Un auténtico batallón contra los incendios forestales. Eso es lo que va a tener la provincia de Alicante este verano, después de que el incremento del número de bomberosy las nuevas brigadas rurales hayan situado el número de efectivos en 2.600, lo que supone el mayor dispositivo de la historia. Los voluntarios, como viene siendo habitual en los últimos años, van a desempeñar un papel fundamental en una campaña que se vuelve a presentar complicada debido al fuerte crecimiento de la vegetación tras las lluvias de esta primavera. El calor, además, ya ha irrumpido con toda su fuerza, empezando a secar las sierras hasta convertirlas en un polvorín.

Todo está preparado en la provincia de Alicante para hacer frente a la época de mayor riesgo de incendios forestales. La principal novedad de este año es el incremento del número de efectivos, que se sitúa alrededor de 2.600 entre profesionales y voluntarios, lo que supone unos 300 más que el año pasado.

En lo que respecta a los cuerpos profesionales, destaca por el lado de la Diputación el refuerzo de la plantilla de bomberos, que aumenta hasta los 600 con la incorporación de 116 nuevos integrantes procedentes de la bolsa de trabajo. Si bien su llegada ha coincidido con el inicio de la campaña estival, su presencia en los distintos parques de la provincia ya será permanente.

En lo que respecta a la Generalitat, el conjunto del territorio vuelve a contar con doce unidades de bomberos forestales distribuidas de forma estratégica. Se trata de las que tienen su radio de acción preferente en Villena, Font Roja, Tibi, L'Orxa, Vall d'Alcalà, Parcent, Benissa, Benimantell, la Torre de les Maçanes y Xixona, que están operativas todo el año, además de las de Guardamar del Segura y Relleu, que actúan entre mayo y octubre.

Además, y ahí está la novedad por parte del Consell, se cuenta con las unidades de prevención que a principios de año se pusieron en marcha en 37 municipios rurales de la provincia, que al tiempo que han realizado tareas para prevenir incendios junto los cascos urbanos, han contribuido también a evitar la despoblación con la contratación de más de 200 vecinos que estaban en paro.

Por último, hay que hacer referencia a los voluntarios, que desempeñan un papel decisivo. Son nada menos que 1.700 los que se dedican a controlar los montes. Alrededor de 80 entidades integradas por 1.500 personas centran sus esfuerzos en la vigilancia, mientras que otras nueve con 200 efectivos colaboran en tareas de extinción.

A todo ello hay que sumar los medios aéreos, tres aviones y un helicóptero del Consell, que se suman al helicóptero del Consorcio.

El director general de Emergencias de la Generalitat, José María Ángel, destacaba el esfuerzo que está llevando a cabo el nuevo gobierno autonómico ampliando a seis meses la operatividad de las unidades de bomberos forestales de refuerzo, cuando antes sólo estaban tres, y convirtiendo otras en permanentes. También se ha extendido en 45 días el período de prohibición de quemas. «El cambio climático es una realidad y el estrés hídrico que sufre la vegetación también. No nos podemos despistar ni un segundo», resalta.