El Somni de Alicante estrena aulas por Navidad

El Centro de Educación Especial se traslada de forma provisional al CEIP Lo Romero de Sant Joan tras más de cuatro años de lucha de la comunidad educativa

Miembros de la comunidad educativa inician el traslado al nuevo centro.

Miembros de la comunidad educativa inician el traslado al nuevo centro. / INFORMACIÓN

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

El Somni estrena aulas por Navidad. Las familias del Centro de Educación Especial han iniciado este fin de semana el traslado a las nuevas aulas provisionales, donde iniciarán las clases a partir del próximo 9 de enero.

Por el momento, la comunidad educativa de El Somni se instalará en dependencias del CEIP Lo Romero, en Sant Joan d’Alacant. Sin embargo, esta no será la última vez que el centro se «mude», ya que se trata de un traslado provisional mientras se realiza la construcción del nuevo centro, incluido en el Plan Edificant y que se ubicará en Alicante.

Tras más de cuatro años luchando por unas instalaciones dignas que cumplan con las necesidades particulares del alumnado de este Centro de Educación Especial, la comunidad educativa de El Somni recibió la semana pasada la comunicación oficial mediante la que la Dirección General de Infraestructuras Educativas autorizaba el traslado.

Parte del material trasladado por las familias, en una de las aulas.

Parte del material trasladado por las familias, en una de las aulas. / INFORMACIÓN

Un cambio claramente a mejor, en el que pasarán de tener dos baños a contar con cerca de una quincena, gimnasio, aulas de contención y podrán reunificar a todos los alumnos en un solo turno de comedor, mientras que hasta el momento tenían que organizarse en cuatro o cinco tiempos distintos.

Cuatro años y medio de lucha

Para Alberto Agulló, presidente del AMPA del centro, se han terminado cuatro años y medio «en un centro que no era tal porque ni siquiera estaba registrado para ese uso». Un periodo en el que tenían que «achicar agua cuando llovía antes de la llegada del alumnado, comer en un comedor que tampoco era un comedor e improvisar espacios».

Ahora, «como si de un regalo de Navidad se tratara», por fin podrán hacer uso de lo que consideran «un espacio digno para nuestros hijos».