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Castedo - Barcala, máxima tensión

La exalcaldesa se reencuentra con el alcalde dos meses después de criticarlo con dureza por su reacción a la sentencia del caso PGOU

El alcalde, Luis Barcala, en su intervención en la gala de la Fafba de este sábado. A la derecha, la exalcaldesa Castedo aplaude en otro momento de la gala.

Un saludo a las puertas del ADDA, por aquello de la educación y del «qué dirán», y nada más. Dos fríos besos, y ya, entre dos personas que compartieron gobierno local durante tres largos años en Alicante. Ni conversaciones posteriores, ni aplausos al discurso -pese a ser citada- ni despedida a la ahora de dejar el auditorio. Frialdad. Tensión.

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, y la exacaldelsa Sonia Castedo se reencontraron este sábado en la gala de la Federación de Asociaciones Festivas de Barrios y partidas de Alicante (Fafba). La «cita» se produjo casi dos meses después de la agria polémica entre ambos a raíz de la sentencia del caso PGOU, que supuso la absolución de la exregidora. Entonces, a mediados de julio y tras meses de silencio entre ambos, el alcalde se apresuró a aplaudir el fallo judicial favorable para los acusados: «Después de más de doce años, ha hablado la justicia, aunque se trata de una justicia lenta y tardía que no puede reparar el enorme daño infligido». Esas palabras encontraron la rápida, y más que contundente, respuesta de Castedo: «Él ha contribuido al daño porque han pedido cuatro años de prisión. Al final es muy fácil escribir un comunicado de prensa, lo complicado es ser valiente». La exregidora se refería así a la acusación que mantuvo el Ayuntamiento, que pedía cárcel para ella.

Tras ese cruce de palabras, que resonó y dolió en Alcaldía durante días, Barcala y Castedo se vieron las caras por primera vez este sábado. El reencuentro no pasó desapercibido para los presentes en el ADDA. El saludo inicial ya se llevó muchas miradas. Castedo lo intentó evitar, según relatan testigos, pero al final no pudo. Hubo dos besos y un par de palabras obligadas entre ambos. Ese instante fue frío, pero lo gélido estaba aún por llegar. Barcala, cuando tomó la palabra durante la gala, hizo un guiño público (otro más) a la exalcaldesa, situada en una zona noble del patio de butacas: la citó en su discurso, recordando que la Fafba nació durante su mandato. Eso tampoco destensó el ambiente, todo lo contrario: Castedo ni se inmutó, en ningún momento hizo el amago de aplaudir, lo que se llevó la atención de todo aquellos que la tenían a golpe de vista. Dicen que ni lo miró.

Al término del concierto y las intervenciones, los invitados se desplazaron hasta la zona de cóctel: Castedo y Barcala no pudieron estar más lejos, cada uno se situó en un extremo de la sala. Y de espaldas, no fuera a escaparse alguna mirada furtiva. Hubo brindis del alcalde para empezar, y de la alcaldesa posteriormente para continuar con la noche. Todo calculado al milímetro.

El primero de los dos en abandonar el recinto fue Barcala, quien pasó por todas las mesas para despedirse de los invitados. En una de ellas, según relatan los presentes, el «adiós» se produjo en la distancia. Desde lejos. Exacto, en la última, en la que estaba sentada Castedo y su gente.

Este pasado sábado, en la primera gala festera del curso, se evidenció que la tensión entre ambos sigue más vigente que nunca. Y lo que queda. Todo apunta a que los encuentros serán más que frecuentes a partir de ahora, ya que Castedo prevé recuperar su «agenda pública», aceptando las invitaciones que en los últimos años prefería rechazar. Y, con las elecciones en el horizonte, esa relación dará que hablar.

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