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El cisma entre la Diputación y el Consell en la defensa del trasvase debilita a la provincia frente al Gobierno central

El presidente de la institución provincial, Carlos Mazón se suma a la alianza con Murcia y Andalucía y tilda de vergonzoso que Ximo Puig calificara el encuentro de aquelarre partidista

Carlos Mazón, López Miras -presidente de Murcia- y Lucas Jiménez (Scrats), en Murcia.

La Diputación y la Generalitat volvieron a protagonizar un nuevo capítulo en la división que mantienen en la defensa del trasvase Tajo-Segura al escenificar sendos movimientos de manera independiente. Cisma que, por otro lado, debilita la posición de la provincia frente a la postura inflexible del Ministerio para la Transición Ecológica y Castilla-La Mancha, cuenca cedente, donde no hay ninguna fisura política en la voluntad de cerrar el trasvase, y que Alicante y Murcia basen su futuro económico y social en el agua desalada. El miércoles volvió a ser un nuevo día de desencuentros. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, se reunió con el presidente de Murcia, Fernando López Miras y el dirigente del Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura, Lucas Jiménez, para firmar la adhesión de la Diputación a la declaración institucional junto a Andalucía para exigir al Gobierno que no toque el trasvase.

Tras el encuentro, el presidente de la Diputación lanzaba un nuevo dardo a Puig al señalar que «es vergonzoso que no fuera el lunes a la cumbre de Almería y encima tildara el encuentro de aquelarre». Casi a la misma hora en que Mazón se integraba en la alianza murciano-andaluza, el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, convocaba para esta tarde a todos los alcaldes de la Vega Baja, sea cual sea su color político, a la firma de un manifiesto en San Miguel de Salinas, uno de los municipios, afectados por los recortes previstos en el trasvase.

El jueves comienzan las movilizaciones en la calle para defender el Tajo-Segura con una concentración en la plaza de la Montañeta de Alicante, de 10 a 12 horas, convocada por el Círculo del Agua. Al final de la misma, los regantes se reunirán con la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador, para exponer sus reivindicaciones.

CARLOZ MAZÓN, PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN: «Es vergonzoso que Ximo Puig no asistiera a la cumbre de Almería y la calificase de aquelarre»

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El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, señaló que «hay que pasar a la acción, unidos en la reivindicación de nuestros intereses hídricos», a la vez que calificaba de «vergonzosas» las palabras del jefe del Consell tildando de «aquelarre» la firma del acuerdo institucional. El documento suscrito por Mazón para hacer frente común con Murcia y Andalucía en la defensa del trasvase Tajo-Segura denuncia que la política hídrica «es un asunto de Estado y que como tal ha de ser abordado y regulado, considerando que en España hay excedentes de agua para llevar de donde sobra a donde hace falta».

LUCAS JIMÉNEZ, PRESIDENTE REGANTES TAJO-SEGURA: «El aumento del caudal ecológico del Tajo es aún más grave que el cambio de las reglas del trasvase»

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Además, en el texto se solicita al Gobierno que aborde cuanto antes la elaboración de un Plan Hidrológico Nacional que contemple «los principios de solidaridad y equilibrio», y que ponga «solución a la situación hidrológica deficitaria que padece la España seca». Por último, Mazón, en concordancia con los postulados de Murcia y Andalucía, consideró «urgente e inaplazable» reclamar la paralización de los recortes y de las modificaciones de las reglas de explotación, al tiempo que rechazó el establecimiento de unos caudales ecológicos superiores a los actuales.

Por su parte, Fernando López Miras reclamó «acuerdo, consenso y unidad» para «sumar voluntades» en la defensa del Tajo-Segura. Lucas Jiménez agradeció el «apoyo institucional» de Carlos Mazón a los regantes en un «momento histórico», al tiempo que le trasladó su enhorabuena por «el trabajo de la Mesa Técnica del Agua que aglutina todas las ideas en torno a una sola, la defensa del trasvase».

Alarma

Por otro lado, la constatación de que el borrador del nuevo plan hidrológico del Tajo incluye una reserva de 130 hm³ en los embalses de Entrepeñas y Buendía para aumentar los caudales del río de cara a mejorar la calidad del agua obliga a los regantes del Tajo-Segura a variar su estrategia en defensa del trasvase amenazado por dos decisiones del Ministerio para la Transición Ecológica que pondrían contra las cuerdas el envío de agua a la provincial. Los agricultores consideran el aumento de los caudales ecológicos un movimiento mucho más grave, incluso, que el recorte del caudal mensual máximo trasvasable de 38 hm³ a 27 hm³, contemplado en la modificación de las reglas de explotación y respaldado inicialmente en el Consejo Nacional del Agua en una primera votación. Va a haber una segunda vuelta y, según fuentes del Sindicato Central de Regantes, parece que puede haber alguna variación. A medio plazo, el peligro real para el trasvase está en el aumento de los caudales ecológicos, según subrayó Lucas Jiménez, presidente de los regantes. «La modificación de las reglas de explotación es lo más leve al analizar las consecuencias negativas que tendrá el incremento de caudales».

La Generalitat convoca el jueves a los alcaldes de la Vega Baja para firmar su propio manifiesto en contra del recorte del agua del Tajo

El impacto sería letal, según el Sindicato Central, ya que los regantes se quedarían sin el agua equivalente a un trasvase anual del Tajo-Segura cada cinco años. Si el Ministerio no retira la previsión de aumentar hasta los 443 hm3 anuales los desembalses de los pantanos de Entrepeñas y Buendía para mantener los caudales ecológicos del río, la cantidad anual a enviar a Alicante y Murcia se reducirá en 80 hm³ al año, cantidad a la que habría que añadir otros 50 hm³ de los denominados caudales de generación. Los regantes sostienen, además, que analizando el comportamiento de la transferencia desde que comenzaron a llegar los caudales hace 42 años, con el recorte se reducirá en un 20% el agua que llega a la provincia, lo que equivaldría a perder, como mínimo, el trasvase de un año cada cinco.

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