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Agricultores y ganaderos alicantinos plantan cara a la crisis del sector

Asaja reconoce la labor de jóvenes y veteranos que han logrado el éxito pese a la falta de agua, los bajos precios y la competencia desleal

Marina Pérez, premio a la Mejor Mujer Rural. TONY SEVILLA

La organización agraria Asaja-Alicante entrega esta semana sus premios anuales en los que se reconoce la labor de jóvenes alicantinos que trabajan en el sector primario, de sol a sol, y han sacado adelante proyectos atractivos en una actividad lastrada en la provincia por los bajos precios, la falta de agua de calidad y la competencia desleal de los productos que llegan de países donde el control sanitario tiene su aquel.

«Terminé empresariales, la crisis de 2008 me llevó a ser charcutera, y al final opté por la agricultura»

MARINA PÉREZ - PREMIO A LA MEJOR MUJER RURAL

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Los galardonados en esta edición son Marina Pérez, premio a la mejor mujer rural por su iniciativa «La Huerta de Marina»; María Tornero, ganadera de Elda al frente de una explotación de 400 cabras; Francisco Girona, premio al agricultor joven, licenciado en Derecho que dejó su puesto en una multinacional para entregarse a la agricultura; y Mario Berna, mejor agricultor profesional, y puntero en la producción, junto a sus hermanos, de brevas e higos en Albatera. En la entrega habrá también un reconocimiento especial para el exrector de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, por su labor en defensa de la agricultura provincial. Jóvenes Agricultores concluye así los actos de conmemoración de su «40 Aniversario: Sembrando el Mañana».

Mario Berna, premio al Mejor Agricultor Profesional. TONY SEVILLA

«El futuro es duro, todo son trabas aquí, y de fuera vienen productos con costes mucho más baratos»

MARIO BERNA - PREMIO AL MEJOR AGRICULTOR PROFESIONAL

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Marina Pérez es una joven agricultora de 35 años que tiene su explotación repartida entre los municipios de Rojales, Elche y Daya Nueva. Produce granada, limón y naranjas en la modalidad de agricultura ecológica, y hortalizas, alcachofas, lechuga, escarola, apio, cebolla en agricultura convencional, pero aplicando el residuo cero, intentando utilizar los menores tratamientos químicos posibles con la finalidad de que sus productos sean lo más ecológicos y naturales posible. Su proyecto «La Huerta de Marina», apuesta por los productos de calidad de forma natural. Es decir, respetando ciclos de crecimiento y época en las que deben ser cosechados.

Marina nunca imaginó dedicarse a la agricultura. De hecho, se licenció en Empresariales por la Universidad de Alicante, pero la crisis de 2008 no le permitió trabajar en lo suyo. Finalmente, tras años pasando por diferentes oficios, decidió hacerse con la empresa agrícola familiar, formar equipo con su padre para enfocarla hacia las nuevas tendencias del mercado. El objetivo era buscar un producto diferente, rentable y que le permitiese tener un futuro en la agricultura, además de continuar con el relevo generacional. Por ello, decidieron convertir todos los árboles de agricultura convencional a ecológica, una tendencia que actualmente está resultando rentable para muchos agricultores, ya que el producto está siendo muy demandado por sus cualidades más saludables y respetuosas con el medio ambiente.

En una apuesta para potenciar el producto local y fresco, Marina lleva a cabo un servicio de reparto a domicilio en Rojales, fomentando aquello «de la huerta a la mesa». Servicio que promociona activamente en su canal de Facebook, donde muestra fotos de su trabajo, el día a día, el estado de los cultivos, los ciclos de los mimos. «Siempre me había gustado el campo, pero llegué debido a que no encontraba trabajo en lo mío y, después de hacerlo como charcutera en un supermercado, decidí dar el paso al campo junto a mi padre. De momento, somos los dos, trabajamos duro pero me encanta».

Francisco Girona, premio al Mejor Agricultor Joven. TONY SEVILLA

«Vivía en Madrid trabajando en una multinacional, pasé al campo y me enamoré de la profesión»

FRANCISCO GIRONA - PREMIO AL MEJOR AGRICULTOR JOVEN

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Por su parte, María Tornero lleva junto al ganado caprino desde los nueve años. Hoy, con 25, gestiona con su padre una explotación de 400 cabras lecheras en Elda. Casi desde que tiene uso de razón sabe que quería trabajar con los animales. Todo empezó, sin embargo, tras una tragedia familiar. Su abuelo, ganadero con ovejas y cuatro cabras tuvo un percance con el tractor que le costó la vida. Así que María y su padre decidieron continuar con su labor y crearon a base de mucho esfuerzo y trabajo la explotación ganadera que hoy dirige, donde ha pasado de las cuatro cabezas de caprino que tenía su abuelo a 400. También ha modernizado la explotación. El día para María comienza muy temprano. Con el primer canto del gallo marcha a ordeñar a sus animales y a preparar, limpiar cuadras, poner agua y comida. Por la tarde el trabajo no termina. Hay que sacar a las cabras a pasturar, además de dejar las cuadras preparadas para la noche. Cuando es época de partos hay que tenerlo todo a punto para poder atender a las madres y a los «chotillos» que vienen al mundo. Como ella dice, además de ganadera, también es casi una veterinaria. «Estoy con las cabras desde los 9 años, con mi abuelo y con mi padre. Me gustaba pero hasta que acabé ESO no me lo tomé de forma profesional. Para mí ser ganadera es un estilo de vida. Es muy sacrificado, ya que es muy difícil coger vacaciones o días libres, los animales no tienen un interruptor con el que los puedas apagar, son seres vivos que comen y tienen necesidades diarias. De fiesta salgo muy poco, solo libro una mañana a la semana, que aprovecho para irme a pescar con mi novio. No es ganadero, por supuesto, pero llevamos diez años juntos. Sabe que es lo que hay», subraya entre sonrisas.

María Tornero, Mejor Ganadera de la provincia.

«Libro una mañana a la semana, los animales no son interruptores, que los apagas y ya está»

MARÍA TORNERO - MEJOR GANADERA DE LA PROVINCIA

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Francisco Girona es un joven empresario agrícola de 32 años, de Alicante, que gestiona una puntera explotación citrícola entre Orihuela y Murcia compuesta por 120 hectáreas de limón, mandarina y naranja. A pesar de que para su padre la agricultura era su pasión y hobbie, Francisco nunca pensó en dedicarse a ella, y quiso recorrer mundo y labrarse su propio futuro. Estudió Derecho y, posteriormente, se trasladó a vivir a Madrid para realizar un máster de Negocio Internacional.

Acabó trabajando en el mundo de la automoción en una multinacional. Por problemas de salud de su padre tuvo que regresar a Alicante y esto le llevó a ocuparse de la finca familiar, descubriendo así que compartía la pasión paterna por la agricultura y la labor de producir alimentos de alta calidad. Se encontró con la tesitura de que sabía algo de gestión, pero muy poco de agricultura. Por lo que enfocó todos sus esfuerzos en aprender de agricultores experimentados.

Encontró gran apoyo de la mano de Asaja y su presidente, Eladio Aniorte, a quien considera su padrino en este mundo. También se sirvió de los sabios consejos de su encargado desde hace más de 25 años, Antonio, además de asistir a numerosas jornadas agrícolas, leer mucha información, asesorarse con exportadores de confianza. Tiene varios objetivos y proyectos a corto plazo: investigar el cultivo ecológico, seguir probando y ser pionero en nuevas variedades para dar con las que mejor funcionan en el mercado y continuar con la ampliación de su explotación. «Nunca pensé en dedicarme a la agricultura, que mi padre tenía casi como afición porque era constructor. De hecho estudié Derecho y me afinqué en Madrid para trabajar en PSA. Nada que ver con el campo. Murió mi padre y tuve que regresar; la verdad es que me enamoré del campo desde el primer día. Soy joven, este mundo es complicado pero con la ayuda de mi gente he salido adelante e, incluso, empiezo a tener fama de duro al negociar en la Vega Baja», señala orgulloso del camino emprendido.

Por último, Mario Berna es un agricultor que posee una explotación de higueras en Albatera con una superficie de diez hectáreas de la variedad colar, la única variedad bífera, es decir, con dos cosechas por temporada. Brevas de primavera-verano, e higos en verano. Junto a su hermano, Federico, decidieron continuar la empresa familiar y crearon la forma donde, además de las brevas, también tienen granada mollar. Mario cursó sus estudios de Administración y Dirección de Empresas, pero llegado el momento de la jubilación de su padre y dado que la breva es un cultivo tan particular y apreciado por el mercado, decidió proseguir en la agricultura y dedicarse a este oficio a tiempo completo. Hermanos Hebegu cubre todo el ciclo, desde la producción, pasando por la recolección, manipulado y la comercialización directa con los proveedores. Controlando ellos mismos toda la cadena del producto hasta que llega al mercado, minimizando costes de intermediarios y aumentando la rentabilidad.

Mario quiere aprovechar este premio para reivindicar el fin de la guerra del agua para la provincia de Alicante, y recordar a los políticos que el trasvase Tajo-Segura es indispensable para que joyas como la breva puedan seguir cultivándose en la provincia. «Prácticamente lo tenía muy claro desde el principio, desde crío. Somos seis hermanos y en la familia siempre nos hemos dedicado al campo, así que fue normal que siguiera la tradición familiar pese a que el trabajo es duro. Hay mucha competencia desleal, en España nos ponen muchas trabas, burocracia… y luego te enfrentas con productores de otros países que pagan sueldos baratos, utilizan pesticidas que nosotros no tenemos ni autorizados pero a los que les compramos de todo», subraya Mario Berna.

Antonio Gil Olcina ,referente en la defensa del agricultor

Antonio Gil Olcina, geógrafo y exrector de la UA, recogerá el premio por su defensa del sector agrario. Si hay alguien en la provincia que destaque en la defensa de los intereses generales de Alicante y en todo lo que tiene que ver con el agua, este es Gil Olcina, siendo la defensa del trasvase Júcar-Vinalopó y del Tajo-Segura, unas de sus principales banderas. Gil Olcina ha conseguido ligar como nadie, el ámbito académico universitario al problema de déficit hídrico que vive la provincia, proporcionando a la cuestión hídrica solvencia técnica y acreditada y dejando más que patente que la demanda histórica de agua por no es un capricho al azar, sino una necesidad que tiene como resultado final la producción de alimentos.

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