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Turismo

A la caza del «oro» de Moscú

El sector turístico considera que Rusia es la alternativa contra la dependencia británica y española

Un grupo de turistas rusos participa en una de las visitas teatralizadas del Castillo de Santa Bárbara en Alicante JOSÉ NAVARRO

Algunos historiadores calculan en unos 12.000 millones de euros el valor de las más de 500 toneladas de oro que el gobierno republicano de Largo Caballero envió a Rusia en plena Guerra Civil española. Una acción para garantizarse financiación ante el avance de la tropas de Franco pero que, viendo como acabó la contienda, de poco sirvió. Ochenta años después la Costa Blanca busca, salvando todo tipo de analogías, lo contrario. Ha puesto los ojos en el potente mercado turístico ruso, un país con millones de habitantes con ganas de viajar, con un nivel de gasto por encima de la media del resto de los turistas extranjeros, y que aparece como la gran esperanza del sector turístico provincial.

«El turismo ruso es ahora mismo la máxima prioridad del sector turístico de la Costa Blanca como mercado complementario a los británicos y a los españoles. Hablamos de un país muy grande, con poder de gasto y ávido de vacaciones. Eso sí, debemos ser constantes, porque no podemos pretender sacar rendimiento inmediato. Hablamos, al menos, de una iniciativa que durará 15 años». La reflexión de Javier García, vicepresidente de la patronal hotelera Hosbec y de la Confederación Española de Alojamientos Turísticos, Cehat, resume el momento, crucial, en el que se encuentra la Costa Blanca de cara a la captación del potente turismo ruso.

Un mercado que este año se ha resentido a nivel global en España por la crisis de Crimea -descenso del 0,3% en el número de turistas y del 9% de las pernoctaciones hoteleras en España hasta mayo-, pero no se nota en la provincia, donde, según los datos que maneja el Patronato Provincial de Turismo, el año se cerrará con unos 300.000 visitantes rusos. Rusia cuenta con un PIB de 1.540 billones de dólares, una inflación del 6,5% y una tasa de desempleo del 6,1%. Su situación económica es estable gracias a un petróleo que cotiza por encima de los 100 dólares/barril. Se estima que en 2020, se situará entre las cuatro mayores potencias económicas mundiales.

Para el diputado provincial de Turismo, Joaquín Albaladejo, que se ha tomado la promoción de la Costa Blanca en Rusia como el gran reto de la legislatura, «hoy por hoy los rusos representan una oportunidad que no se puede despreciar y coincido con el sector en que es la gran alternativa a los británicos. Importantes pero no podemos depender sólo de ellos. Hablamos de un país con millones de habitantes y un buen nivel económico», subraya el diputado torrevejense.

Los atractivos

«Mi objetivo y el de mi familia es comer bien, descansar, bañarnos en la playa y que mis hijos se pongan fuertes al sol para pasar luego sin problemas el invierno de Moscú». La afirmación de Peter, un ruso afincado desde hace un par de años en un chalet de la Coveta Fumá en El Campello, define el perfil del nuevo turista ruso de la Costa Blanca. Los tiempos en los que por el Montíboli de La Vila pasan millonarios rusos a los que los rublos se les caían de la toalla en la piscina pasaron a la historia. Todavía los hay, por supuesto, y hasta la provincia han llegado a pasar temporadas de descanso familiares directos del propio presidente Vladimir Putin -la leyenda sostiene que en plena crisis de Crimea alguien le vio en un spa de estos de lujo escondidos por la Marina-, pero hoy en día las decenas de rusos que eligen las playas alicantinas no difieren mucho de los noruegos o los alemanes. Visitantes con buen poder adquisitivo que huyen del glamour de la Costa del Sol y del populismo de la Costa Brava, y que en la provincia han encontrado su Edén particular.

Un lugar con la mejor temperatura media de la España peninsular, con buenos precios, con calidad, perfectamente comunicado desde el aeropuerto (hasta dos vuelos diarios este verano) y seguro, un espacio blindado contra la delincuencia y con buena atención sanitaria. «Yo en Coveta estoy mejor que en Moscú pero me pasa igual que a ustedes, los españoles. Tengo hijos en edad escolar y me tengo que ceñir a su calendario», apunta Peter, quien además de las razones «oficiales», destaca detalles como que «fruta y pescado como en Alicante es imposible encontrarlos en Moscú. Allí el pescado es carísimo y hasta huele raro».

El Patronato Provincial de Turismo prevé que cuando se cierre la temporada en diciembre, la provincia haya recibido a unos 300.000 visitantes rusos que se están convirtiendo, además, en un mercado que a largo plazo puede ayudar a combatir la estacionalidad. Los rusos no llegarán nunca al nivel de la cantidad de los británicos «pero también es cierto que un ruso gasta en destino como cinco ingleses», apunta un veterano hotelero de la Costa Blanca que más de una noche ha tenido que preparar un arroz a banda de madrugada porque «el rublo es el el rublo».

En general, el primer alojamiento del turista ruso que elige la provincia es el apartamento de alquiler o la vivienda en propiedad. «Los rusos son muy anárquicos cuando salen de vacaciones y no les gusta la disciplina de los horarios de los hoteles», apunta Ana, una joven comercial que asesora a los rusos que viajan a la provincia. Poco a poco, y aunque todavía quede la rémora del idioma, el sector turístico va poniéndose las pilas y han ido surgiendo tiendas y empresas especializadas en atender a un turista, comprador, por otro lado, convulsivo. El Corte Inglés ha incorporado a su megafonía interna los mensajes en ruso, y las compañías aéreas que conectan el aeropuerto provincial con Moscú han concentrado su gran parte de su programación los fines de semana.

¿Ojo comercial? De momento, 128.368 rusos llegaron a la provincia por El Altet en 2013, un 35% más que en 2012. Pasajeros ávidos de compras y con un nivel de gasto mucho más alto que el turista extranjero convencional. Casi todos de las ciudades de Moscú y San Petersburgo, aunque se trabaja ya con una programación de vuelos chárter que llevará la provincia hasta la mismísima Siberia.

La crisis de Crimea y posterior enfrentamiento entre Rusia y Ucrania ha retraído al turismo ruso en España al haberse devaluado el rublo un 20%, pero para nada en la Costa Blanca. Ejemplo: Versa, uno de los tour operadores que más trabaja en la provincia desde hace dos años ha ampliado hasta noviembre su temporada alta que, en principio, acababa en octubre, al haber crecido un 40% la reserva de vacaciones desde ciudades como San Petersburgo y los vuelos van al 100%. La conexión con la antigua Leningrado también está cubierta desde junio con vuelos regulares de Vueling (14.000 plazas). El mercado ruso mueve al año unos 500 millones de euros en la provincia, repartidos en la inversión inmobiliaria y en el gasto de estos visitantes de poder adquisitivo alto (2.042 euros por viaje y 126 euros al día con una estancia de 15 días).

Los porcentajes de crecimiento de los rusos eran impensables hace unos años. Ahora estos turistas ofrecen plusvalías económicas que, además, se reparten por todos los subsectores turísticos, desde el hotel a la segunda residencia pasando, por supuesto, por los comercios. Las costumbres de los rusos que visitan la provincia no difieren en mucho de las de los españoles, aunque tienen mayor poder adquisitivo.

Existen dos grupos diferenciados. Los rusos que cuentan con vivienda propia o la alquilan, que reclaman, sobre todo, tranquilidad, y buena comida, escogiendo productos que, en Moscú, o son carísimos, o no tienen la calidad de los alicantinos, como son la fruta, las hortalizas, el pescado y la moda.

El otro perfil es el convencional, el turista que llega entre abril y octubre; familias con niños que encuentran en las playa y la gastronomía la fórmula mágica para afrontar después el duro invierno ruso.

Rusia es el segundo país emisor de visitantes a España con mayor gasto medio por viaje y desde 2010 ha triplicado su gasto total. En 2013 el turista realizó un gasto de 168,1 millones de euros en la Comunidad Valenciana, con un gasto medio por persona y viaje de 2.042 euros y un gasto medio diario de 126 euros. La provincia es el cuarto destino más visitado por los rusos en España, con una cuota del 6,8%.

Actualmente, el número de turistas que visitan España está cifrado en un millón de viajeros y su motivo de visita es el ocio vacacional, con un segmento muy identificado con familias y con un alojamiento preferiblemente hotelero, en el 85% de los casos.

Por otro lado, al margen de los rusos que llegan a la provincia por el aeropuerto de El Altet, muchos ciudadanos de la Federación Rusa entran en España por los aeropuertos de El Prat y Barajas, desplazándose después por carretera. Casi todos los rusos proceden de Moscú y San Petersburgo, pero el Patronato ha detectado también la entrada de turistas de Kazán, Krasnosdar, Ekaterinburgo y, entre otras, Rostov, donde el crecimiento de la solicitud de visados ha sido espectacular.

Ochenta años después el «oro» de Moscú debe volver.

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