Entrevista | José Norberto Mazón Ingeniero Informático y coordinador académico de la Sede de la UA en Torrevieja

"Con la inteligencia artificial tendremos un turismo de naturaleza más sostenible"

Asegura que la provincia de Alicante está a la vanguardia nacional e internacional en aplicar las nuevas tecnologías a la industria turística

José Norberto Mazón en su despacho antes de la entrevista.

José Norberto Mazón en su despacho antes de la entrevista. / PILAR CORTES

J. A. Martínez

J. A. Martínez

José Norberto Mazón es ingeniero informático y coordinador académico de la Sede de la Universidad de Alicante en Torrevieja, localidad donde trabaja en varios proyectos relacionados con turismo e investigación artificial, uno de ellos un programa para hacer más sostenibles visitas al parque natural de La Mata o la creación de un ecosistema de datos abiertos para uso público.

Pregunta: ¿Está la provincia de Alicante haciendo los deberes en la aplicación de la inteligencia artificial al turismo?

Respuesta: Creo que se están haciendo las cosas bien. Hay muchos actores implicados que están apostando muy fuerte por las nuevas tecnologías. Podemos decir que estamos a la vanguardia y somos pioneros no sólo a nivel nacional, sino también internacional. Tenemos a Invattur y el Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas que definieron un modelo de destinos turísticos inteligentes donde tiene cabida ese uso de las nuevas tecnologías. Nosotros en Torrevieja hemos puesto en marcha un Laboratorio de Turismo Inteligente (https://lab.turismodetorrevieja.com/) gracias a un convenio entre el Ayuntamiento y la Universidad de Alicante. Este laboratorio está liderado por el Profesor Dr. Fernando Vera y coordinado por el Dr. Marco Celdrán, y hace muy poco recibimos la noticia de que hemos sido seleccionados por SEGGITUR como ejemplo dentro de su guía de iniciativas sobre los destinos turísticos inteligentes, ya que estamos desarrollando diversos proyectos en torno al uso de la IA y la gestión de datos en el turismo.

P.: ¿Puede haber un efecto burbuja detrás de todo este fenómeno?

R.: A veces pensamos que con la inteligencia artificial se solventa todo, cuando para alguna cuestión se necesitarían otro tipo de cosas. No es que haya una burbuja, lo que hay son muchas ganas de hacer cosas innovadoras y que esa industria turística se transforme para bien. Eso es bueno. Hay en otros aspectos donde puede haber burbuja, pero no en el turismo. Para aplicar técnicas de inteligencia artificial que sean útiles, lo importante de verdad es tener datos. Sin ellos no podremos hacer sistemas predictivos para por ejemplo determinar el comportamiento de un turista en una determinada ciudad.  Para mi, puede haber burbuja cuando no se pone la atención en la generación de esos datos. Eso es clave. Más que burbujas, puede haber desfases entre lo que queremos hacer con la inteligencia artificial y los datos de los que disponemos para hacerlo. No podemos permitir que la brecha de ese desfase sea muy grande. Lo importante para solucionar problemas específicos de un territorio es que éste sea capaz de generar y recopilar sus propios datos.

P.: ¿Puede ser la inteligencia artificial una de las mejores herramientas para garantizar la sostenibilidad de un territorio?

R.: Por supuesto que sí. Estamos desarrollando un proyecto con el Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, donde implantamos estrategias de gemelo digital. Recopilamos datos de todo lo que está pasando en ese entorno para posibilitar un turismo más sostenible, con indicadores con los que podamos saber en cada momento lo que está pasando a través de sensores y que nos van a ayudar para tomar decisiones. Podemos implementar sistemas predictivos que permitan determinar si por ejemplo sería rentable y sostenible un servicio de alquiler de bicicletas, o cuando los turistas acuden a ver un tipo de ave en concreto mientras se calcula su impacto económico en el destino y cuál es el efecto que causa el comportamiento del visitante en la biodiversidad, por ejemplo. Es el proyecto CHAN-TWIN y lo hacemos en colaboración con la Universitat Politécnica de València con una financiación que nos han dado desde el Ministerio de Ciencia y Fondos Next Generation. 

«Tenemos en marcha un proyecto para medir en el parque natural de La Mata el impacto de los visitantes»

P.: ¿Podría determinarse el límite de gente máxima que puede haber en un entorno para hacerlo sostenible?

R.: Es lo que se llama el indicador de capacidad de carga. Podemos jugar ahí con todos los indicadores de sostenibilidad y uno es el uso que se la da. Estamos aplicando estas técnicas para poner en marcha esos indicadores ecológicos y turísticos combinados en pro de generar un impacto medio ambiental, pero también económico. Todo el ecosistema de empresas se va a beneficiar un poco de todo. La diferencia es que vamos a ser capaces de gestionar esos datos de manera que una cosa no perjudique a la otra. Si tenemos un recurso medio ambiental que genera un impacto económico, lo que no se puede hacer es matar a la gallina de los huevos de oro.  No sé qué ha podido pasar en Doñana pero creo puede haber sido porque no se han tenido datos de lo que estaba pasando.  

P.: ¿Son las redes sociales una fuente fiable para generar esos datos?

R.:  Otro de nuestros estudios intentó medir el impacto de la salida de la Vuelta Ciclista de Torrevieja. Es un trabajo liderado por el Dr. José María Cecilia de la Universitat Politécnica de València.  Los destinos turísticos de segunda residencia suelen carecer de datos de ocupación, dado que su oferta alojativa tiene carácter extrahotelero. Para superar esta limitación, esta investigación correlacionaba datos de ocupación de Airbnb y las menciones en Twitter del evento mediante modelos de Inteligencia Artificial. Sus principales conclusiones dejan unos elevados niveles de correlación que permiten el desarrollo de nuevos niveles de inteligencia en destino. En concreto, estamos hablando de resultados iniciales del 80% de acierto en las predicciones de ocupación a partir de datos de redes sociales. Todavía queda mucho por hacer, pero estos números son alentadores para llegar al objetivo final de identificar patrones de ocupación temporal a lo largo del año y la influencia de determinadas campañas de promoción local, lo que va a permitir el desarrollo operativo de destinos más inteligentes.

«Hay recelos entre las empresas a compartir sus datos porque no quieren que se aprovechen sus competidores directos»

P.: ¿Y puede usarse para evitar masificaciones en el turismo de masas?

R.: Podríamos tener datos y conocimiento de calidad de un destino para crear políticas y estrategias que ayuden a la desestacionalización de un destino, o evitar la masificación en el uso de ciertos recursos. Esto se ha hecho en algunos destinos con el tema del covid, cuando se intentaba racionalizar el uso de recursos. Todavía tiene que haber mucha inteligencia natural o humana antes de entrar la inteligencia artificial ahí. Teniendo los datos para los indicadores de turismo sostenible, se pueden aplicar técnicas que permitan a un gestor tomar las mejores estrategias para evitar ciertos problemas.

P.: ¿Son accesibles estos datos?

R.:  La UE obliga a que muchos de estos datos turísticos generados por las administraciones públicas estén en abierto, ya que se consideran "datos de alto valor". Datos que cualquiera puede reutilizar. Los datos procesados en un informe visual sobre estadísticas turísticas están muy bien para aprender y sacar un conocimiento. Pero si queremos utilizar técnicas de inteligencia artificial necesitamos esos datos en crudo. Datos que entienda la máquina, que es la que ejecuta la inteligencia artificial. Una tabla de datos, el dato crudo, no procesado. Acabamos de finalizar otro proyecto para crear un ecosistema de datos abiertos, un repositorio donde se están recopilando todas las fuentes de datos que tienen que ver con el turismo en la Comunidad Valenciana y ponerlo a disposición de todo el mundo. La herramienta será gratuita de usar y eso será una fuente muy interesante para cualquier tipo de proyecto que se pueda hacer de inteligencia artificial.

«El precio del destino ya no es el único factor que valora el viajero a la hora de elegir sus próximas vacaciones»

P.: ¿Hay recelos a compartir datos?

R.: Un hotel no quiere compartir sus datos de ocupación con la competencia y lo mismo pasa con las compañías aéreas y, en general, con cualquier empresa del sector del turismo. Atenta contra la competitividad y está claro que compartir datos en este escenario es complicado. Sin embargo, seguro que una de esas aerolíneas y uno de esos hoteles si quieren compartir sus datos entre ellos, porque no hay una competitividad directa. Aunque pueden tener el recelo de que, al compartirlos, éstos puedan acabar de una manera o de otra en la competencia.   

Mazón considera que los datos deben ser accesibles también para los ciudadanos.

Mazón considera que los datos deben ser accesibles también para los ciudadanos. / PILAR CORTES

P.: En un acto reciente en esta ciudad se instaba a las empresas a que se animaran a compartir datos para no perder terreno ante lasa multinacionales

R.:  La palabra clave es la soberanía del dato. Yo comparto, pero yo decido con quién lo hago, para qué y cuándo, en la medida en que soy el productor del dato. Está muy bien compartirlo pero manteniendo la soberanía, yo mantengo el control de mis datos. La UE está apostando por la creación de espacios de datos, es decir bases de datos compartidas para resolver un problema, pero manteniendo esa soberanía. Cada uno decide cómo compartir sus datos. En este sentido, la Unión Europea ha financiado recientemente el proyecto DATES donde se están sentando las bases para el espacio de datos europeo del turismo (https://www.tourismdataspace-csa.eu/).

P.: ¿Cuáles son los principales riesgos y problemas éticos que puede plantear la inteligencia artificial?

R.: El principal riesgo es crear modelos de inteligencia artificial que no se basen en datos de calidad, datos sesgados. Con esos modelos, el conocimiento será sesgado también. La calidad del dato de origen es muy importante, ya que de ellos aprenden las técnicas de inteligencia artificial. Si los datos de los que disponemos, reflejan hechos xenófobos, homófobos, será lo que la inteligencia artificial aprenda, porque es su realidad. Las máquinas no van más allá de los datos. Hay que tener siempre una buena gobernanza del dato, para generar datos adecuados para poder aplicarlos. El tema ético es más cuestión de aprender de los datos adecuados. Ese desfase existe y es un problema.

«No hay burbujas en el turismo con las nuevas tecnologías, más bien desfase entre los datos que tenemos y lo que queremos hacer»

P.: Hay tendencias en las redes a tratar de imponer una realidad diferente o una opinión a base de cuentas falsas, ¿esto no puede generar fenómenos como la turismofobia?

R.: Todo hay que valorarlo en cuanto a la calidad de los datos. Cualquier herramienta tecnológica se puede usar bien o mal. Esto es como cuando aparecieron los primeros coches. Había estudios que decían que había muchos atropellos, pero la gente no sabía ni lo que era un coche. Hoy todos tenemos una educación vial y es más difícil que pueda pasar, salvo que alguien se salte alguna señal. Aquí pasa lo mismo, a veces la tecnología nos supera, pero tenemos que tener esa educación y una formación de la sociedad en este tipo de cuestiones, más allá del titular.

P.: ¿Hacia dónde estamos yendo en este camino? ¿qué retos tenemos?

R.: Hay muchas cuestiones pero en estos momentos para mi uno de los grandes retos es la real democratización del uso de los datos. Que éstos puedan servir para crear sistemas de IA que permitan su uso a todo el mundo, por ejemplo, a cualquier ciudadano particular poder decidir dónde va a pasar sus vacaciones. En este sentido, hay que darle herramientas sencillas de usar (por ejemplo, sistemas de recomendación) para que puedan elegir de acuerdo con otros indicadores, que no siempre tiene que ser el precio. Hay estudios recientes del sector que indica que el 70% de los viajeros prefieren ir a destinos sostenibles, por encima de los precios. Hay que poner herramientas para facilitar el consumo de esos datos a personas no expertas y que puedan incluir nuevos criterios en su toma de decisiones (por ejemplo, indicadores de sostenibilidad). Para la visualización de los indicadores del proyecto CHAN-TWIN aplicamos web aumentada que permite, mientras se navega, ir adquiriendo otro tipo de informaciones de manera sencilla y sobreponerla sobre la información que ya tienes, sin necesidad de tener multitud de ventanas abiertas.