El grupo Eiffage tiene previsto comenzar el próximo mes de febrero las obras para construir la terminal cerrada para mover los graneles en el puerto de Alicante, con el objetivo de estrenarla a final de año. El inicio de los trabajos acumula un retraso de un año, y en noviembre de 2020 pasado se cumplieron ya cuatro años de la resolución de la Dirección General de Medio Ambiente de la Generalitat, que ordenada al puerto a dotar a los muelles de esta terminal. El arranque de las obras coincide con el final de los trabajos que desde marzo del año pasado ejecutaba el puerto para reforzar el muelle 17, y que este aguante el peso de la nave, con medidas antiterremotos.

En el refuerzo del muelle se han aplicado técnicas innovadoras incorporando en la estructura columnas de hormigón en masa, dispuestas longitudinalmente al muelle, y se ha reforzado el dique ya existente. Esta técnica tiene como objetivo incrementar la resistencia de la parte trasera del muelle 17 para potenciar su estabilidad, incluso ante movimientos sísmicos. Es la primera vez que se ha utilizado en el puerto. Los trabajos consistieron en perforaciones por desplazamiento lateral del terreno, sin extraer material, inyectando el hormigón a baja presión con equipos de bombeo. Una vez ejecutado el refuerzo del muelle, imprescindible para dotar de seguridad antisísmica toda la estructura, llega ahora a la construcción de la nave cerrada, con un presupuesto en entorno de los 14 millones de euros y un plazo de ejecución de diez meses.

Por otro lado, en estos momentos hay dos recursos ante el TSJ contra la resolución por la que se estimó parcialmente el recurso de alzada a la autorización de emisiones a la atmósfera, presentado por la Plataforma por un Puerto Sostenible. Desde el Consell se asegura que las obras pueden comenzar sin problemas, porque tras los últimos requerimientos no se ha pedido ninguna condición nueva, sino temas menores «relacionadas con la actividad de importación que deberá presentar la concesionaria ante la Autoridad Portuaria de Alicante fruto de la autorización de emisiones a la atmósfera ya emitida».

Uno de los recursos judiciales es de la propia plataforma por las alegaciones que no se estimaron y otro es de Eiffage. La plataforma por un Puerto Sostenible se acaba de personar en el recurso de Eiffage en calidad de codemandada. En cualquier caso, estos recursos no son obstáculo para que las obras se inicien. «Desde la plataforma consideramos una tomadura de pelo que no se haya iniciado siquiera la construcción de la nave después de más de 4 años de la resolución de conselleria que obligó a construirla y que se sigan manipulando graneles al aire libre a gran escala en los cercanos muelles 11 y 13 cuando no nos consta que exista autorización. Nos da la impresión de que la nave no se quiere construir para perpetuar la manipulación de graneles al aire libre en el puerto», señaló ayer Miguel Ángel Pavón, portavoz de la plataforma Puerto Sostenible.

Un tráfico clave para la actividad portuaria

El tráfico de graneles es clave en el puerto, tanto por el trabajo directo de las empresas estibadoras como el indirecto. Sin este movimiento no existiría, por ejemplo, la cementera de San Vicente. En 2019 se movieron casi 1,5 millones de toneladas y en 2020, entre enero y marzo se movieron 1,3 millones toneladas, un 5% menos que el año anterior. Esta actividad genera un volumen económico de unos dos millones de euros al año.