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El bipartito inicia los trámites para cobrar una «tasa» para entrar al castillo de Santa Bárbara

Un informe de Turismo admite que las entradas buscan «financiar el mantenimiento» y «generar una atractiva oferta turística» - El ascensor vuelve a funcionar y se anuncian las lanzaderas para Navidad

Cruceristas suben a pie al castillo este verano, sin lanzaderas y con el ascensor, entonces, sin uso. | PILAR CORTÉS

El bipartito de Alicante ya ha iniciado los trámites para cobrar a los visitantes una «tasa» para entrar al castillo de Santa Bárbara, un patrimonio de la ciudad que recibe al año a unas 400.000 personas. Así se revela en un informe técnico del Patronato de Turismo, que dirige la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez (Ciudadanos), en el que se señala que se está empezando «el expediente de aprobación de una tasa de entrada a la fortaleza». El gobierno municipal, según el citado documento, persigue dos objetivos con el cobro de entrada para acceder a la fortaleza: «Ayudar a la financiación del mantenimiento» y «permitir generar una atractiva oferta turística que ponga en valor la evolución histórica de la fortaleza, su patrimonio y la ciudad de Alicante». El bipartito de PP y Cs, contrario a la tasa turística que se debate en el seno del Botànic, ha decidido impulsar el cobro por acceder al castillo, insistiendo que es una práctica habitual en los principales patrimonios históricos de otras grandes capitales.

El cobro de la entrada, cuyo importe aún no se conoce, como tampoco si también tendrán que pagarla los empadronados en la ciudad, ya se vislumbraba desde que se impulsó el contrato para la externalización de la gestión del castillo, en fase de adjudicación, donde se incluían, entre las competencias que deberá asumir el futuro contratista, el control de accesos y la venta de entradas a los visitantes del castillo, además de otras cuestiones como promover las actividades de dinamización turística, la organización y ejecución de las actividades de promoción y difusión del castillo dirigidas a la captación de turistas y visitantes.

El informe donde se revela que se está iniciando en el Ayuntamiento el expediente para cobrar una entrada en el castillo se redactó en el Patronato de Turismo, el 5 de noviembre, para solicitar a la Concejalía de Transporte, en manos del popular Manuel Villar, la implantación de las lanzaderas para que los visitantes puedan subir a la fortaleza, sin tener que hacerlo a pie, por las empinadas cuestas, ni esperar a que el ascensor funcione, ya que de los últimos veinte meses, ha estado en marcha apenas dos semanas. El elevador, tras repararse la avería originada en la tormenta de granizo de hace diez días, volvió a funcionar este viernes.

El documento técnico del Patronato recoge que la externalización de la gestión del castillo, que le costará al Ayuntamiento unos 830.000 euros al año, «hace necesario favorecer la accesibilidad al castillo que actualmente está muy limitada», ya que además «la afluencia de visitantes se va a incrementar considerablemente tras el inicio de las actividades de dinamización». Además, el informe reconoce que se han valorado otras alternativas para facilitar el acceso de los visitantes: «Tras varias reuniones con los técnicos de Transportes, así como de Tráfico, Infraestructuras y Coordinación de Proyectos, se han barajado varias acciones y parece que la más necesaria y viable a corto plazo es la implantación de una línea de lanzaderas que esté durante toda la jornada haciendo un recorrido de subida y bajada a la fortaleza».

El bipartito anunció este viernes que ya hay fecha para la implantación de las lanzaderas. Será para Navidad, con el 20 de diciembre como día previsto. El gobierno local prevé aprobar el próximo martes en Junta de Gobierno la implantación del nuevo servicio. Los microbuses de la nueva línea contarán con dos únicas paradas en la plaza Gómez Ulla, frente a la entrada del Museo Arqueológico Provincial (MARQ), y en la parte superior de la fortaleza. El nuevo servicio tendrá dos horarios: de invierno, entre el 1 de octubre y el 31 de marzo (de 10 a 20 horas), y de verano, entre el 1 de abril y el 30 de septiembre (de 10 a 22 horas). El servicio quedará en manos de Masatusa, del grupo Vectalia, concesionaria del transporte público en Alicante. El coste se estima en 167.408 euros al año, casi 14.000 euros mensuales.

En cuanto a las frecuencias de paso de los microbuses, será de veinte minutos. El servicio se reforzará en casos excepcionales, como la llegada de cruceros a la ciudad. Entonces se aumentará a dos los vehículos, que permitirán su paso por las paradas cada siete minutos. En el caso de celebrarse eventos, como puedan ser congresos, se prevé que puedan funcionar hasta cinco microbuses, que mejorarían las afluencias hasta los tres o cuatro minutos. «Solo de forma excepcional, se podrían utilizar vehículos de mayor dimensión para resolver puntualmente necesidades de gran demanda», añaden.

Los grupos de izquierda criticaron este viernes al bipartito por el retraso en la puesta en marcha de las lanzaderas, que aseguran ha supuesto un «lastre» para la imagen turística de la capital alicantina.

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