La Autoridad Portuaria de Alicante ha firmado este miércoles el acta de finalización y entrega de las obras de refuerzo, realizadas en los muelles B y C de la dársena pesquera del puerto de Alicante, que comenzaban el pasado año. El principal uso de estos muelles es el de albergar las actividades, y amarre, de la flota pesquera de Alicante. En el muelle B, en el cual está situada la Lonja, es donde se realizan las operaciones de descarga de las capturas, y los muelles A y C se destinan a la estancia y aprovisionamiento de las embarcaciones. La obra ha servido también para arreglar el muelle donde están los restaurantes.

La obra, adjudicada mediante licitación en mayo de 2021 a la empresa Vías y Construcciones S.A., ha contado con una inversión de 1,6 millones de euros. El proyecto de refuerzo se iniciaba con el análisis y diagnóstico, de la situación en la que se encontraban ambos muelles, para así plantear las acciones de saneamiento y refuerzo que se han realizado, que servirán para mantener su operatividad en condiciones de seguridad. Los muelles volverán a estar operativos esta misma tarde.

Recordar, por otro lado, que el Puerto busca desde mayo nuevo concesionario para la gestionar la Lonja pesquera de Alicante. La empresa que la gestionaba desde 2017 la lonja del Pescado de Alicante renunció a su explotación tres años ante de que culminara la concesión por diez años que logró en 2015. Tras unos años esperanzadores con la llegada de pescado de barcos de Murcia y Almería, y algunos alicantinos, la pandemia, el aumento de los costes por el imparable incremento del precio del petróleo, la guerra en Ucrania y la competencia de otros puertos pesqueros de la provincia acaba con la aventura que iniciaron dos empresarios locales relacionados con la venta del pescado al por mayor. Las cuentas no salen y tras dos años de pérdidas han decidido abandonar. No obstante, la Autoridad Portuaria de Alicante ha arrancado el compromiso de la mercantil de seguir trabajando hasta contar con un nuevo gestor, algo que se espera para el próximo otoño.

El objetivo del equipo que dirige Julián López Milla es que los gestores actuales sigan trabajando unos meses más para no perder los barcos que siguen operando en la lonja del Pescado.

La Conselleria de Agricultura concedió en 2018 la licencia a la mercantil Llotja d`Alacant para la apertura de la actividad comercial en la Lonja del Pescado del Puerto de Alicante tras casi un año de gestiones desde que los empresarios alicantinos Felipe Fuster y Francisco Mira se hicieran con la concesión.

La mercantil, que todavía hoy lunes mantiene una pequeña actividad, trabajaba con barcos alicantinos, trasmalleros y de cerco de Murcia que hasta 2018 desembarcaban en Torrevieja. La iniciativa fue en su día acogida con satisfacción en el Ayuntamiento en incluso se llegó a barajar la creació nd la marca «Pescado de Alicante».

El Puerto aprobó en abril de 2016 adjudicar a la mercantil Llotja d´Alacant, la gestión de la lonja, una infraestructura cerrada desde 2004, que llevó incluso a la quiebra a la Cofradía de Pescadores de Alicante. Llotja d`Alacant, vinculada a mayoristas de pescado de Alicante, pagaba un canon de cien mil euros al año al puerto.

El pescado y el marisco fresco de bahía y del Mediterráneo que se vende, por ejemplo, tanto en pescaderías como en grandes supermercados, llega desde las lonjas de Altea, La Vila y Santa Pola.

El Puerto fue puntero en pesca hasta 2003, cuando la Lonja llegó a mover 50.000 kilos de pescado. La cofradía decidió entonces aumentar el negocio e impulsó la construcción de un inmueble que costó 3,5 millones confiada en unas ayudas de la UE que nunca llegaron. Los bancos, Caja Duero en su día, embargaron y el edificio volvió al Puerto.

La empresa Llotja d’Alacant asumió la explotación de la lonja de pescado en 2016, tras presentar un plan de negocio acorde a la situación económica del momento. Esta situación se ha visto alterada drásticamente en los dos últimos años, y es que, además de la reducción del volumen de negocio, causado por la crisis sanitaria, se han ido sumado otros factores, como la subida de precios del combustible, causada por la invasión de Ucrania, o el aumento de plazos de los paros biológicos para la pesca.

Todos estos factores, difícilmente previsibles hace seis años, han forzado, según la Autoridad Portuaria de Alicante, a un descenso importante del volumen de negocio a pérdidas, forzando a la actual concesionaria a replantearse su continuidad con las condiciones pactadas en 2016, que se ha visto obligada a pedir la renuncia, antes de poner en peligro su supervivencia como empresa.

La renuncia no impide que la misma empresa pueda volver a presentar su candidatura en el concurso público que se convoque, si bien lo hará junto al resto de empresas interesadas, en el caso de que sea aceptada la renuncia por el puerto.

Independientemente de lo que suceda una vez se convoque, la intención de la Autoridad Portuaria es articular los mecanismos necesarios para que la actividad pesquera no se vea afectada por el proceso, y continúe desarrollándose hasta la resolución del concurso, como ha solicitado la propia empresa para no perjudicar a armadores y clientes, que siguen operando con normalidad en la lonja del puerto alicantino.

De ser así, el concurso se publicaría en junio, y podría estar resuelto a finales de septiembre, siendo aplazada la renuncia de la empresa hasta el mismo momento de su resolución.