Plan de las universidades y el Consell para facilitar el acceso de las mujeres a la investigación

La Conselleria de Innovación y las universidades de la Comunidad están negociando un paquete de medidas para facilitar el acceso de las mujeres a las ayudas a la investigación científica en el ámbito académico. El objetivo es reducir la brecha de género y facilitar la conciliación familiar, evitando que las mujeres tengan que abandonar su carrera profesional a causa de la maternidad o que ésta les suponga una penalización. Los cerca de 57 millones de euros que destina la Generalitat para ayudas a programas de investigación suelen acabar mayoritariamente en manos de proyectos dirigidos por hombres. La conselleria que dirige Josefina Bueno ha puesto sobre la mesa una modificación de las bases reguladoras para la concesión de ayudas a los programas de ayudas a la promoción de la investigación científica , el desarrollo tecnológico y la innovación para que no se deje de lado la perspectiva de género. Y ahora son las universidades, entre las que se encuentran la UA de Alicante y la Miguel Hernández de Elche, quienes deberán hacer sus aportaciones.

Entre las modificaciones propuestas para la orden a través de las cuales se otorgan estas ayudas a la investigación, se encuentra el que, en los casos en que impliquen la movilidad a otros territorios, se incluyan los gastos de acompañamiento y los relacionados por el cuidado de hijos menores de cuatro años. También que a la hora de pedir ayudas no se les penalice por los años que han pasado al cuidado de hijos menores de edad ampliando para ellas los plazos en los que puedan hacer valer sus méritos académicos antes de haberse tenido que dedicar a la crianza de los menores, un plazo que en las actuales negociaciones se está discutiendo si debe ser de dos o de cuatro años de edad. También se propone conceder una puntuación adicional a las solicitudes que incorporen la integración del análisis de género en la investigación que se vaya a desarrollar. Otra medida que se está estudiando es que en aquellas subvenciones en las que las beneficiarias sean minoritariamente mujeres se conceda una puntuación adicional a las solitudes en las que al menos una de las investigadoras sea mujer. Para programas de grupos de investigación de excelencia, como es el caso de Prometeo, se propone la creación de un comité de expertos de reconocido prestigio que asesore a la comisión evaluadora donde haya una presencia equilibrada entre hombres y mujeres.

A preguntas de este diario, la consellera Josefina Bueno aseguró que "esta propuesta demuestra el compromiso de este gobierno con la igualdad y con el reconocimiento de la carrera de las científicas". "En un análisis del gabinete técnico de la Conselleria de Innovación sobre las principales convocatorias de investigación se han detectado que las principales dificultades radican en la edad de la maternidad y en la conciliación, por lo que hemos querido abordar esos temas que afectan a la carreras de nuestras científicas e investigadoras y lo hemos compartido con nuestras universidades para mejorar esos índices", dijo. La consellera defendió que "el objetivo es que las investigadoras desempeñen su carrera con las mismas oportunidades que sus colegas masculinos y tenemos que trabajar para que la maternidad no suponga un parón en sus carreras".

Incidencia de la maternidad

El estudio aportado por la conselleria parte de la realidad de que las mujeres académicas dedican una media de 10 horas más a la semana que los hombres al cuidado de personas y a los trabajos y responsabilidades relacionadas con el hogar. En el caso concreto de los cuidados, la diferencia entre los dos sexos es de 30 horas semanales de media en el rango de 35 a 40 años, que es el periodo de crianza más frecuente. Las mujeres constituyen la mayoría del alumnado universitario. Sin embargo, a medida que avanza la carrera investigadora dentro de la universidad, la proporción de mujeres desciende, produciendo un efecto tijera, que invierte los datos de presencia femenina hasta el predominio de investigadores varones en los estadios finales de la carrera investigadora. 

Aunque puede hacer causas múltiples y complejas detrás de este abandono del mundo académico en numerosas ocasiones está relacionadas con la "carga que para las mujeres supone la maternidad" y que formar una familia y engendrar descendencia afecta de manera diferente a hombres y mujeres, concluye el estudio. Según la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), dos tercios de las 894 solicitudes realizadas para proyectos de investigación en universidades de la Comunidad se realizaron por hombres (536) y una tercera parte a mujeres (358). Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 84,17% de todos los nacimientos registrados en la Comunidad Valenciana 2019 fueron de madres de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años. Esta franja de edad está directamente relacionada con las de las mujeres que acaban dejando el mundo académico.

El número de estudiantes que sale de la institución docente una vez que obtiene el grado está constituido en su mayoría por mujeres, con una tendencia al incremento de esa brecha. Según los datos del Sistema Integrado de Formación Universitaria, el número de mujeres egresadas entre 2017 y 2021 ha pasado del 56,35% al 60,40%, frente a un descenso del 43,65% a un 39,60% en el caso de los hombres en el mismo periodo. Otro tanto ocurre en el caso de los estudiantes con master, que pasan del 59,01% al 60,58% de mujeres entre ese periodo, frente a un 40,99% y un 37,42% hombres.

Análisis de programas

Los datos indican que hay un 55,10% de mujeres que solicitan ayudas para proyectos de investigación. El informe de la conselleria de Innovación va analizando las distintas convocatorias de ayudas a la investigación científica, reflejando que éstas suelen acabar en proyectos presentados por hombres. Las diferencias se reflejan en las ayudas del Programa Santiago Grisolía, donde a pesar de que se ha logrado recortar la brecha, siguen existiendo. En 2018 se concedieron el 87,88% de las ayudas a hombres frente a un 12,12% de mujeres. Mientras que en 2022, la diferencia era de un 64,29% de ayudas a hombres frente a un 35,71% de mujeres. Las solicitudes eran de un 78,16% por investigadores hombres frente a un 21,84% de mujeres en 2018; y que en 2022 pasaron a ser de un 68,86 frente a un 31,14%.

Diferencias que también se aprecian en el programa Prometeo para grupos de investigación de excelencia, con un 64% de las ayudas otorgadas a hombres frente al 36% a mujeres durante el 2022. En las subvenciones aprobadas a grupos de investigación consolidados (AICO), la brecha sí que se había recortado pasando del 25% de ayudas a mujeres en 2018 a un 46% en 2022. En cambio, en los grupos de investigación emergentes se había conseguido una paridad de ayudas repartidas al 50% entre hombres y mujeres.

Pero las diferencias persisten en otras líneas de ayudas como las estancias de personal investigador en centros de investigación radicados tanto dentro (89,16% hombres frente a un 10,84% de mujeres) como fuera de la Comunidad (61,85% frente a un 38,15%); la contratación de personal de apoyo vinculados a proyectos de transferencia tecnológica (78,79% y 21,21%); contratación de personal investigador doctor de las ayudas Ramón y Cajal (75% frente a 25%); contratación de personal investigador en fase postdoctoral (58,82% frente a 41,18%).