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El alquiler vacacional ajusta precios, con estancias de 7 días en la costa desde 400 euros

Los empresarios sacrifican ingresos por el retraso en las reservas y su volatilidad ante las facilidades de cancelación - El sector confía en que la apertura de mercados internacionales en julio actúe como revulsivo

Varios viandantes pasean por el Paseo de Levante de Benidorm, una de las zonas con más demanda para alquilar pisos turísticos. | DAVID REVENGA

Pocos minutos antes de recibir una llamada de este diario, Miguel Ángel Sotillos, presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur), tramitaba la cancelación de una reserva para pasar las vacaciones el próximo mes de julio en uno de los apartamentos que gestiona su empresa en Benidorm. «La reserva nos ha llegado a primera hora de la mañana y tres horas más tarde la han cancelado», explica el empresario. Esta es la foto fija en la que se encuentra el sector del alquiler vacacional en la provincia a las puertas de la temporada alta.

El retraso en la llegada de reservas debido a la incertidumbre generada por el covid-19 y, sobre todo, la volatilidad de las mismas por las facilidades de cancelación que han tenido que implantar los arrendadores por exigencias de la demanda, han dejado al sector de los pisos turísticos sumido en una total dependencia de la última hora, muy al contrario de lo que ocurrió en los veranos previos a la pandemia. Y, lo que es peor, le han forzado a sacrificar ingresos para poder competir no solo en calidad, sino también en precio.

Numerosos portales de internet recogen ofertas para pasar una semana de vacaciones en julio en un apartamento en la Costa Blanca desde unos 400 euros en municipios como Benidorm, Alicante, Torrevieja, Dénia o Finestrat. «Trabajamos con precios muy ajustados y hemos dejado de aplicar algunos suplementos que antes sí se cobraban, como por ejemplo en clientes que te alquilan un apartamento solo para un fin de semana en julio, porque es la única forma de asegurar reservas», explica el presidente de esta agrupación empresarial.

La proximidad del verano, el inminente fin de las vacaciones escolares y el avance en la campaña de vacunación han hecho que muchos clientes comiencen a llamar para interesarse por precios y ofertas de alojamiento, algo que hasta ahora no pasaba. «Por lo menos han empezado a sonar los teléfonos y las reservas empiezan a entrar, aunque aún con cuentagotas», afirma Sotillos, quien, sin embargo, confía en que conforme avance este mes de junio «la demanda se animará para julio y será todavía mejor en agosto», fundamentalmente con turismo nacional pero también con clientes de países como Holanda, Francia, Bélgica y Reino Unido –si levanta el bloqueo a España–, o Argelia.

Más días o pisos mejores

Entre las tendencias que la asociación Aptur comienza a observar entre quienes ya tienen confirmadas sus reservas para este verano hay algunas novedades con respecto a años anteriores. Por un lado, el hecho de que muchos clientes hacen la reserva, por ejemplo, para una semana pero preguntan si podrían optar a ampliarla una vez que están aquí, si hay disponibilidad y no han sufrido ningún contratiempo que les obligue a volver a sus casas. «La gente todavía tiene algo de miedo y muchas reservas por si pasa algo, si crece la incidencia y no pueden venir, si se vuelven a poner restricciones... Sigue habiendo mucha incertidumbre y tienen miedo de reservar una estancia larga y luego tenerse que ir a la mitad», indica Miguel Ángel Sotillos. Otra de las cosas que han observado es que, al estar los precios más bajos que otros veranos, los clientes que optan por esta modalidad de alojamiento demandan «pisos un poco más grandes, más cerca de la playa, con más servicios o más modernos». Dicho de otra forma, «están dispuestos a pagar un poco más por un apartamento mejor que antes de la pandemia no se podían permitir», indica el presidente de Aptur.

El empresario recuerda que su sector, aunque empieza a ver los brotes verdes, «sigue en horas bajas» y que continúan sin llegarles las ayudas prometidas por el Gobierno. «Si no llegan pronto, algunos no podrán resistir», advierte.

Villas. Mucha demanda en la Marina Alta de clientes «pescados» a Baleares

La otra cara de la moneda en el sector vacacional es la gran demanda que desde hace semanas, o incluso meses, están registrando las villas y chalés en localidades como Moraira, Teulada, Xàbia o Dénia, tradicionalmente con precios elevados y con una clientela de mayor poder adquisitivo y que este año no solo se mantienen, sino que mejoran. «Muchas familias grandes, con varias generaciones y que tradicionalmente iban de vacaciones a Baleares, este año han decidido cambiar y reservar este tipo de casas en la Marina Alta para venir en coche y no tener que coger barco o avión», indica Miguel Ángel Sotillos. A la elevada demanda se unen también los precios: «Hay gente dispuesta a pagar lo que les pidas», agrega.

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