Jornada muy tranquila en lo meteorológico con máximas de 30 grados en la franja costera y calor seco en el interior donde se pueden alcanzas los 33 grados. Desaparece por completo el riesgo de tormentas. Las tormentas han abandonado este miércoles la Comunidad, donde ya no hay ningún aviso activo, dejando el aire algo más fresco y refrescando el ambiente y dejando cielos poco nuboso o despejado, según la predicción de la Aemet. Las mínimas de las últimas horas se han registrado en Rojales y Alicante en los 20,9º, en Miramar en 20,1º, en Castelló en los 19,7º, en València en los 19,5º, en Torreblanca en los 19,2º, enOliva en los 19, en Xàbia en los 18,9º y en Vinaròs en los 18,2º.

Por otro lado, el calo, tal y como apunta Acierto.com, puede acabar afectando a nuestra salud y a nuestra vida cotidiana si no tomamos las medidas necesarias. Entre otros, las altas temperaturas pueden generar agotamiento, náuseas y deshidratación, incrementar el riesgo de sufrir calambre.. Tales son sus consecuencias que el calor también afecta a la conducción, principalmente a los reflejos y a la sensación de fatiga. Y es que las altas temperaturas pueden generar cansancio y somnolencia, y alargar el tiempo de reacción ante determinados estímulos. Algo todavía más peligroso en la carretera.

Así, conducir con exceso de calor puede incrementar más de un 20% el riesgo de accidente. Eso sí, este está directamente relacionado con la temperatura: cuanto más alta, mayor es el peligro. Para que nos hagamos una idea, conducir a 35 grados puede provocar que el conductor deje de percibir el 20% de las señales de tráfico e incremente sus errores más de un 30%. Nuestra visión también empeora e incluso pueden aparecer ciertos efectos o reflejos fruto del aire caliente.

En cuanto al resto de los ocupantes, el comparador de seguros acierto.com recuerda que dejar a un menor dentro del vehículo durante 10 minutos (con una temperatura exterior superior a los 25 grados) dispara las probabilidades de que sufra un golpe de calor. Los más vulnerables son los niños menores de 4 años y los adultos de más de 65, así como aquellos que padecen enfermedades cardiovasculares, respiratorias o demencias.

Más allá del conductor, el calor también tiene consecuencias sobre el propio vehículo. Tal es así que, según los datos que maneja acierto.com, la ola de calor provocó un incremento del 16% del número de averías en carreteras españolas. Y es que las altas temperaturas pueden incrementar el deterioro de determinadas piezas. Entre otros, generan una serie de reacciones químicas en las baterías, sobre todo en aquellas que tienen más de 4 años de edad.