Directores de institutos y colegios se rebelan por la carga burocrática a la que les somete el Consell

Reúnen firmas tras la puntilla de Educación al encargarles la gestión de la nueva ayuda a familias vulnerables para material escolar. Exigen la urgente reducción del exceso de trámites

La directora Rosa María Pinto dando clase esta semana, al magen de las eternas tareas de ordenador

La directora Rosa María Pinto dando clase esta semana, al magen de las eternas tareas de ordenador / PILAR CORTES

Victoria Bueno

Victoria Bueno

“Estamos hartos de burocracia. Nadie nos ha consultado sobre la gestión de la ayuda a las familias para material escolar". La portavoz autonómica de los directores de los centros educativos de Infantil y Primaria, Joaquina Barba, se muestra rotunda ante lo que el colectivo califica de “puntilla” por parte de Educación.

Cuando lo que se había solicitado era la merma de tareas burocráticas desde los centros, tanto colegio como institutos, a lo que además se comprometió el secretario autonómico de la conselleria, Miguel Soler, lo que reciben es “mas caldo”, protestan, al ver que les cae encima una tarea más.

La orden que proyecta la conselleria para destinar una nueva ayuda económica a las familias más vulnerables a partir del curso próximo, que se traducirá en asignaciones de hasta 30 euros por alumno destinados a la compra de material educativo ajeno a los libros de texto, -que de por sí ya son gratuitos mediante la XarxaLlibres-, ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha servido de nexo de unión entre la totalidad de los sindicatos de enseñanza contra los máximos responsables educativos.

Manifiesto

“Mostramos nuestro respaldo al manifiesto elaborado por el profesorado y nos comprometemos firmándolo y difundiéndolo entre los centros educativos y el conjunto del profesorado para recoger más firmas”, suscriben los delegados de las cinco formaciones que representan a la totalidad de los docentes: STEPV, ANPE, CSIF, CC OO y UGT.

Lo representantes sindicales este jueves ante la jefatura de Educación en Alicante para registrar el manifiesto y firmas

Lo representantes sindicales este jueves ante la jefatura de Educación en Alicante para registrar el manifiesto y firmas / Pilar Cortes

La carga burocrática que soportan los directores de centro les ha unido de manera singular para “exigir a la conselleria la negociación de la reducción de la burocracia de forma inmediata y urgente”, como han concretado este jueves en el acto celebrado ante la dirección territorial de Alicante y una vez registrado el documento con las primeras firmas recogidas.

Protocolos

Pese a que Educación se preocupa por agradecer a los equipos directivos su “dedicación” cada vez que tienen ocasión en cualquier acto público, especialmente tras la pandemia, por el esfuerzo ímprobo que llevaron a cabo junto al conjunto del profesorado por mantener las aulas abiertas tratando de contener a un tiempo al virus, los afectados reclaman hechos frente a las palmaditas en la espalda.

Cada nuevo protocolo que se ven obligados a cumplimentar los directores -como sucede con el recientemente aprobado contra los intentos de suicidio- tras cada nueva medida aprobada desde Educación, apenas les deja tiempo para la pedagogía, el fin de su vocación, de ahí que reclamen una reorganización y coordinación que les reste “el volumen de tareas que llevan a cabo diariamente”, concluyen los representantes.

“Trabajo todas las tardes, domingos incluidos, porque lo del despacho tiene que salir”

El día a día de Rosa María Pinto, directora en el colegio El Palmeral de Alicante, no puede ser mas “estresante”, se lamenta, hasta el punto de que le ha provocado un serio problema de visión dictaminado por las eternas horas que pasa ante el ordenador.

“Mi vida son tardes trabajando para preparar las clases que me he empeñado en seguir dando en quinto curso, junto a las tutorías para recibir a las familias, incluidas las del domingo porque evidentemente lo del despacho tienen que salir y los plazos no esperan”, detalla.

Pese a su acérrima vocación docente y pedagógica se ha llegado a plantear la necesidad de coger una baja laboral ante la enorme carga de trabajo que soporta.

Recuerda que el año de la pandemia y el siguiente “fueron duros”, pero admite que “estaba esperanzada” sobre la reducción de tareas ante los compromisos de los responsables educativos por recuperar el tutor de Primaria que se perdió con los recortes cuando gobernaba el PP, pero no ha sido así, se queja, “sigue faltando el tutor” y este año tiene ella misma una tutoría “porque si no, no salen las cuentas”, así que no da abasto.

Autoevaluación del plan de centro, del programa de mejora que dota con algún profesor extra para el refuerzo educativo del alumnado, la revisión de las cocinas del comedor, la gestión de las becas, del absentismo escolar, “y etcétera etcétera", tantos frentes que desbordan, no hay horas, "y este año además las familias están especialmente crispadas. Es una coctelera que ni pagado ni valorado, es una pena. La gente se agota y se va del equipo directivo. Yo misma estoy agotada, esa es la palabra”, recalca.

Pese a la ilusión con la que accedió al cargo admite ahora que ya no se plantea seguir de ninguna de las maneras, como mucho agotar el mandato el año que le queda “porque es que no merece la pena” lamenta.

Como tutora este curso imparte cinco asignaturas añadidas a la eterna gestión ante el ordenador, Castellano, Conocimiento del Medio, Biblioteca o animación lectora, Valores Cívicos y Proyectos interdisciplinares a las que sumar la sesión de tutoría. “Al final tanto estrés pasa factura en la salud, por eso digo que no merece la pena”, concluye