Los vecinos de la plaza Gabriel Miró de Alicante alertan del aumento de mosquitos

La empresa responsable del control de plagas sostiene que todos los tratamientos están realizados

Una mujer se rasca la pierna por las picaduras en la plaza Gabriel Miró.

Una mujer se rasca la pierna por las picaduras en la plaza Gabriel Miró. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

La plaza Gabriel Miró, en pleno centro de Alicante, se encuentra llena de mosquitos. Vecinos y turistas lamentan una situación que les provoca picaduras. Tanto es así que llegan a asegurar que no se puede pasear por la plaza de los ficus centenarios sin que el resultado sea acabar con brazos y piernas plagados de las molestas picaduras.

La asociación de vecinos del Centro Tradicional señala que es una situación recurrente por estas fechas: "Es un problema que tenemos todos los años. Es imposible sentarse o pasear por la plana, porque te comen. La plaza la fumigan, pero cuando los vecinos llamamos y les alertamos del problema. No entendemos qué obligacion tienen los vecinos de estar llamando todos los años para la fumigacion cuando ellos ya lo saben de memoria", considera su presidente, José Vicent.

Una situación de la que también se quejan los turistas que, pese a las dificultades comunicativas, lamentan que una plaza que aparece en los mapas de turismo por su vegetación centenaria sea una amenaza en cuanto a las picaduras.

Elementos en mal estado en la plaza Gabriel Miró.

Elementos en mal estado en la plaza Gabriel Miró. / PILAR CORTÉS

Desde la empresa encargada del control de plagas, Lokímica, aseguran que realizan el tratamiento de imbornales de manera semanal o quincenal, en función de las necesidades. Sostienen que todos los tratamientos están realizados, aunque indican que no se encargan del pulgón de los árboles, y que a veces por las altas temperaturas se puede dar una "eclosión de fitosanitarios" como chinches.

Una plaza con poco mantenimiento

Las quejas por la falta de mantenimiento con los mosquitos en la céntrica plaza se une a las del deterioro del mobiliario urbano y la vegetación. Elementos como los bolardos de los bancos, las farolas o las vallas que protegen el arbolado muestran signos de poco cuidado. Algunos de ellos se encuentran rotos desde hace meses.

El pasado mayo, el catedrático de la Universidad de Alicante y urbanista José Ramón Navarro Vera abogaba por una rehabilitación de la plaza para conservar el patrimonio: "Es una vieja reivindicación que se hace desde hace varios años. Llevamos con esta historia tres legislaturas locales, no se ha hecho nada. Nuestra propuesta es la de rehabilitación, porque estamos ante una pieza que tiene una dimensión casi arquitectónica, está catalogada en Patrimonio. Hay piezas de la fuente, como las jardineras y otros elementos de la plaza, que fueron diseñadas en las décadas de 1920 o 1930 por el arquitecto Juan Vidal".

Entre los elementos que necesitan reparación, se encuentran las farolas de la plaza, algunas de ellas sin la tulipa en la que debería de ir ubicada la iluminación; pero también las bolas ornamentales ubicadas en los bancos de las esquinas o las jardineras con el mosaico original que simula unas olas del arquitecto Juan Vidal, que se replica en la fachada de la sede de la UA de la calle San Fernando.

La plaza Gabriel Miró, que hace algo más de una década era uno de los focos de prostitución de la ciudad, es ahora un entorno seguro para pasear y visitarlo en familia, pero falta "ponerlo en valor", coinciden todas las partes. En un mantenimiento tanto del mobiliario como de las plagas.