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La provincia afronta en forma de meseta la cuarta ola de la pandemia

Alicante es con mucha diferencia la demarcación con la incidencia más baja de toda España junto a Valencia, tras sufrir las mayores tasas de mortalidad en la tercera ola - Siete autonomías, Ceuta y Melilla están en situación de riesgo extremo

La provincia afronta en forma de meseta la cuarta ola de la pandemia

La cuarta ola de la pandemia de coronavirus está teniendo por el momento forma de meseta en la provincia de Alicante y la Comunidad Valenciana en su conjunto, que están afrontando la situación de una manera mucho más favorable que la mayor parte del país. Mientras que la incidencia media en España se sitúa en 232,55 casos por 100.000 habitantes, en la autonomía valenciana la tasa es de 40,1. En la demarcación de Alicante el indicador es aún menor, de 23,08, aunque este último dato está referido a un día antes que el resto.

Los últimos informes elaborados por el Ministerio de Sanidad y el Instituto Carlos III, con datos registrados hasta el 22 y 21 de abril respectivamente, no dejan lugar a dudas sobre la excepcionalidad de esta cuarta ola en la Comunidad Valenciana, y en menor medida también en las Islas Baleares y Murcia. Mientras en estas tres autonomías la incidencia es menor de 70, y en Galicia tampoco llega a 100, otras siete comunidades, más las ciudades de Ceuta y Melilla, se encuentran en riesgo extremo, con tasas por encima de 250. Las seis restantes oscilan entre 100 y 250, pero con una importante tendencia ascendente en casi todas ellas.

El peor panorama es ahora mismo el del País Vasco, con 514 casos activos por 100.000 habitantes; a escala provincial -datos del día anterior a los autonómicos, cabe insistir-, la situación más complicada es la de Gipuzkoa, con una incidencia de 565,39. Los indicadores de Melilla y Navarra también son superiores a 400, al igual que en Lleida, y ese mismo nivel prácticamente se alcanza también en Madrid. Otras provincias en riesgo extremo ahora mismo son Álava, Bizkaia, Burgos, Segovia, Guadalajara, Zaragoza, Girona, Jaén y Granada, más la ciudad de Ceuta.

En el extremo contrario, la citada tasa de 23,08 de la provincia de Alicante es la más baja de España, y la siguiente es la de Valencia con 32,51. No deja de ser llamativa esta circunstancia, cuando estas dos demarcaciones fueron las que durante la tercera ola de la pandemia sufrieron la mayor mortalidad en relación al número de defunciones registradas en los inviernos anteriores, como publicó este periódico. En el caso de Castellón, la incidencia es algo mayor pero muy baja en cualquier caso, si se compara con lo que está ocurriendo en otras partes de España: 58,62.

Entre este valor y los de Alicante y Valencia se sitúan los de Albacete, donde el impacto de la cuarta ola está siendo mucho menor que en el resto de Castilla-La Mancha, y Lugo, así como el ya citado caso de las Baleares. Tampoco llega a 100 la tasa en Teruel, en contraste también con el resto de Aragón, Ourense y A Coruña, junto con el índice de Murcia mencionado también anteriormente.

Resulta difícil tratar de establecer una hipótesis sobre qué ha podido llevar a que la cuarta ola de la pandemia tenga por el momento tan poca fuerza en la Comunidad y particularmente en la provincia de Alicante. Es cierto que la autonomía valenciana ha tenido hasta ahora las restricciones más duras del país en cuanto a hora del toque de queda y cierre de la hostelería, pero cabría preguntarse si eso ha sido decisivo y hasta qué punto. Tampoco hay que olvidar el cierre perimetral, que ha limitado de manera notable la movilidad, y que en líneas generales se ha cumplido de manera escrupulosa, tal y como prueba el estudio continuo que realiza el Ministerio de Transportes. Ahora bien, cabe recordar que esa medida está vigente en toda España, y no ha impedido la alta incidencia de otras comunidades.

También habría que añadir la posibilidad de que las duras cifras de la tercera ola hubieran infundido miedo en la población, y eso hubiera llevado a cumplir las normas a rajatabla y extremar las precauciones en el día a día. En este sentido, cabe recordar que responsables del área de salud de Alcoy apuntan a la posible reacción a «ver las orejas al lobo» para explicar que la que fue una de las zonas más castigadas de España por el virus en enero ahora tenga prácticamente la mejor situación de todo el país.

La semana termina con 333 contagios tras los 48 de ayer

La provincia de Alicante sumó ayer otros 48 nuevos casos de coronavirus, según han señalaron fuentes de la Conselleria de Sanidad. Con ellos, el acumulado de afectados desde marzo del año pasado asciende a 146.132. En el conjunto de la Comunidad se notificaron 144 contagios, de los cuales 80 correspondían a la provincia de Valencia y 16 a la de Castellón. De esta forma, la semana termina con 333 nuevos casos en las comarcas alicantinas. Son cuatro menos que en la anterior, pero la cifra de contagios diarios se ha mantenido en general alta todas las jornadas, mientras que en la semana del 12 al 18 de abril hubo un pico más significativo el viernes. En lo que se refiere de manera específica al fin de semana, los casos diagnosticados han sido 115, mientras que el anterior se notificaron 83. Así, se mantiene esa ligera tendencia al alza, aunque dentro de la estabilidad.

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