Entrevista | Rafael Santandreu Psicólogo y escritor

Rafael Santandreu: "Nuestra vida actual es como un Ferrari y este necesita unos frenos y un volante muy buenos para no estrellarse"

El también autor de libros de autoayuda destaca que por primera vez en España hacen falta profesionales para atender la avalancha de enfermedad emocional

El psicólogo Rafael Santandreu da mañana una conferencia en Alicante y el viernes en Elche

El psicólogo Rafael Santandreu da mañana una conferencia en Alicante y el viernes en Elche / Xavier Torres-Bacchetta

J. Hernández

J. Hernández

Con motivo del 46 aniversario de actividad del Teléfono de la Esperanza en la provincia, el psicólogo y escritor Rafael Santandreu impartió hace unos días en Alicante y Elche la conferencia “Vivir sin miedo”, en la que explicó el método desarrollado en su nuevo libro para combatir los miedos patológicos y de la vida cotidiana. Santandreu es autor de publicaciones anteriores de autoayuda como "El arte de no amargarse la vida" y "Las gafas de la felicidad".

¿Sobre qué va a hablar en estas conferencias en la provincia?

Voy a hablar de mi último libro, “Sin miedo”, un manual para superar el miedo agudo. ¿Qué es el miedo agudo? Es el trastorno de ataques de pánico y el trastorno obsesivo compulsivo, que son dos problemas en los que la persona siente un miedo tremendo y que puede desmontarle toda la vida. Son tan prevalentes que en la actualidad los tiene una de cada diez personas, por lo tanto es algo que padece muchísima gente y que causa un gran sufrimiento. Incluso trastoca la vida de las personas totalmente al verse invadidas por un miedo agudo, no comprenden lo que les pasa pero sucede cada día.

¿Qué situaciones son habituales?

Hay personas que están un domingo en casa por la tarde viendo la tele tranquilamente y de repente el corazón empieza a irles superdeprisa, les duele el pecho, tienen una sensación de ahogo y piensan que les está dando un ataque al corazón. Se van corriendo a urgencias, allí les hacen todas las pruebas y sorprendentemente les dicen que no tienen nada, les dan un tranquilizante y se les pasa. Pero a partir de ahí, pueden coger miedo a esa misma experiencia y eso les puede comenzar a suceder todos los días. Esto es un trastorno de ataques de pánico.

¿Y el trastorno obsesivo compulsivo?

Es algo parecido pero en vez de miedo hay unas sensaciones internas del corazón o mareos relacionadas con un pensamiento. El ser humano le puede coger miedo a sus propios pensamientos. Esto se cura totalmente mediante autoeducación mental, como demuestra el libro “Sin miedo”.

¿Puede poner algún ejemplo?

En el libro hay muchos testimonios. Hay uno de una persona de Alicante, María José, que tuvo ataques de ansiedad durante treinta años, desde los 20 hasta los 50, que hizo terapia conmigo. Tenía ataques todos los días y tomaba entre siete y ocho tranquilizantes diarios, y aún así sufría los ataques de ansiedad. Tardó tres años, eso sí, en ponerse del todo bien y ahora está perfectamente y nunca más ha vuelto a tener ansiedad y han pasado algunos años. Es un ejemplo muy bonito que nos dice que esto se puede curar a cualquier edad aunque hayas tenido durante mucho tiempo esta problemática. En nuestro canal de youtube tenemos más de 200 testimonios de curación completa, en vivo. Las personas nos cuentan ellas mismas cómo lo superaron. Hace poco colgamos uno de dos personas famosas, las hermanas Zapata, unas actrices que hacen de camareras en el programa First Dates de televisión.

¿Qué les sucedía?

Las dos cuentan que ellas tuvieron un trastorno obsesivo compulsivo de comprobación. Tenían que comprobar de manera obsesiva que las cosas estuviesen bien en su casa etc...Pero esto les amargaba la vida hasta el punto de que una de ellas confiesa que ingresó en una clínica psiquiátrica porque no podía más de la ansiedad que le provocaba ese trastorno obsesivo. Tras una terapia de ocho meses están totalmente bien las dos. Los testimonios de superación son muy importantes. El método de cuatro pasos que yo explico es muy duro de aplicar y si no estás muy seguro de que funciona no lo haría nadie.

¿Cuáles son esos cuatro pasos?

Son afrontar, aceptar, flotar y dejar pasar el tiempo. Los dos primeros ya se entienden. Las personas para superar el miedo agudo tienen que exponerse voluntariamente a ese miedo de manera diaria e intensa, y aceptar todo lo que están sintiendo. Es algo muy difícil porque es como poner la mano en el fuego y no sacarla, y dejar que se te achicharre, pero en el caso del miedo agudo hay que hacerlo porque la cura está en perderle el miedo al propio miedo, desensibilizarse. Y la única forma es exponiéndose una y otra vez hasta que la mente comprenda que no hay nada que temer. Es un trabajo muy duro pero que está comprobado por miles de casos que se han curado de trastornos serios mediante estos pasos.

¿Por qué se sufren estas patologías?

Es una trampa mental. Los seres humanos cogemos miedo con facilidad a cosas externas, por ejemplo, a los gatos. Con alejarse de ellos ya lo llevas. El problema es cuando le cogemos miedo a algo interno, como que al corazón te vaya demasiado deprisa. Eso es algo muy peligroso, porque de tu propio corazón ni de ti mismo te puedes separar; y porque ese miedo reverbera, tiene retroalimentación. Crea un círculo vicioso. Si noto que el corazón va deprisa, me pongo nervioso; y al ponerme nervioso va más deprisa. Se forma una especie de espiral que en décimas de segundo te puede provocar un ataque de pánico y luego vas a tener muchos problemas para salir de esa trampa mental.

Antes hablaba de tranquilizantes. ¿Son eficaces en estos casos?

Para los trastornos del miedo agudo pueden ser un problema porque el tranquilizante, aunque te calma en caso de ataque de ansiedad o de obsesión, al mismo tiempo le transmite a tu mente que hay algo que temer y el miedo aumenta. Es una espada de doble filo para superar totalmente el trastorno de ataques de pánico o el obsesivo compulsivo, y es un problema porque en España la gente toma demasiados tranquilizantes. Somos el país número 1 en ventas de tranquilizantes del mundo y eso es una anomalía. Está mal, porque no es que los necesitamos más que en otros, es que los tomamos en demasía. En el caso de los trastornos de ansiedad se tienen que tomar con mucha cautela porque, paradójicamente, tienen un significado psicológico y hacen aumentar el miedo.

Rafael Santandreu

Rafael Santandreu / Xavier Torres-Bacchetta

¿Con qué miedos se ha encontrado?

Se conoce sobre todo el trastorno obsesivo de los gérmenes, el tener que limpiarlo todo; o la hipocondría, el temor a las enfermedades, pero el de la homosexualidad es muy típico. La persona tiene la duda de si es homosexual o no. Generalmente no lo es, pero le entra la duda. Entonces, está dándole vueltas al tema el 80 o el 90% del tiempo de su día y muy angustiada, con pensamiento tipo entonces he de dejar a mi marido, he de cambiar de vida...Pero no lo sabe. Y nunca lo sabrá, porque en el caso del trastorno obsesivo la persona entra en bucle y es incapaz de obtener una solución a su duda amenaza. Este trastorno es muy curioso y mucha gente no lo conoce.

"Se conoce sobre todo el trastorno obsesivo de los gérmenes o la hipocondría, el temor a las enfermedades, pero el de la homosexualidad es muy típico. La persona tiene la duda de si es homosexual o no. Generalmente no lo es, pero le entra la duda"

¿Algún miedo más?

Otro curioso, pero más extendido de lo que imaginamos, es que hay personas que le cogen miedo a tragar comidas sólidas por el miedo a atragantarse y acaban comiendo solo puré y líquidos durante años, y eso no es bueno ni para la dentición ni para muchas otras cosas, ni para la vida social. Estas personas le cogen terror a ingerir cualquier cosa sólida, incluso, cuando se agrava el problema, ni los purés pueden comer. El miedo agudo tiene una propiedad, que muchas veces aumenta, te coge terreno de una manera irracional. Estas personas no pueden tomar ni los purés al final, solo líquidos, pero la buena noticia es que se cura totalmente, y una vez se han curado adquieren una fortaleza especial en la vida porque aprenden a manejar miedos grandes y pequeños; y llegan a decir que ha sido una bendición tener este problema porque han salido mucho más fuertes y felices que antes.

¿Cuáles son los miedos más habituales del ser humano?

El miedo número uno de la gente es a hacer el ridículo, lo cual es muy irracional, porque no es tan malo. No te vas a morir por eso, no vas a perder un brazo ni a perder el trabajo normalmente pero la gente le tiene pavor. Es curioso porque no tiene mucho sentido. El segundo miedo más habitual es a la soledad, lo cual es también bastante irracional porque está solo en la cabeza. En realidad estamos rodeados de personas a las que poder llamar, eres tú el que te imaginas que estás solo más que el hecho de estarlo. La gente también tiene miedo a la enfermedad y a la muerte. No es el más importante pero también se puede superar. No le tengo miedo a la muerte, cero, en absoluto, y entrenándote mentalmente también le puedes dejar de tener miedo pero se necesita un entreno específico para conseguirlo.

"El miedo número uno de la gente es a hacer el ridículo, lo cual es muy irracional, porque no es tan malo. No te vas a morir por eso, no vas a perder un brazo ni a perder el trabajo normalmente pero la gente le tiene pavor"

¿La pandemia ha exacerbado los miedos?

Si. Los miedos han aumentado exponencialmente. Los psicólogos tenemos más del doble de trabajo que teníamos justo antes de la pandemia. De hecho, por primera vez en España hacen falta psicólogos para atender esta avalancha de enfermedad emocional que se ha producido y que seguimos teniendo como coletazo del trauma que ha supuesto la pandemia. Lo cual nos puede decir que teníamos muy poca fortaleza emocional porque otras generaciones, las de nuestros padres y abuelos, tuvieron adversidades más grandes y no lo llevaron tan mal. Era porque tenían mayor fortaleza emocional. El aprendizaje es que deberíamos trabajar para mejorar nuestro sistema de valores, nuestra fortaleza emocional ahora, en los tiempos en los que no te sucede nada. Porque las adversidades en la vida llegarán pero si te cogen preparado no te afectarán demasiado y si no, te puede afectar mucho.

"Por primera vez en España hacen falta psicólogos para atender esta avalancha de enfermedad emocional que se ha producido y que seguimos teniendo como coletazo del trauma que ha supuesto la pandemia"

¿Por qué están especialmente afectados los jóvenes?

Cada año aumenta la enfermedad emocional, independientemente de la pandemia el aumento se hubiese producido poco a poco. La vida es cada vez más exigente. Tenemos muchas oportunidades en la vida moderna que convertimos en superexigencias: ser delgado, estar en forma, tener pareja, ser popular, tener un piso muy bonito, tener estudios y diez mil cosas más. El ciudadano medio se impone unas autoexigencias como nunca antes en la historia de la humanidad. Para compensar esto lo que necesitaríamos sería mucha educación filosófica, psicológica, en valores e incluso espiritual. Se da la paradoja de que en los tiempos modernos se está primando la educación tecnológica muy por encima de la educación en valores. En el momento en que es más necesaria menos se está proporcionando. Es la tormenta perfecta. Tenemos a jóvenes muy descalabrados a nivel emocional porque se producen estos dos factores.

Rafael Santandreu

Rafael Santandreu / Xavier Torres-Bacchetta

¿Cuál es la solución?

Como el mundo no lo vamos a hacer más sencillo, pasa porque le dediquemos mucha energía a este tipo de educación. Nuestra vida actual es como un Ferrari en comparación a la de nuestros abuelos. Un Ferrari necesita unos frenos y un volante muy buenos para no estrellarse. A nivel vital, ese volante y esos frenos es la educación en valores. Tenemos Ferraris pero no frenos y volantes. Sería el mejor momento para que la educación infantil y juvenil los provea y no se está haciendo porque se prima la educación tecnológica.

"Nuestra vida actual es como un Ferrari en comparación a la de nuestros abuelos. Un Ferrari necesita unos frenos y un volante muy buenos para no estrellarse"

¿Antes era mejor el sistema de valores?

Antes en la sociedad había cierta educación social que la gente permeaba en las personas, y estaba la religión, que proporciona un sistema de valores muy benéfico. Al haber desaparecido todo eso, la educación social de nuestros abuelos, esa que se transmitía de padres a hijos, y la que proveía la religión, nos hemos quedado sin nada. Nuestros abuelos tenían un sistema de valores mucho más potente y fiable que el nuestro. Venga de donde venga esa educación será positiva, que se imparta en la escuela, en las casas, socialmente a través de los gobiernos, también que se transmita a través del ocio, estaría bien. Como sociedad todos los factores que podamos contribuir haríamos bien en hacerlo. No soy padre pero si tuviera hijos no descuidaría esta educación.