La magia y el simbolismo de la llegada de la noche en pleno recorrido de una procesión se vivió ayer por primera vez en esta Semana Santa de Alicante. Tres comitivas salieron en la tarde de ayer desde diferentes puntos de la ciudad, las tres con lugares emblemáticos del centro como punto de llegada, y para las tres la caída de la luz supuso dar una tonalidad especial a la vistosidad y la solemnidad de los pasos. Un anticipo, por otra parte, de la gran expresión de fervor que se vivirá a lo largo de los próximos días.

La Cofradía de San Pedro Apóstol fue la primera en salir, a las seis de la tarde desde la Basílica de Santa María. Esta procesión llevó un único paso, el de San Pedro, que recorrió diversas calles del centro hasta llegar, ya cuando la claridad se marchaba, de nuevo al punto de partida. Una hora más tarde salió la Cofradía del Santísimo Cristo del Hallazgo y Virgen Dolorosa, llevando los dos pasos que dan nombre a la entidad religiosa y que simbolizan el inicio de la Semana de Pasión. Partió del convento de las Hermanas Capuchinas y, a través de vías céntricas como Alfonso el Sabio, llegó hasta la Carrera Oficial, para después dirigirse, ya a primera hora de la noche, a la Estación de Penitencia de la concatedral de San Nicolás, y desde allí a la plaza de San Cristóbal, donde se realizó el simbólico encuentro entre las imágenes.

También a las seis de la tarde salió la Penitencial Hermandad de Jesús Atado a la Columna en su Santa Flagelación, en este caso desde la parroquia de San Blas. Una procesión de recorrido más largo, que impregnó el recorrido de sentimiento religioso. Tras pasar por la Estación de Penitencia de la parroquia de María Auxiliadora, se dirigió hacia la Carrera Oficial y posteriormente a la Estación de Penitencia de la concatedral, donde finalizó al inicio de la noche. Los pasos del Santísimo Cristo de la Fe, el Encuentro de Jesús con su Madre y Nuestra Señora de la Corona de Espinas fueron la muestra de este fervor vespertino que tuvo además una notable expectación a su paso.