Los viajes en tren entre Alicante y Barcelona resisten pese a las obras del Corredor Mediterráneo

La conexión entre Alicante y la capital catalana mueve 235.000 pasajeros en un año, acercándose a las cifras previas a la pandemia, al margen del aumento del tiempo de viaje por los trabajos de infraestructura

Usuarios de la estación de tren de Alicante este verano.

Usuarios de la estación de tren de Alicante este verano. / Pilar Cortés

Las obras que se están llevando a cabo en el Corredor Mediterráneo y el consiguiente aumento de la duración de los trayectos no está teniendo, al menos por el momento, graves consecuencias sobre el uso del ferrocarril, al margen de los inconvenientes que se puedan generar. Así lo señalan los datos, tanto los facilitados por Renfe como los que aparecen en el Observatorio del Ferrocarril, publicado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Según la operadora, el año pasado se desplazaron unas 235.000 personas entre Alicante y Barcelona, y a ellas habría que sumar todas las posibles relaciones intermedias. En el caso de la provincia alicantina tienen especial relevancia las conexiones con otras ciudades de Cataluña, principalmente Tarragona, y las que se realizan desde las estaciones donde paran los trenes Intercity como Villena y Elda, tanto con la Ciudad Condal como con otros destinos catalanes o del norte de la Comunidad Valenciana. El dato supone dejar atrás los registros de la pandemia, cuando, al igual que en las demás relacones ferroviarias del país, el número de pasajeros se desplomó.

Un tren circulando a la altura de Villena por la línea de alta velocidad hacia Madrid, que en un futuro utilizarán también los que se dirijan hacia Barcelona.

Un tren circulando a la altura de Villena por la línea de alta velocidad hacia Madrid, que en un futuro utilizarán también los que se dirijan hacia Barcelona. / ALEX DOMÍNGUEZ

El Observatorio del Ferrocarril 2021, dado a concoer a principios de este año, cifra en 172.552 los viajeros entre Alicante y Barcelona en el mencionado ejercicio, y en 126.793 los que se desplazaron en 2020, en los momentos más álgidos de la crisis sanitaria y las restricciones de movilidad. En 2019, antes de ese contexto tan excecpional, habían sido 278.496, según la misma fuente. Por lo tanto, el año pasado ya se alcanzó más del 84% de usuarios en relación a los tiempos previos a la pandemia. La tendencia, además, asegura Renfe, es al alza.

En este sentido, fuentes de la operadora se muestran optimistas y confían en que en 2023 ya sí se llegue a las cifras de pasajeros anteriores a la crisis sanitaria o incluso se superen. Según Renfe, en estos momentos cada día se desplazan de media en torno a 800 personas entre Alicante y Barcelona o viceversa, con oscilaciones al alza o a la baja en función de la demanda de cada jornada. Este periódico ha podido comprobar de primera mano que los trenes circulan con una ocupación bastante alta en días laborables.

Estación de ancho convencional de La Encina, en cuyas proximidades se construye la bifurcación de alta velocidad hacia València y Barcelona.

Estación de ancho convencional de La Encina, en cuyas proximidades se construye la bifurcación de alta velocidad hacia València y Barcelona. / ÁXEL ÁLVAREZ

Puede decirse, de algún modo, que el Corredor Mediterráneo tiene un grueso de usuarios muy fieles, resistentes a inconvenientes circunstanciales como los que generan todas las obras que hay ahora mismo en marcha, o problemas ya casi estructurales como la larga duración del viaje desde la provincia alicantina hasta la capital catalana y la lentitud con que en el pasado se han realizado actuaciones de mejora. Cabe recordar, en este sentido, que los trenes Euromed invierten ahora más tiempo en llegar a Barcelona que cuando se implantó el servicio, en 1997, sin contar el aumento en el tiempo de trayecto que se produce ahora de forma transitoria por los trabajos.

Actuaciones en curso

Las obras que han comenzado a realizarse hace unas semanas entre La Encina y Xàtiva para transformar a ancho internacional el trazado abierto en esta zona hace 26 años, tras haber recuperado el antiguo para las circulaciones en ancho ibérico, son las que más directamente afectan ahora a la provincia de Alicante. Como ya publicó este periódico, durante los aproximadamente dos años que durarán los trabajos los tiempos de viaje se incrementarán en unos 20 minutos. El aliciente, eso sí, es que se tratará de una situación transitoria, cuyo final será un trazado en ancho de alta velocidad entre Alicante y València, utilizando hasta La Encina la línea hacia Madrid.

Trazado entre La Encina y Xàtiva que ha sido reabierto recientemente en ancho ibérico.

Trazado entre La Encina y Xàtiva que ha sido reabierto recientemente en ancho ibérico. / PERALES IBORRA

Además, recuerdan fuentes de Adif, hay ahora mismo otras obras importantes en curso, como los trabajos para cambiar de ancho todo el recorrido entre Castelló de la Plana y la estación de alta velocidad de Tarragona. Según el gestor, a finales del año pasado se estaban realizando trabajos a lo largo de 488 kilómetros del Corredor Mediterráneo, desde la frontera con Francia hasta Algeciras.

Una vez esté todo el trazado de altas prestaciones concluido, los tiempos de viaje entre Alicante y Barcelona previsiblemente descenderán, al tiempo que el número de usuarios del ferrocarril aumentará, tal y como ha sucedido en otras conexiones al implantarse la alta velocidad. Mientras tanto, y ante un trayecto cuya duración ronda las cinco horas, el avión probablemente seguirá ganando la partida, con 365.108 pasajeros en 2022 y 450.072 en 2019, según datos del gestor aeroportuario Aena recopilados por el Ayuntamiento de Barcelona. Aun así, las cifras también dejan claro que el tren tiene un nicho de usuarios que resiste a todos los inconvenientes que se dan en el corto plazo.