Más "football" que fútbol en los bares de Alicante con el Mundial femenino

La restauración solo hará preparativos de relevancia en los locales a los que acude la afición inglesa porque el fútbol femenino no despierta pasión entre los españoles

Un grupo de espectadores británicos, durante la semifinal Inglaterra-Australia en Alicante.

Un grupo de espectadores británicos, durante la semifinal Inglaterra-Australia en Alicante. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

La selección española femenina de fútbol no ha despertado suficiente interés entre los aficionados. Al menos como para acudir a los bares y verlo entre amigos y familiares, como sí ha sucedido en otros torneos importantes con el combinado masculino. Los bares no preparan pantallas gigantes ni grandes despliegues para la final que se juega el próximo domingo al mediodía entre España e Inglaterra, y en la que la selección femenina podría conseguir levantar por primera vez un Mundial.

El tirón lo lleva, y lo ha llevado durante todo el torneo, la selección inglesa, la rival de España. Los turistas y residentes británicos sí han acudido a los bares desde hace un mes para ver los partidos de su selección, como han hecho también las de otros países como Suecia.

De hecho, este miércoles los hosteleros animaban a la selección inglesa en su partido ante Australia: "Ingleses y británicos hay muchos. Australianos muy pocos", expresa Hamid Nourri, que regenta un bar en el caso antiguo. Un éxito que espera que se repita el domingo.

Desde la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante (Alroa) aseguran que los bares no preparan nada especial, y acusan principalmente dos factores para el desinterés por acudir a los bares: la hora y que se emite en abierto por La 1: "No van a hacer nada especial. Lo dan en abierto, con lo cual cualquiera puede verlo, y el tema de la climatología perjudica", explica su presidente, Javier Galdeano. Además, también hay bares que a las 12.00 horas no están abiertos y no esperan hacerlo para el partido: "Hay quien no abre a esa hora y no va a abrir para el partido. No cree que le compense la posible afluencia por esos factores. Con Inglaterra, los bares de deportes lo podrán amortizar, pero al bar de perfil normal no le va a compensar mucho. No da para hacer nada extraordinario", subraya.

Una terraza del casco antiguo, durante una semifinal del Mundial femenino.

Una terraza del casco antiguo, durante una semifinal del Mundial femenino. / PILAR CORTÉS

Una visión que comparte Kiko Padilla, responsable de un bar de deportes junto a la plaza Nueva: "Esperamos tener gente el domingo, nosotros sí lo damos. Con Inglaterra en la final va a ser mejor, porque con Inglaterra se está llenando. Con España no, pero tal vez se animen para el domingo". El hostelero considera que la hora es buena al ser antes de comer, lo que puede dar para que la gente se anime a hacer el aperitivo viendo el partido, pero que lo que evita los llenos es que se emita en abierto: "Lo malo es que lo hacen en abierto. Suecos o ingleses sí han venido a verlo al bar, pero españoles no tanto".

Nourri considera además que la hora no es buena: "Si nos dejaran elegir a nosotros, lo pondríamos a las nueve de la noche", bromea. El hostelero subraya que con el calor la gente se anima menos a ir a un bar a ver el fútbol que durante el resto del año.

Desde casa

Los datos de la radiotelevisión pública nacional dan la razón a los hosteleros. El partido de semifinales entre España y Suecia tuvo una media de 1.921.000 espectadores y un 45,4% de cuota, lo que lo convirtió en el espacio más visto del martes y el partido más visto en la historia de un Mundial femenino de fútbol. En algún momento del encuentro, llegó a haber hasta 3.755.000 telespectadores en La 1, que también emitirá en directo la final del Mundial.

Sin embargo, en los bares solo notaron la afluencia de los turistas y residentes suecos, motivo por el cual los hosteleros no preparan ningún despliegue especial de cara al domingo, aunque tampoco descartan que la afición española se anime y decida aprovechar el día, en fin de semana, para juntarse y ver el partido en un bar.