Polémica por el código interno de un instituto de la provincia de Alicante. Un usuario de Twitter ha compartido una fotografía de las reglas que han de seguir los alumnos de un centro de Catral, y los comentarios no han tardado en llegar a una publicación que ya acumula más de 600 interacciones.

En la imagen se pueden ver las medidas del instituto, que están presentadas en una tabla y divididas en tres niveles según la gravedad de las acciones cometidas. Las infracciones se clasifican en faltas leves, conductas contrarias a la convivencia y faltas graves, pero lo más llamativo del cuadro es el apartado de consecuencias, es decir, los castigos que asumirán los alumnos en caso de mal comportamiento.

Cada quebrantamiento de las normas de este centro tiene su propio castigo. Así pues, si un alumno comete la falta de perder la tarjeta, la consecuencia será pagar una nueva. Hasta aquí puede parecer lógico, pero hay más. Mucho más. El centro no solo especifica las sanciones tangibles que recibirían los alumnos, como pueden ser: quedarse sin recreo, un parte de amonestación o una expulsión del centro, sino que la tabla hace hincapié en las consecuencias morales que deberán afrontar los estudiantes, tales como "pasar vergüenza delante de mis compañeros" en caso de que el menor llegue tarde o acceda por una puerta no correspondiente. 

Y es que llama la atención el tono intimidatorio del apartado consecuencias, donde se subraya en más de una ocasión el hecho de que llamarán a los padres del alumno infractor. Otros de los castigos que más destacan es el de "tendré que hacer fichas de reflexión sobre mi mal comportamiento" o "me apuntarán en el libro-registro de malas conductas", sanciones que se impondrán para malos comportamientos de carácter "leve".

Pero es la sección de faltas graves donde encontramos seguramente la mala conducta más extravagante de todas las recogidas por el centro: toser, estornudar o escupir en la cara de compañeros o profesores, únicamente acompañada en este apartado por negarse a cumplir las normas sanitarias. Este mal comportamiento sería penado con un parte de amonestación, una llamada a los padres, un expediente y una expulsión de las clases de hasta 30 días.

Este diario ha intentado sin éxito contactar con el instituto implicado para conocer su versión, pero hasta el momento no se ha podido hablar con los responsables del centro.