El catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Alicante y presidente electo de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC), Javier García Martínez, ha sido nombrado «Fellow» de la Sociedad Americana de Química.

¿Qué supone este reconocimiento?

Es la primera vez que esta entidad concede este reconocimiento a un español. Es importante porque hablamos de la sociedad científica más grande del mundo, con más de 160.000 miembros y más de 150 años de historia. Objetivamente es un reconocimiento extraordinario. Para España es un reconocimiento a la labor tan significativa e importante que hace la química española a la investigación internacional. Además, tenemos una industria química muy desarrollada, que contribuye con el 5,3% al PIB. Y a nivel de publicaciones científicas, somos la novena potencia.

Esta distinción pone además la puntilla a la alta calidad que siempre ha tenido a nivel mundial la Química en la Universidad de Alicante.

Sí, para Alicante es un reconocimiento a la excelente labor que hacemos los investigadores de la Universidad de Alicante. Dentro de la Universidad, la facultad de Ciencias y en concreto Químicas está entre las mejores facultades de todo el mundo, como reconocen los rankings internacionales. También es una buena noticia para la industria química alicantina, que es muy transversal y que tiene capacidad de mejorar la competitividad de toda la industria alicantina, desde el textil, al mueble, el calzado... El hecho de que la Universidad de Alicante tenga docentes e investigadores de nivel internacional supone una oportunidad para mejorar la competitividad de los sectores tradicionales.

«Si hay una industria capaz de hacer que recuperemos y reutilicemos todo lo que producimos, esa es la química»

La distinción llega por la contribución de sus descubrimientos a la reducción en las emisiones de CO2.

Sí, es sobre todo por el desarrollo y comercialización de una nueva familia de catalizadores que se usan en la industria química y reducen muy significativamente las emisiones CO2. Son catalizadores comerciales. En el año 2019 una multinacional adquirió mi empresa y ya se comercializan por todo el mundo. Además de por este desarrollo y comercialización, también se ha tenido en cuenta que voy a ser el primer español que va a ser presidente de la Unión Internacional de Química para el bienio 2022-2023.

«La ciencia es cuestión de seguridad nacional, no es un lujo de los países ricos que no saben qué hacer con su dinero»

¿Cómo se rompe con la fama de que la industria química es muy contaminante?

Con los Fondos Europeos de Recuperación tenemos la oportunidad de transitar a una economía más circular en la que podamos reutilizar lo que producimos. Y eso es una llamada a la química. Si hay una industria que puede hacer posible que recuperemos y reutilicemos todo lo que producimos es la química. Cada día vemos nuevos descubrimientos que nos permiten reutilizar los residuos. Nuevos avances, por ejemplo, en fotosíntesis artificial, que permiten usar el CO2, que hoy es un residuo, como materia prima para fabricar combustibles solares, plásticos, materiales avanzados... Es la química precisamente la que nos va a permitir cerrar el círculo de esta economía más sostenible para que hagamos un mejor uso de los recursos naturales y limitemos la emisión de residuos.

¿Qué importancia ha tenido la industria química en esta pandemia de coronavirus?

En plena pandemia fue la industria química la que nos proveyó de mascarillas, geles hidroalcohólicos, quien fabricó los medicamentos contra la enfermedad, materiales de protección e incluso las vacunas contra la covid contienen muchos compuestos químicos que hacen que se puedan conservar y sean seguras. Durante estos meses ha tenido un papel tan importante, que cuando cayó el empleo el año pasado en nuestro país de una forma tan significativa, el empleo en la industria química subió. La gente cada vez es más consciente de que cuando tenemos grandes retos, llámese nuevos virus, resistencia a antibióticos o cambio climático, la ciencia y en concreto la química es la que nos va a dar los materiales y procesos que nos van a permitir tener nuevas medicinas, vacunas, nuevas fuentes de energía.

Y de esta forma se contribuiría a cambiar el modelo productivo, algo en lo que se piensa desde hace años, pero que nunca parece materializarse.

Hay dos lecciones que se pueden extraer de estos meses. Cuando hemos tenido una gran amenaza, la ciencia ha estado ahí para darnos materiales, vacunas y medicamentos. Sólo a través de la ciencia nos podemos enfrentar a estas grandes amenazas y se ha hecho de una manera rápida y eficaz. Por otro lado, se han puesto de manifiesto, una vez más, los pies de barro de nuestra economía, que ha sido una de las más afectadas por esta crisis porque tenemos un sector productivo menos resiliente. La ciencia es la que hace que los países más desarrollados no sufran tanto. El «que inventen ellos» que tanto hemos oído nos convierte en dependiente de ellos. Si ellos inventan, ellos van a desarrollar las vacunas y nos dirán cuándo las tendremos que poner y a qué precio. La ciencia es cuestión de seguridad nacional, porque si no desarrollamos las soluciones a los peligros y amenazas del futuro, dependeremos de otros para solucionar los problemas. La ciencia nos hace protagonistas de nuestro futuro.

¿Tan complicado es que España cuente con una industria farmacéutica propia?

Yo creo que sí lo es, porque para desarrollar una vacuna o una nueva forma de energía, para resolver los grandes problemas, hace falta todo un ecosistema. A veces pensamos que la ciencia es una idea brillante, es alguien al que se le ocurre un nuevo descubrimiento y no es así. Involucra desde la investigación básica a la transferencia al mercado, disponer de una industria farmacéutica que quiera asumir riesgos.... Involucra a todo un ecosistema y no se puede improvisar de un día para otro. Por eso insisto, la ciencia es cuestión de seguridad nacional, no es un lujo de los países ricos que no saben qué hacer con su dinero. Los nuevos enemigos no van a llegar en tanque ni los vamos a ver llegar. Van a ser virus, resistencia a antibióticos, cambio climático. Nos vienen avisando desde hace años y la única manera de defendernos de estos nuevos enemigos es la investigación.