaminación». En cuanto al traslado de sitio de las mascletàs, le parece bien como medida de precaución, pero añade: «Hay que tomar otras medidas».

Por su parte, el arquitecto Rubén Bodewig, de Alicante Vivo, considera que las principales causas del deterioro de la escultura están en «la falta de mantenimiento y en la oxidación del hierro de la estructura». No obstante, coincide en que «todo afecta» y comparte el traslado de las mascletàs, pero incide en que de no tomar medidas para mantener el monumento podría sufrir daños irreversibles.