«Me gusta jugar con los elementos para crear una historia llamativa y una imagen impactante»

El APOD (Astronomy Picture of the Day) es el mayor reconocimiento que la NASA concede a los astrofotógrafos, y que el eldense Jordi L. Coy ya ha conseguido en dos ocasiones.

Gracias a una imagen del sol capturada en 2021 desde la sierra del Cid en Petrer, el joven fotógrafo fue escogido para formar parte de la selección que representará a España en la Copa del Mundo de su especialidad, en la categoría de paisaje.

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Una imagen que no solo ha servido para que Jordi consiga el reconocimiento a su trabajo, sino también para situar a la provincia de Alicante en el mapa de la NASA, que ya ha recogido hasta cuatro publicaciones del eldense en su página internacional.

El astrofotógrafo, premiado con el Importante de abril, asegura que para él «significa mucho» puesto que «destaca el trabajo que he ido realizando durante estos años de manera considerable», además, piensa que «es un premio que se le otorga a quien ha hecho una gran labor, a esa persona que cree y le apasiona lo que hace, que es constante. Es un broche de oro perfecto para mi carrera fotográfica transcurrida hasta el día de hoy».

En cuanto a la clave de su trabajo afirma que se trata de un secreto a voces: «Todo el que sigue mi trabajo, sabe que me gusta jugar con los elementos para crear una historia llamativa junto a una imagen impactante sobre el evento astronómico que haya sucedido».

Aunque hay otro ingrediente que para Jordi L. Coy es «de los más importantes», y es el motivo científico que pueda estar ocurriendo: «Capturarlo de la forma adecuada puede añadir un plus a la escena aportando gran información interesante, como en la primera imagen que me premió la NASA, donde aparecen un gran grupo de manchas solares sobre unas personas diminutas, siendo aquel, el día que el Sol tuvo más actividad de esos últimos cuatro años».

En cuanto a la razón que le llevó a especializarse en este tipo de fotografías, apunta que «todo fue por mi pasión desde pequeño a observar el cielo nocturno, después de hacer visuales con un telescopio que pude comprarme, decidí acoplarles una cámara para enseñarles a mi familia y amigos lo que veía la noche anterior».

Fue ahí cuando comenzó a buscar información sobre fotografía con telescopio y fue adentrándose poco a poco en el mundo de la fotografía nocturna y paisajista, dejando de lado el telescopio.

Reconocimiento a una labor

«Sin darme cuenta me había adentrado también en las imágenes diurnas, cada vez me interesaba más la fotografía en general. Tal fue la obsesión que incluso decidí hacer un máster al poco tiempo», afirma Coy.

Antes de la pandemia pudo adquirir un teleobjetivo y «de alguna forma volví a mis inicios, a prestarle atención de nuevo a los astros». El confinamiento le permitió «practicar desde la ventana de casa», lo que hizo que finalmente «encontrara mi sitio, consiguiendo así crear contenido diferente que la gente, incluso astrofotógrafos, no estaban acostumbrados a ver o no lo habían visto aún».

Ahora que ya ha conseguido incluso el reconocimiento de la NASA, se plantea nuevos retos para el futuro, como fotografiar un eclipse solar total, que todavía no lo ha hecho porque no ha sucedido en España desde que comenzó, o poder presenciar y fotografiar el despegue de un cohete espacial del programa Artemis de la NASA.

Viajes a lugares idílicos

Coy también se ha propuesto viajar a los lugares con los cielos más oscuros del planeta: «he comenzado a diseñar una serie de tours fotográficos en grupo, que consisten en viajar a las zonas con mejor calidad del cielo para hacer astrofotografía sobre paisajes idílicos, empezando por el desierto del Sahara y seguir poco a poco abriendo camino a otros países de condiciones similares. Me gusta pensar que puedo transmitir y enseñar mi forma de trabajar a los viajeros»

Gracias al trabajo de Jordi L. Coy, los astros nunca han estado tan cerca.